El PSPV vuelve a la faena
Un debate sobre pol¨ªtica general constituye siempre un acontecimiento parlamentario, una suerte de fiesta grande en la que los partidos pol¨ªticos concurren con sus mejores galas ret¨®ricas, conscientes como son de la proyecci¨®n medi¨¢tica del fasto. En esta ocasi¨®n, y nos referimos al debate desarrollado estos d¨ªas pasados, el lance ten¨ªa un inter¨¦s acrecido debido al estreno del portavoz socialista, Joaquim Puig, que tomaba la alternativa en estos menesteres despu¨¦s del congreso de su partido, celebrado el ¨²ltimo fin de semana y que, presuntamente, no le habr¨ªa dado tiempo para ponerse al corriente de la tarea. El diputado no es un novicio de la pol¨ªtica, pero tampoco recordamos que se haya visto nunca en trances semejantes. La expectaci¨®n se palpaba y los pron¨®sticos, ni siquiera entre sus afines, derrochaban euforia.Sin embargo, y a mi entender, el novedoso sindic socialista salv¨® dignamente la cara. Se percibi¨®, l¨®gicamente, la falta de tablas, propia de un misacantano abocado s¨²bitamente a decir misa mayor, pero esa es una laguna transitoria que se remedia con la pr¨¢ctica. Peores aprendices castelarinos hemos visto cuajar en oradores m¨¢s que pasables y nada impide que el citado alcalde de Morella mejore sus prestaciones dial¨¦cticas, que a la postre se resumen en leer bien un texto, sazonarlo con unas dosis de efectismo y estar familiarizado con el meollo del discurso y debate. Por otra parte, no es descartable que este portavoz inaugure una ret¨®rica en la que la letra se sobreponga a la m¨²sica y al gesto.
En este aspecto, el de la letra o contenido, debemos subrayar que los redactores del discurso con el que Puig contest¨® al del presidente Zaplana se revelaron eficaces y agudos. A nuestro juicio, acertaron al incidir en los aspectos m¨¢s vulnerables de la gesti¨®n gubernamental, neutralizando en lo posible la pirotecnia prodigiosa de realizaciones y progresos disparada por el molt honorable. Esto quiere decir que, a pesar de la prolongada bronca interna del PSPV, alguien o algunos no han perdido la costumbre de pensar y el gusto por la cr¨ªtica, adem¨¢s de ver las cosas que pasan en el pa¨ªs. Un detalle que nos autoriza a confiar en que, de una vez, la oposici¨®n socialista se ponga al tajo y se gane el jornal en los esca?os.
Quiere decir asimismo que, si no confundimos los deseos con la realidad, al partido mayoritario se le han acabado las largas vacaciones parlamentarias y la morosidad con que abordaba ciertos problemas pendientes con la excusa de un PSPV desvalido. Por su bien -pues la fiscalizaci¨®n y la brega le impedir¨¢n dormirse sobre los laureles-, por el bien del pa¨ªs y la dignidad de la C¨¢mara debemos celebrar que se haya restaurado la din¨¢mica entre el poder y la oposici¨®n, reconfortada ahora por la renovaci¨®n que acaba de asumir.
No es ¨¦ste el espacio id¨®neo para incidir en la n¨®mina de asuntos que est¨¢n requiriendo la atenci¨®n compartida del PP y PSPV, y de cuya relaci¨®n contradictoria ha de alumbrarse la soluci¨®n o al menos su planteamiento. Estos d¨ªas, y desde la tribuna del plenario, se han citado todos o su inmensa mayor¨ªa. Unos son eminentemente pol¨ªticos, como la reforma del Estatuto o la Academia de la Lengua; otros son atinentes a nuestra nervatura y futuro econ¨®mico, como el agua, las comunicaciones, la ordenaci¨®n del territorio o la financiaci¨®n de la autonom¨ªa. Todos ellos son perentorios para ahormar el pa¨ªs de cara a los desaf¨ªos del nuevo siglo, en el que debemos dejar de ser regi¨®n europea mendicante tanto como opulenta en autosatisfacci¨®n.
Y una nota final que no tiene m¨¢s fundamento que la intuici¨®n. Pero intuyo que el presidente Zaplana se aburre y ha comenzado a sacudirse las alpargatas. O podr¨ªa acontecer que este debate no le inspirase otra cosa que una faena de ali?o. En todo caso, lo vimos enervado, siendo as¨ª que la faena pendiente es como para vestirse el mono de trabajo y hacer un alarde de su indudable capacidad movilizadora.
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