Transg¨¦nicos y biodiversidad: luces y sombras
Desde que la vida existe en este planeta, unas especies han ido apareciendo y otras se han extinguido. Cada una de las 14 millones de especies que hoy existen, en media, ha costado a la evoluci¨®n unos cinco millones de a?os. Se calcula que una tasa de extinci¨®n natural, y por tanto sostenible, estar¨ªa en torno a tres especies al a?o. Pero, el ritmo al que desaparecen las especies en los ¨²ltimos a?os es mucho m¨¢s acelerado. Tanto que no s¨®lo se ven amenazados los servicios que la diversidad de lo vivo aporta a nuestro bienestar sino tambi¨¦n nuestra propia subsistencia. Merecen estudiarse soluciones viables a este problema. Una de las soluciones posibles podr¨ªa venir a trav¨¦s de la agricultura transg¨¦nica.La destrucci¨®n de h¨¢bitats est¨¢ entre las causas que afectan m¨¢s negativamente al mantenimiento de la biodiversidad y una de las v¨ªas m¨¢s dr¨¢sticas es a causa de la agricultura. Sin embargo, la agricultura transg¨¦nica puede ofrecer una mejor perspectiva. Veamos, en primer lugar sus beneficios y luego sus posibles riesgos o desventajas. En cuanto a los beneficios, el principal es la obtenci¨®n de plantas de cultivo m¨¢s productivas. Cultivos mejores har¨ªan posible reducir el n¨²mero de hect¨¢reas cultivadas y la cantidad de herbicidas y plaguicidas. Otro beneficio ser¨ªa la posibilidad de poner en producci¨®n, ¨¢reas y regiones marginales, paliando as¨ª las consecuencias de la sustituci¨®n masiva de bosques y otros ecosistemas maduros y diversos.
En cuanto a riesgos, los trabajos cient¨ªficos no aportan datos negativos de la agricultura transg¨¦nica que vayan mas all¨¢ que los efectos causados por la agricultura moderna convencional. Tanto en Estados Unidos como en Europa, el uso de transg¨¦nicos y sus derivados ha sido un hecho desde hace varios a?os. Durante este periodo no se ha tenido constancia de ning¨²n efecto negativo de la agricultura transg¨¦nica sobre la biodiversidad. Los datos disponibles sobre flujos gen¨¦ticos e hibridaci¨®n muestran que las plantas transg¨¦nicas no son gen¨¦ticamente m¨¢s temibles que las mejoradas por selecci¨®n convencional. Evidentemente no todas las hip¨®tesis posibles han sido contrastadas y, en relaci¨®n con virtuales impactos negativos, hay aspectos que merecen atenci¨®n. Uno es el de los estudios regionales espec¨ªficos. La introducci¨®n de un cultivo transg¨¦nico en una regi¨®n puede tener efectos distintos en funci¨®n de las caracter¨ªsticas de la planta transg¨¦nica y de la flora regional. No es lo mismo si la planta transg¨¦nica encuentra all¨ª parientes pr¨®ximos con los que hibridar que si ¨¦stos no existen. No es probable que los h¨ªbridos transg¨¦nicos presenten ventajas selectivas, pero puede ocurrir. Asimismo, merecer¨ªan estudiarse las consecuencias ecol¨®gicas de la introducci¨®n de un cultivo transg¨¦nico en una regi¨®n donde la variedad de cultivo convencional no fuera viable por razones ecol¨®gicas -aridez o fr¨ªo, por ejemplo.
Por ¨²ltimo, tambi¨¦n en el lado de las reservas, un tipo de planta transg¨¦nica cuyo comportamiento en cultivo debe ser estudiado en varias generaciones es la modificada para resistencias a virus, insectos, etc¨¦tera. En estos casos, podr¨ªan aparecer, por recombinaci¨®n, nuevas resistencias o nuevos tipos de virus.
As¨ª, pues, en el platillo de los riesgos, aunque hay situaciones que merecen an¨¢lisis pormenorizados, no hay pruebas claras de efectos indeseables. Sin embargo, es evidente que se produce una notable desconfianza social en torno al uso de los transg¨¦nicos. Es probable que ello tenga que ver con al menos dos factores. Uno es el hecho de que el ciudadano teme que se produzca en la investigaci¨®n sobre riesgos un sesgo a favor de los intereses empresariales implicados econ¨®micamente. Por ello, ¨¦ste ser¨ªa un claro ejemplo donde la financiaci¨®n p¨²blica garantizar¨ªa la neutralidad del proceso.
El otro ingrediente en la desconfianza social podr¨ªa ser el miedo a lo desconocido, unido a hechos accidentales o delictivos que han generado serias frustraciones en el ciudadano. Para enfrentarse a esto quiz¨¢ fuera conveniente incrementar el esfuerzo en educaci¨®n, pero tambi¨¦n propiciar la permeabilidad de la cultura cient¨ªfica hacia los ciudadanos, estimulando en el entorno acad¨¦mico las tareas de divulgaci¨®n y paralelamente estimulando en los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n la presencia de este tipo de contenidos.
Ana Crespo es catedr¨¢tica de Biolog¨ªa Vegetal en la UCM.
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