De Bruijn, frente a los murmullos

Nadie resulta tan misterioso en el mundo la nataci¨®n como la holandesa Inge de Bruijn, ganadora de la final de 100 metros mariposa con un nuevo r¨¦cord mundial (56.61 segundos). Ella es una m¨¢s de las estrellas que baten marcas a porrillo, aunque a ella le cabe el dudoso privilegio de estar perennemente sometida a la sospecha. Quiz¨¢ porque su trayectoria recuerda a la de Michelle Smith, la irlandesa que conquist¨® tres medallas de oro en Atlanta despu¨¦s de una discreta carrera deportiva, De Bruijn tiene que salir cada d¨ªa al paso de los que murmuran. Hasta el pasado a?o, era una de las buenas nadadoras de Holanda, un pa¨ªs con una larga tradici¨®n de campeones. Jam¨¢s hab¨ªa pasado de un s¨¦ptimo puesto en los Mundiales, credencial que no la auguraba grandes cosas. Y menos cuando parec¨ªa que hab¨ªa pasado el mejor momento de su trayectoria. De Bruijn no acudi¨® a Atlanta, pese a lograr un puesto en el equipo holand¨¦s. Hab¨ªa perdido el entusiasmo por la nataci¨®n y caminaba para los 23 a?os. Se puso en contacto con Paul Bergen, el t¨¦cnico estadounidense que hab¨ªa dirigido a la gran Tracy Caulkins. La transformaci¨®n fue extrema, comenz¨® a batir r¨¦cords: 100 metros libres, 100 metros mariposa, 50 metros libres. Y por cada uno, una lluvia de acusaciones. "Estoy harta de que el deporte no deje margen para la mejora, porque si eso ocurre te crucifican".