La apertura de la Rambla del Raval dispara los precios de comercios y pisos pr¨®ximos
Las placas de las calles de Cadena y de Sant Jeroni ya no aparecen en el coraz¨®n del barrio del Raval de Barcelona. Han sido sustituidas por otras: las de la nueva Rambla del Raval, un paseo de m¨¢s de 300 metros de longitud por casi 60 de ancho que se inaugura hoy. La mayor operaci¨®n urban¨ªstica de Ciutat Vella, de trascendencia hist¨®rica para este barrio, ya ha tenido un efecto: el alza de los precios de locales y viviendas, signo evidente de la revalorizaci¨®n de la zona. Han aparecido nuevos comercios y buena parte de los edificios de la flamante calle han sido ya rehabilitados.
Rehabilitaci¨®n
Firmas especializadas en congelados, oficinas de seguros, pero tambi¨¦n nuevos supermercados y carnicer¨ªas regentados por inmigrantes afincados en Ciutat Vella son los primeros signos de la transformaci¨®n de este espacio que en el que hasta hace unos a?os no entraba el sol. Muchos de los bajos de los centenarios edificios de viviendas alineados en la desaparecida calle de Cadena est¨¢n en obras. Otros han sido rehabilitados y alquilados recientemente. Locales de unos 100 metros cuadrados se est¨¢n arrendando a un precio de entre 100.000 y 150.000 pesetas al mes, explica Emili Sarri¨®n, presidente de la asociaci¨®n de comerciantes de Barnacenter, implicada en el impulso de la nueva Rambla del Raval. Lo mismo est¨¢ ocurriendo con las viviendas.
Una peque?a empresa que hace cinco a?os se instal¨® en la esquina de las calles de Cadena y Hospital as¨ª lo atestigua: "Siempre hemos vendido y alquilado a las gentes del barrio, pero ahora se nota m¨¢s movimiento", explica una empleada. La propietaria de un piso de la calle de Cadena pone un ejemplo de su escalera: "Har¨¢ unos cinco a?os se vendi¨® un piso por seis millones y ahora piden 15 millones por otro de la misma planta".El indicador m¨¢s claro de lo que est¨¢ ocurriendo en la nueva rambla es la rehabilitaci¨®n integral de las viviendas de los 36 edificios con fachada a la nueva v¨ªa, algunas de ellas construidas en 1830. En marzo de este a?o, los edificios que estaban en obras de rehabilitaci¨®n eran cinco. Ahora en 15 han finalizado las obras o est¨¢n en proceso. En otros seis empezar¨¢ la rehabilitaci¨®n antes de finales de a?o y en siete se prev¨¦ realizarla antes de junio de 2001. Tambi¨¦n hay propietarios de edificios con los que los responsables de la oficina de rehabilitaci¨®n de Ciutat Vella, que gestiona las ayudas y subvenciones, no han llegado a un acuerdo. La inversi¨®n global para la rehabilitaci¨®n de esas fincas ser¨¢ de 890 millones y la oficina se propone preservar la fachada de origen.
La operaci¨®n del plan central del Raval -la urbanizaci¨®n m¨¢s todos los costes del realojamiento de los afectados- ha sido una de las m¨¢s costosas: 17.000 millones de pesetas, aportados por distintas administraciones, de los que la mayor parte, 8.300 millones, se destinaron a la construcci¨®n de viviendas para los afectados. Un total de 925 personas que viv¨ªan en los edificios derruidos han sido realojadas, la mayor parte en el mismo barrio.
El resultado es que all¨ª donde antes hab¨ªa unas callejuelas estrechas con viviendas en estado sumamente precario, emerge ahora una gran avenida de 60 metros de ancho. Adem¨¢s de esponjar el barrio, la nueva v¨ªa, con dos rotondas en sus extremos, descongestionar¨¢ tambi¨¦n de tr¨¢fico.
Las dos calzadas tienen siete metros de ancho y dos carriles, uno de circulaci¨®n y otro para carga y descarga y parada de autob¨²s. El ancho de las aceras oscila entre 5,50 y 6,70 metros. Unas losetas alargadas colocadas en el paseo central de la Rambla del Raval son la ¨²nica huella de los edificios que se levantaban entre las desaparecidas calles de Cadena y Sant Jeroni.
El alcalde Clos asegura que la reforma continuar¨¢ y la siguiente fase ser¨¢ la manzana de Robadors
El alcalde de Barcelona, Joan Clos, fue uno de los principales impulsores de la reforma urban¨ªstica de Ciutat Vella cuando era regidor del distrito, a mediados de la d¨¦cada de los ochenta, momento en que el centro de la ciudad sufr¨ªa un serio proceso de degradaci¨®n. El resultado del esponjamiento no ha sido del agrado de todos, especialmente de un grupo de arquitectos y defensores de la esencia de lo que hist¨®ricamente ha sido Ciutat Vella.Las cr¨ªticas, sin embargo, parece que no hacen especial mella en el equipo de gobierno. Y ayer mismo el alcalde dej¨® claro que la Rambla del Raval no ser¨¢ el punto y final del proceso. La reforma del barrio continuar¨¢ y tendr¨¢ nuevas fases. La primera, la manzana de Robadors, comprendida entre las calles de Sant Rafael, Sant Josep Oriol, Robadors y la propia Rambla del Raval.
M¨¢quinas excavadoras trabajan ya en el derribo de viejas edificaciones de ese espacio en el que en un futuro no muy lejano se levantar¨¢n oficinas, locales comerciales, zonas verdes, pisos y un hotel, de acuerdo con las previsiones municipales. En total, 35.000 metros cuadrados de techo, de los que no menos de 10.000 se dedicar¨¢n a viviendas, seg¨²n avanz¨® el primer teniente de alcalde, Xavier Casas.
Mientras, el alcalde, Casas y la regidora del distrito, Katy Carreras-Moysi, paseaban ayer por la nueva rambla, donde se ultimaban los detalles de la inauguraci¨®n, algunos vecinos opinaban sobre el cambio. "Ahora lo que tienen que hacer es saber conservar esto, los ¨¢rboles, los parterres y los bancos y poner mucha vigilancia, porque siguen con los tirones a plena luz del d¨ªa" dec¨ªa Micaela.
La seguridad es una de las cuestiones que siguen preocupando m¨¢s al vecindario: "Aqu¨ª hay dos tipos de emigrantes, los que trabajan y los otros. Pero de ¨¦stos cada vez hay m¨¢s", dec¨ªa el propietario de un bar de la calle de Hospital, doblemente afectado por la reforma: por el negocio y por su piso, que sucumbi¨® a la piqueta. Dice que ¨¦l ha salido ganando porque antes viv¨ªa en un piso en malas condiciones y sin ascensor: "Pero tambien los hay que han ido a pisos m¨¢s peque?os", apostillaba un cliente.
Que las cosas est¨¢n cambiando se nota en muchos detalles. Ayer, por ejemplo, el alcalde conversaba con los vecinos y en un momento dado se cruz¨® con dos se?oras impecablemente trajeadas que contemplaban la nueva rambla: "?Ustedes tambi¨¦n son vecinas?, les pregunt¨®. "Bueno... No exactamente. Somos propietarias". Desde la acera, una residente "de toda la vida" explicaba que cada vez ven por all¨ª a m¨¢s gente "que parece que nunca haya pasado de la Diagonal para abajo".
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