La angustia de Moussambani

De un balc¨®n de la Villa Ol¨ªmpica cuelga una bandera con una leyenda misteriosa: Eric the swimmer (Eric el nadador). Podr¨ªa pensarse en cualquiera de los hombres que han acudido a Sydney a batir r¨¦cords del mundo, pero se refiere a Eric Moussambani, protagonista de una carrera singular en la primera serie de 100 metros. El nadador de Guinea Ecuatorial se qued¨® solo, tras las descalificaciones por salidas falsas del nigeriano Karin Bare y del kazajo Farkhod Oripov. Lo que ocurri¨® a continuaci¨®n levant¨® de sus asientos a las 18.000 personas que hab¨ªan acudido a presenciar la jornada.Moussambani se lanz¨® al agua y comenz¨® a bracear como un aprendiz, las piernas verticales, la cabeza lade¨¢ndose a izquierda y derecha, la brazada atropellada del que se va a pique. Los espectadores primero se sorprendieron, luego se levantaron y finalmente animaron ruidosamente al guineano para que terminara su penosa aventura. Algunos encargados de la seguridad se preocuparon, dispuestos a lanzarse al agua para rescatar al na¨²frago. Las brazadas cada vez se hac¨ªan m¨¢s angustiosas, y el hombre apenas avanzaba. Hasta ayer nunca hab¨ªa nadado 100 metros. Y s¨®lo hace cinco meses que comenz¨® a nadar, un mes antes de que se instituyera la Federaci¨®n Guineana de Nataci¨®n. Aclamado por el p¨²blico, que valor¨® el esfuerzo de Moussambani como un ejemplo de superaci¨®n en la vieja tradici¨®n ol¨ªmpica, el nadador guineano dijo que era uno de los d¨ªas m¨¢s felices de su vida. Y a?adi¨®: "La gente podr¨¢ pensar lo que quiera, pero la repercusi¨®n de lo que he hecho servir¨¢ para que muchos organismos se den cuenta de las necesidades de mi pa¨ªs". Moussambani complet¨® el hect¨®metro en 1.52,72 minutos, siete segundos m¨¢s de los que ayer emple¨® Van den Hoogenband en nadar 200 metros.