Los errores de un 'intocable'
La acumulaci¨®n de desmanes por parte de Montesinos incomod¨® a EE UU y precipit¨® su inevitable ca¨ªda
"Son nueve a?os que vivo aqu¨ª, las 24 horas del d¨ªa, como bien lo sabe el presidente Fujimori. Los hombres de inteligencia trabajamos siempre en el silencio, ¨¦sta es nuestra misi¨®n y a eso nos dedicamos", declaraba el 26 de abril de 1999 ante las c¨¢maras de televisi¨®n un sonriente Vladimiro Montesinos sentado en las oficinas del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) junto al jefe de Estado. Era una de sus primeras apariciones p¨²blicas. Hoy su cara es una de las m¨¢s familiares en Per¨², desde que el pasado 14 de septiembre la televisi¨®n difundi¨® el v¨ªdeo en el que entregaba un fajo de 15.000 d¨®lares al congresista Alberto Kouri, que se pas¨® a las filas del oficialismo. Las inequ¨ªvocas im¨¢genes del soborno fueron la gota que derram¨® el vaso y que puso a Montesinos fuera de juego. Dos d¨ªas despu¨¦s, el presidente Alberto Fujimori anunciaba el adelanto de las elecciones y la desactivaci¨®n del SIN.Pero la sentencia contra Montesinos ya estaba firmada desde hac¨ªa tiempo. Washington quer¨ªa la cabeza del siniestro asesor por los repetidos desmanes cometidos por el todopoderoso servicio de inteligencia. S¨®lo hab¨ªa que esperar o propiciar que cometiera alg¨²n error. El primero se produjo en la recta final de las elecciones presidenciales, a las que Fujimori se present¨® para un tercer mandato, violando la Constituci¨®n. En febrero pasado, el diario El Comercio denunci¨® con pruebas irrefutables la falsificaci¨®n de un mill¨®n de firmas a favor de la candidatura presidencial. El SIN estaba detr¨¢s de la operaci¨®n. La campa?a estuvo plagada de irregularidades y tanto la oposici¨®n como los observadores internacionales denunciaron el fraude. El poderoso aparato del SIN se puso al servicio de la guerra sucia contra los distintos candidatos de la oposici¨®n. Montesinos se convirti¨® as¨ª en el jefe de campa?a de facto de Fujimori.
El tercer mandato presidencial presagiaba serias turbulencias. No tardaron en llegar. El 21 de agosto, Fujimori y Montesinos organizaron a bombo y platillo una conferencia de prensa para anunciar la desarticulaci¨®n de la importante operaci¨®n Siberia, de tr¨¢fico de armas procedentes de Jordania con destino a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El supuesto ¨¦xito qued¨® r¨¢pidamente convertido en fiasco cuando Jordania desminti¨® la versi¨®n peruana y el presidente colombiano, Andr¨¦s Pastrana, pidi¨® explicaciones. A medida que se desvelaron los detalles de operaci¨®n, qued¨® meridianamente claro que los ocho detenidos en Per¨², entre ellos dos militares, son la punta de un iceberg que puede llegar hasta la m¨¢xima jefatura de las Fuerzas Armadas y que involucra directamente al SIN y a Montesinos. Peter Romero, subsecretario norteamericano de Estado para Asuntos Latinoamericanos, declar¨® que un militar peruano de alta graduaci¨®n estaba implicado en el tr¨¢fico de armas. Todo apunta a que se refer¨ªa al general Jos¨¦ Villanueva Ruesta, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. La empresa de importaci¨®n y exportaci¨®n Nippon Corporation, principal implicada en la operaci¨®n ilegal, trabaja para el Ej¨¦rcito peruano desde 1993 y desde entonces la instituci¨®n le ha renovado a?o tras a?o la licencia de proveedor. Montesinos dijo que la empresa se aprovech¨® de sus contactos para participar en el tr¨¢fico de armas.
El esc¨¢ndalo tuvo inmediatas repercusiones en la Administraci¨®n Clinton, embarcada actualmente en el plan Colombia para combatir el narcotr¨¢fico como uno los ejes de su pol¨ªtica en Am¨¦rica Latina. La idea de que el SIN es enemigo del plan Colombia por las consecuencias negativas que pudiera tener en la frontera con Per¨² (desplazamiento de refugiados y guerrilleros) y el convencimiento de las buenas relaciones que Montesinos mantiene con el presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez -su jefe de inteligencia es un ex agente peruano del SIN- fueron dos elementos decisivos para que Washington decidiera jugar a fondo contra el asesor de Fujimori. Con este caldo de cultivo no era dif¨ªcil que alguno de los m¨²ltiples enemigos de Montesinos diera el paso. La difusi¨®n del pat¨¦tico v¨ªdeo, en el que el poderoso jefe del SIN regateaba con un congresista corrupto el precio del soborno mientras se sacaba del bolsillo un fajo de d¨®lares s¨®lo fue el empuj¨®n final.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.