El Spartak se olvida de ganar
El Madrid vence por punter¨ªa y suerte en un duelo del que sali¨® vivo gracias a los postes y a Casillas
De lo que anduvo sobrado el Spartak, ratos de pelota cosida al pie y ocasiones a granel, es precisamente de lo que siempre vivi¨® escaso el Madrid. Y a la inversa, la punter¨ªa que se colg¨® el conjunto blanco de la solapa -una pericia extraordinaria para imponer su opini¨®n en el marcador al segundo intento- es justamente lo que nunca tuvo el equipo de Mosc¨². Bueno, ni Guti, que por los remates que fall¨® pareci¨® ruso.Durante el primer tiempo, por ejemplo, el Spartak se hart¨® de reivindicar sus intenciones de gol. Mand¨® dos veces el bal¨®n al palo, oblig¨® a Casillas a emplearse en unos cuantos mano a mano claros y pein¨® de avisos las inmediaciones de la porter¨ªa local. Favorecido por las concesiones del rival, s¨ª, por su desatenci¨®n cr¨®nica en la zona de atr¨¢s, por la facilidad con la que los encargados de la construcci¨®n perd¨ªan el bal¨®n, por la descoordinada distancia entre l¨ªneas, por la inexistencia absoluta de presi¨®n... Favorecido por el Madrid, en suma. Pero lo cierto es que el Spartak de Mosc¨² tuvo en el primer periodo el asalto continental en el bolsillo. Y que lo dej¨® escapar sorprendentemente.
REAL MADRID 1 SPARTAK DE MOSC? 0
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado, Helguera, Karanka, Roberto Carlos; Celades (Fernando Hierro, m. 80), Makelele; Figo, Guti, Savio (McManaman, m. 65); y Munitis (Tote, m. 89).Spartak de Mosc¨²: Filimonov; Tchuisse (Shirko, m. 59), Parfenov, Ananko, Bulatov, Kovtun; Stolcers (Bezrodny, m. 65), Titov, Tikhonov; Kalynychenko y Robson (Marcao, m. 73). Gol: 1-0. M. 51. Roberto Carlos profundiza por su banda izquierda, centra sobre la porter¨ªa de Filimonov e Iv¨¢n Helguera remata en el ¨¢rea peque?a anticip¨¢ndose a dos adversarios. ?rbitro: Leslie Irvine (Irlanda del Norte). Ense?¨® tarjeta amarilla a Parfenov, Ananko, Stolcers y Bulatov. Segunda jornada de la primera fase de la Liga de Campeones. Unos 35.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
Porque el Madrid asom¨® distra¨ªdo por la cita, sin encontrarle sentido a su juego. El c¨¦lebre doble pivote no daba para garantizarle un recorrido coherente a la pelota, las bandas esta vez no se erig¨ªan en apagafuegos -s¨ª las galopadas de Roberto Carlos, pero m¨¢s tarde- y la apuesta de Guti como segundo delantero -para jugar de Ra¨²l, para entendernos-, lejos de servir para enganchar la l¨ªnea media con la delantera, s¨®lo vali¨® para desatar la irritaci¨®n de la hinchada, siempre tan dispuesta a cargar contra el centrocampista. No fue el mejor Guti el que vio el Bernab¨¦u, de acuerdo, pero tampoco tan malo como para soportar tanta ira en contra.
El Madrid no le cogi¨® m¨¢s sitio al encuentro que para pon¨¦rselo a los pies del rival. El Spartak, agarrado a su f¨²tbol control de combinaciones siempre correctas y limpias, de vez en cuando profundas y venenosas, jug¨® a tontear con la victoria. Le falt¨® un pel¨ªn de suerte y decisi¨®n para traducir su superioridad en goles. Y acab¨® sin premio.
Porque en el segundo tiempo el Madrid, sin arreglar ni un tanto as¨ª su juego, supo pegar de pronto una voz y llevarse los puntos. Lo hizo, c¨®mo no, a partir de una carrera decidida de Roberto Carlos. Lo dem¨¢s fue uno de esos centros de rosca que son medio gol y la anticipaci¨®n de Helguera para meter la puntera. El bal¨®n le sac¨® la lengua al Spartak -como dici¨¦ndole: "Ves, era as¨ª de f¨¢cil"- y acab¨® en la red. El partido contaba una cosa, pero el marcador, y bien claro, contaba que 1-0.
Tras el gol, el Madrid gan¨® en serenidad y orden. Pero su juego no cambi¨® de cara. El impacto emocional minimiz¨® a los rusos, que, aunque siguieron con la pelota, ya no acertaron a provocar destrozos en la defensa blanca. El Madrid tuvo m¨¢s presencia en el ¨¢rea del Spartak. Tampoco mucha, pero s¨ª como para que Roberto Carlos enviara un bal¨®n al palo y a Guti le diera tiempo a¨²n de desperdiciar el gol de la sentencia.
No mejor¨® el aspecto del Madrid, pero sus cuentas europeas salieron ilesas. Los blancos ya est¨¢n a la cabeza del grupo. Aunque, de momento, s¨®lo gracias a un pel¨ªn de suerte y a Casillas. Tambi¨¦n a una carrera de Roberto Carlos y la puntera posterior de Helguera. Pero, sobre todo, a la descomunal inocencia del Spartak.
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