La experiencia de vivir al otro lado del espejo
Cuatro personas pasan un mes con gafas que invierten derecha e izquierda
Imagine lo que ser¨ªa vivir de repente en un mundo al rev¨¦s y encontrarse, por ejemplo, intentando coger un objeto que ve a su derecha, pero que su mano encuentre el sitio vac¨ªo porque el objeto est¨¢ realmente a la izquierda. Es vivir en el mundo como se ve reflejado en el espejo. ?sta es la experiencia que han vivido durante m¨¢s de un mes cuatro estudiantes japoneses de psicolog¨ªa, voluntarios en un experimento que les ha obligado a llevar constantemente unas gafas especiales para invertir la derecha y la izquierda en la visi¨®n de quien las usa.Los dos hombres y dos mujeres, de edades comprendidas entre los 20 y los 24 a?os, estaban tan desorientados al principio que no se atrev¨ªan a salir del laboratorio, al intentar abrir una puerta que ve¨ªan a un lado cuando en realidad estaba al otro. Sin embargo, han acabado por acostumbrase a vivir en el mundo especular y a la tercera semana han sido capaces de pasear en bicicleta y trocear verduras a toda velocidad, siempre con las gafas de inversi¨®n puestas. En total han vivido as¨ª 39 d¨ªas los dos hombres y 35 d¨ªas las dos mujeres.
La adaptaci¨®n ha sido relativamente r¨¢pida, concluyen los cient¨ªficos japonses que han hecho el experimento, dirigidos por Kaoru Sekiyama, del departamento de psicolog¨ªa cognitiva de la Future University-Hakodate (Jap¨®n). El experimento se presenta hoy en la revista Nature.
?Para qu¨¦ lo han hecho? Servir, lo que se dice servir para algo, esta experiencia no sirve para nada, si se entiende por utilidad de un experimento ¨²nicamente la perspectiva de curar enfermedades o de dise?ar nuevos productos. En todo caso, ha comentado a Nature Matthew Rushworth (Universidad de Oxford), el conocimiento de los mecanismos cerebrales de adaptaci¨®n a la nueva situaci¨®n, a desenvolverse en el mundo al rev¨¦s, podr¨ªa servir para profundizar en la recuperaci¨®n de pacientes con lesiones cerebrales, pero la cosa tiene pocas perspectivas de aplicaci¨®n cl¨ªnica por el momento. El m¨®vil de los investigadores japoneses ha sido la curiosidad y el deseo de dar un paso m¨¢s en la comprensi¨®n del cerebro.
Sekiyama y sus colegas han usado t¨¦cnicas de imagen avanzadas (resonancia magn¨¦tica nuclear) para ver lo que ha ido pasando en la cabeza de los sujetos a medida que se han ido adaptando a la experiencia. As¨ª han visto que est¨¢ implicado en la adaptaci¨®n el l¨®bulo frontal del cerebro, en concreto el ¨¢rea de Broca, una zona clave en el lenguaje pero tambi¨¦n implicada en la creaci¨®n de im¨¢genes mentales del movimiento, im¨¢genes que nos ayudan a planear e imitar movimientos.
Los investigadores creen que lo que pasa en el cerebro cuando la experiencia visual y la espacial chocan es que se crea una nueva representaci¨®n mental de orientaci¨®n con el mundo al rev¨¦s. Los cuatro voluntarios se han adaptado hasta tal punto que han sido capaces de elegir la representaci¨®n antigua (con la derecha y la izquierda en sus posiciones habituales) y la nueva (con las manos cambiadas) en las pruebas. La adaptaci¨®n de la mano izquierda (los cuatro sujetos del ensayo son diestros) ha sido un poco m¨¢s lenta que la de la mano derecha.
Aunque a las dos semanas de llevar las gafas de inversi¨®n visual los voluntarios mostraron ya capacidad para hacer tareas guiadas por la visi¨®n, hacer cosas m¨¢s complicadas, como montar en bicicleta, han exigido un poco m¨¢s de tiempo.
Sekiyama y sus colegas proponen como conclusi¨®n de su estudio que la adaptaci¨®n al mundo del espejo se produce creando im¨¢genes mentales corregidas previamente y ejecut¨¢ndolas cuando hace falta, y no porque uno sepa en cada momento que hay una contradicci¨®n entre la percepci¨®n visual y el mundo real.
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