Una discusi¨®n matrimonial por la factura del tel¨¦fono desat¨® el parricidio de Valdebernardo
Un asunto trivial desencaden¨® el crimen de Valdebernardo. Jos¨¦ Antonio Pa?os, bombero de 42 a?os, degoll¨® a su esposa, la noche del mi¨¦rcoles, tras una discusi¨®n porque ¨¦l hab¨ªa denunciado a Telef¨®nica, donde ella trabajaba. Pa?os pensaba que esta compa?¨ªa le estafaba en la facturaci¨®n, seg¨²n las pesquisas policiales. Eva Barahona tem¨ªa que la denuncia le acarreara problemas en el trabajo. El supuesto homicida declar¨® anoche en la Brigada de Polic¨ªa Judicial y ma?ana pasar¨¢ al juzgado. El homicidio ha desatado la preocupaci¨®n por el aumento de la violencia dom¨¦stica.
Ropa ensangrentada
Jos¨¦ Antonio Pa?os denunci¨® el pasado martes a la compa?¨ªa Telef¨®nica por una supuesta estafa en el recibo bimestral del tel¨¦fono, que estaba contratado a nombre de su esposa, Eva Barahona Ede, de 38 a?os. ?sta era empleada del departamento de tramitaci¨®n de facturas de Telef¨®nica, una secci¨®n interna de la empresa, seg¨²n explic¨® ayer un portavoz de la compa?¨ªa. Con anterioridad hab¨ªa trabajado en el servicio de atenci¨®n al cliente.La polic¨ªa sospecha que la discusi¨®n entre la pareja surgi¨® cuando Eva le pidi¨® a su esposo que no denunciara a Telef¨®nica porque le podr¨ªa acarrear problemas en su trabajo. El hombre ignor¨® los requerimientos de su mujer y el martes se present¨® en la comisar¨ªa de San Blas para tramitar la denuncia, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. La denuncia rompi¨® la armon¨ªa conyugal, informa
Seg¨²n la reconstrucci¨®n policial, Pa?os lleg¨® con su hija a las 19.45 del mi¨¦rcoles pasado a su vivienda, el primero izquierda del portal J de la calle de los Juglares, n¨²mero 14, en la urbanizaci¨®n Valdebernardo (distrito de Vic¨¢lvaro). La ni?a, de ocho a?os, se qued¨® en el patio jugando con unos amigos. El padre subi¨® al domicilio y se encontr¨® con Eva. Ambos comenzaron a discutir por la denuncia interpuesta contra Telef¨®nica, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n.
El hombre zanj¨® la discusi¨®n de forma violenta. Se fue a la cocina, cogi¨® un cuchillo y degoll¨® a su mujer. Le hundi¨® el arma blanca, de 20 cent¨ªmetros de hoja, en el lateral derecho del cuello. Luego baj¨® a la calle con varias bolsas de basura y recogi¨® a su hija del patio. La condujo hasta la casa de otra vecina. "Sujet¨® a su hija con fuerza y caminaba r¨¢pido hacia el otro portal", explic¨® ayer otra inquilina del inmueble.Pa?os pregunt¨® a la vecina si pod¨ªa dar de cenar a su hija, pretextando que su esposa no estaba en casa. Acto seguido regres¨® al lugar del crimen. Limpi¨® el arma homicida y meti¨® parte de la ropa ensangrentada de la v¨ªctima en la lavadora. Casi una hora despu¨¦s, posiblemente arrepentido, levant¨® el tel¨¦fono y marc¨® el 091 de la polic¨ªa para autoinculparse: "He matado a mi mujer. Estoy en la calle de Juglares 14". Luego colg¨® y esper¨® a los agentes en el portal de la finca.
La familia de Jos¨¦ Antonio, que vive en Vallecas, y sus vecinos, no dan cr¨¦dito a lo ocurrido. Nadie le supon¨ªa capaz de cometer un crimen. En su barrio le admiraban por su bondad y su altruismo. Se gan¨® el afecto de todos: bombero, deportista, jardinero y l¨ªder del grupo musical Libo Y..., con el que lleg¨® a ganar en 1992 el certamen municipal de pop-rock Villa de Madrid con la canci¨®n Soy bombero.
Pa?os, guitarrista y vocalista, fund¨® el conjunto con cuatro de sus compa?eros del parque de bomberos pr¨®ximo a la plaza de Manuel Becerra: Gonzalo (bajista), Alfredo (bater¨ªa), Rafa (piano y teclados) y Paco (guitarra). El anuncio del grupo dec¨ªa: "Fuego, fuego, fuego. Bocinas, sirenas, gente corriendo, una t¨ªa muy buena que se quiere tirar por la ventana. Y todo ello a ritmo de rock & roll...".
El grupo musical se deshizo en 1995, pero Jos¨¦ Antonio mont¨® otro con sus vecinos un a?o despu¨¦s. El supuesto parricida estaba aprendiendo a tocar el saxo y pretend¨ªa iniciar estudios universitarios. Se matricul¨® en una c¨¦ntrica academia.
Los compa?eros del parque de bomberos afirman que Pa?os es un hombre tranquilo, que nunca hab¨ªa tenido un problema. Los vecinos, sin embargo, mantienen que ¨²ltimamente padec¨ªa depresiones y que tomaba medicamentos para superar su inestabilidad emocional. "Estaba m¨¢s callado que de costumbre", dijo una vecina.
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