Ayuda a una invidente
El martes 12 de septiembre de 2000 sucedi¨® algo que me dio bastante que pensar. Esperaba el tren de las 19.05 con direcci¨®n a Cercedilla en la estaci¨®n de Recoletos y una joven invidente se ape¨® del tren anterior al m¨ªo, con destino Tres Cantos, de uno de los vagones de la cabeza del tren. Inici¨® su recorrido hacia la salida de la estaci¨®n indicada encontrando a su paso varias papeleras y bancos repletos de gente que, lejos de ofrecer su ayuda, ni siquiera se molestaban en apartar los pies de su camino.Al llegar a mi altura, me ofrec¨ª para acompa?arla hasta las m¨¢quinas que validan los billetes, a lo que se mostr¨® muy agradecida. Una vez llegamos a las citadas m¨¢quinas extrajo de su bolso el abono transportes e inici¨® la exploraci¨®n manual del cup¨®n para comprobar en qu¨¦ posici¨®n deb¨ªa introducirlo; finalmente solicit¨® mi ayuda diciendo "nunca s¨¦ c¨®mo van estos cacharros", tom¨¦ el cup¨®n y lo introduje en la m¨¢quina en la que la joven estaba colocada, m¨¢quina que indicaba en su visor que estaba operativa, pero no deb¨ªa ser as¨ª pues me devolv¨ªa el billete sin hacer la m¨¢s m¨ªnima se?al de funcionamiento incorrecto (ni siquiera en el visor, cosa que hubiera sido in¨²til tambi¨¦n en el caso que expongo). Mientras tanto, la joven intentaba atravesar las portezuelas que deb¨ªan abrirse de haber funcionado correctamente. Repetimos esta operaci¨®n en otras dos m¨¢quinas m¨¢s obteniendo el mismo resultado. Finalmente, consigui¨® salir d¨¢ndome las gracias en repetidas ocasiones. A continuaci¨®n tom¨¦ mi tren y durante el recorrido me surgieron una serie de dudas: ?tan complicado resulta hacer una peque?a muesca, relieve, marca de alg¨²n tipo en el cup¨®n del abono transporte, billete de tren, de autob¨²s... que facilite a estas personas su dif¨ªcil postura ante estas situaciones? (durante un buen rato tom¨¦ mi cup¨®n del abono transporte y con los ojos cerrados intent¨¦ localizar la posici¨®n correcta para utilizarlo; ¨²nicamente consegu¨ª saber cu¨¢l es la parte de arriba y la de abajo, pero no en que posici¨®n se introduce en las citadas m¨¢quinas); tan dif¨ªcil es, en la ¨¦poca de auge tecnol¨®gico en que vivimos, actualizar las m¨¢quinas existentes de forma que indiquen de forma sonora su incorrecto funcionamiento, por no hablar del mantenimiento de las mismas (normalmente hay un alto n¨²mero de estas m¨¢quinas que no funcionan correctamente, y no est¨¢ indicado). Pienso que hice lo que deb¨ªa y lo que estuvo en mi mano, pero ?hacen lo que deben las grandes empresas que tantos miles de millones facturan y de las que sus enormes beneficios est¨¢n tan a la orden del d¨ªa? En vez de darse tanta publicidad por tan altos beneficios, ser¨ªa mucho m¨¢s humano el que se las conociera por su af¨¢n de facilitar la vida de las personas que sufren alg¨²n tipo de invalidez, mejorando sus instalaciones, maquinaria, etc¨¦tera. Lo que sucedi¨® ayer me dej¨® realmente preocupado, espero que mi carta sirva para que alguien m¨¢s se preocupe (y haga algo).- Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Gonz¨¢lez. Collado Villalba (Madrid).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.