La ¨®rbita m¨¢s valiosa para los sat¨¦lites de comunicaciones empieza a estar saturada
La Tierra tiene un cintur¨®n virtual formado por unos 350 sat¨¦lites fijos en el cielo, a unos 36.000 kil¨®metros de altura sobre el ecuador. Es la autopista celeste con m¨¢s tr¨¢fico: la llamada ¨®rbita geoestacionaria. Pero los operadores de sat¨¦lites empiezan a sufrir ya las consecuencias de la saturaci¨®n en esa autopista. Las compa?¨ªas se enfrentan a los llamados sat¨¦lites de papel, una trampa burocr¨¢tica para reservar espacio, y los expertos advierten adem¨¢s contra la costumbre de dejar los sat¨¦lites ya muertos en la ¨®rbita, lo que aumenta el riesgo de colisiones.
Reparto desigual
En los ¨²ltimos dos a?os, s¨®lo un tercio de los sat¨¦lites inactivados se han sacado de la ¨®rbita geoestacionaria. Y los nuevos env¨ªos no cesan. Los m¨¢s recientes partieron el pasado jueves de la base espacial de Kourou (Guyana Francesa), a bordo del cohete europeo Ariane 5: el sat¨¦lite europeo Astra 2b y el estadounidense GE7, ambos de telecomunicaciones.El Astra 2b, que ofrecer¨¢ servicios de televisi¨®n digital al mercado brit¨¢nico e irland¨¦s, se une a una flotilla de otros nueve sat¨¦lites de la misma compa?¨ªa (Sociedad Europea de Sat¨¦lites, SES, en Luxemburgo); en conjunto transmiten un millar de canales de radio y televisi¨®n y servicios de Internet y multimedia a m¨¢s de 78 millones de hogares europeos. En los pr¨®ximos a?os se lanzar¨¢n otros tres sat¨¦lites Astra. Cada uno permanecer¨¢ activo unos 15 a?os. Cuando se les agote el combustible ser¨¢n llevados a una ¨®rbita superior para dejar sitio en la autopista geoestacionaria, como recomienda la Academia Internacional de Astrona¨²tica.
Esta ¨®rbita es la preferida para los sat¨¦lites de telecomunicaciones porque en ella los artefactos girando a la misma velocidad angular que la Tierra quedan aparentemente fijos en el cielo respecto a la superficie del planeta y act¨²an como repetidores, entre otras ventajas. Su primer ocupante se lanz¨® en 1964 y desde hace unos a?os su tr¨¢fico aumenta a raz¨®n de 25 a 35 sat¨¦lites al a?o. A todos ellos se les asign¨® su plaza o posici¨®n orbital a trav¨¦s de la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo que depende de Naciones Unidas y celebra una reuni¨®n cada tres a?os para repartir tanto el espacio f¨ªsico como las frecuencias a las que trabajan los sat¨¦lites.
El reparto es por pa¨ªses, y no equitativo, ya que cada uno debe presentar peticiones concretas. La compa?¨ªa estadounidense GEAmericom, por ejemplo, anunci¨® en Kourou que construir¨¢ una estaci¨®n de seguimiento de sat¨¦lites en Gibraltar; eso le permitir¨ªa solicitar posiciones orbitales v¨ªa el Reino Unido y competir en el mercado europeo, algo que los responsable de SES no ven con buenos ojos.La ¨²ltima reuni¨®n de la UIT congreg¨® el pasado julio en Estambul a m¨¢s de 2.000 representantes de 150 pa¨ªses, y la mayor¨ªa aspiraba a un hueco en la ¨®rbita. "Sobre todo en mitad de los oce¨¢nos, porque un sat¨¦lite en mitad del Atl¨¢ntico cubre Europa y Estados Unidos, por ejemplo", explica Juan de Dalmau, del Centro Nacional de Estudios Espaciales franc¨¦s.
Sin embargo, seg¨²n explica Walter Flury, del centro de seguimiento de sat¨¦lites de la Agencia Europea del Espacio (ESA) en Darmstadt (Alemania), "no puede decirse que ya haya saturaci¨®n". Flury resalta que los avances tecnol¨®gicos permiten ahora que en una posici¨®n orbital quepan varios sat¨¦lites, siempre que trabajen a distintas frecuencias. SES, por ejemplo, tiene todos los suyos en dos posiciones. "No hay riesgo de colisiones", dice Flury, "especialmente cuando los sat¨¦lites pertenecen al mismo operador".
Pero si no hay atasco f¨ªsico, s¨ª lo hay sobre el papel, y las compa?¨ªas padecen sus efectos casi con igual intensidad. El problema son los sat¨¦lites de papel, y la UIT no ha logrado resolverlo a¨²n: hay pa¨ªses que piden posiciones orbitales con la ¨²nica intenci¨®n de vender su plaza a otros pa¨ªses. Una vez concedido el permiso el sat¨¦lite debe ser lanzado en un m¨¢ximo de cinco a?os, pero entretanto la posici¨®n queda reservada. Para la UIT es dif¨ªcil distinguir entre las peticiones serias y las de papel.
Hace tres a?os la UIT reconoc¨ªa ya que hab¨ªa unas 2.200 redes de sat¨¦lites registradas o en proceso de hacerlo. La situaci¨®n estall¨® a mediados de los noventa, cuando el reino de las islas Tonga, en mitad del Pac¨ªfico y con una poblaci¨®n de 106.000 habitantes, solicit¨® m¨¢s de media docena de posiciones para una red de sat¨¦lites, que nunca lleg¨® a construirse. La UIT cre¨® hace tres a?os un grupo de trabajo que propuso medidas como el dep¨®sito de una cierta cantidad como garant¨ªa de la seriedad del proyecto, pero en Estambul no se lleg¨® a ning¨²n acuerdo para aplicarlas.
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