Los secretos del calzado
Cada uno de los reyes de la velocidad requiere unas zapatillas muy particulares
Cuando alcanza una velocidad de 43 kil¨®metros por hora en la carrera de 100 metros, el contacto del pie de Maurice Greene con la pista apenas llega a 80 mil¨¦simas de segundo. Esos pies corresponden a un atleta de talla media -1,76 metros-, pero muy potente, con unos gl¨²teos descomunales que sirven para trasladar toda la fuerza de la pierna contra el suelo. Greene pisa casi de lleno, sin apenas dejar aire entre el tal¨®n y la pista. Sus apoyos son brutales, y eso lo sabe muy bien Toby Hatfield, ingeniero de Nike y zapatero a su servicio. Junto a Kevin Hoffer, un dise?ador, ha dedicado los ¨²ltimos a?os a analizar las caracter¨ªsticas de los pies y las pisadas de Greene, Marion Jones y Michael Johnson. Cada uno de los tres reyes de la velocidad requiere un calzado muy part¨ªcular. No son iguales los zarpazos de Greene contra el suelo que los delicados pasos de Johnson, que corre sobre las puntas y tiene que aprovechar la extremada flexibilidad de su tobillo para sacar ventaja en las curvas.Las zapatillas de Greene, menos preocupado por el peso de su calzado que por la fortaleza del soporte, tienen su aire robusto. Eso no significa que se busque una reducci¨®n del peso y una mayor calidad aerodin¨¢mica. Con respecto a las zapatillas que us¨® en el Mundial de Sevilla, se advierten diferencias. Por ejemplo, no se ven los cordones. "No queremos que haya ning¨²n elemento que favorezca el rozamiento con el aire", dice Hatfield. As¨ª, la zapatilla est¨¢ envuelta por una futurista y ligera funda de poliuretano termopl¨¢stico, que se cierra con una cremallera. El peso es de 190 gramos, casi el doble de las que utiliza Johnson -116 gramos-, porque ¨¦ste est¨¢ obsesionado con la disminuci¨®n de peso en su calzado.
"La estructura central de la suela de Greene es muy r¨ªgida, para que no se doble cuando ataca el suelo con sus pies, que son muy grandes para su estatura. Necesita m¨¢s superficie de contacto en la planta para no perder el equilibrio", a?ade Hatfield. En la parte delantera de la zapatilla est¨¢n estrat¨¦gicamente repartidos ocho clavos de cer¨¢mica y aluminio, rodeados de peque?os dientes de pl¨¢stico que permiten impulsar mejor el pie en su breve, pero contundente, contacto con la pista. El r¨ªgido material de la parte central de la suela ayuda a mejorar el efecto rebote en el impacto del pie con el suelo.
Las zapatillas de Greene, cuyos clavos pueden cambiarse, tienen una vida media de cuatro carreras. Las de Johnson duran una. Aparentemente son m¨¢s sencillas: se trata de una liger¨ªsima pieza integral que lleva incorporados los clavos, con una suela de material sint¨¦tico que lleva un 14% de relleno de fibra de vidrio. Parecen unas babuchas de gamuza. As¨ª lo requiere el estilo de Johnson, que corre sobre los dedos, con otra caracter¨ªstica: en su condici¨®n de corredor de 200 y 400 metros tiene que actuar con una gran precisi¨®n en las curvas. En este apartado, Johnson es incomparable. "Cuando recorre las curvas, su pie izquierdo hace un giro de casi 45 grados con respecto a la direcci¨®n de la l¨ªnea del cuerpo", a?ade Hatfield. "Si utilizara dos veces la misma zapatilla, la fijaci¨®n ser¨ªa inadecuada en la segunda carrera".
Hace cuatro a?os, Johnson hizo famosas las zapatillas doradas que us¨® para batir el r¨¦cord mundial de 200 metros (19,32 segundos). Para Sydney, solicit¨® una mejora. Sus deseos fueron ¨®rdenes. El dise?ador Kevin Hoffer consider¨® que el impacto visual de la zapatilla tendr¨ªa que ser m¨¢ximo. Para ello se pusieron en contacto con la empresa 3M, donde se confeccion¨® un tejido con microfibras de oro de 24 kilates.
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