Como Sancho
De provisionalidad, de inestabilidad, de caos e ineficacia hablan sindicatos y plataformas para la defensa de la escuela p¨²blica; aqu¨ª y all¨¢ anuncian concentraciones y protestas entre el Cenia y el Segura. Tales asociaciones de padres presentan borradores de pactos por la calidad de la ense?anza, y aquellos otros alumnos est¨¢n en la calle o en m¨®dulos prefabricados, que siempre se llamaron barracones entre Vinar¨°s y San Miguel de Salinas. Una izquierda, que se quiso centroizquierda, ide¨® una reforma educativa, y una derecha, que se quiere centroderecha, intenta aplicarla sin ponerla ni tan siquiera en cuesti¨®n. Escolarizar a los adolescentes hasta los 16 a?os es una necesidad y una obligaci¨®n en la UE, y escolarizarlos mal hasta los 16 a?os es un desatino para todos ellos. Y escolarizarlos mal es el barrac¨®n. Y escolarizarlos mal es "integrarlos" en un todo, como si todos tuviesen los mismos intereses y capacidades y necesidades. Si los padres te¨®ricos o idealistas de la reforma y la LOGSE pensaron alguna vez en buenos bachilleres o buena y prestigiada formaci¨®n profesional, cuanto se encuentra es bajo nivel de conocimientos y procedimientos, y escasez de valores relacionados con la convivencia y la necesaria tranquilidad acad¨¦mica: expedientes que de nada sirven, decenas de desertores escolares y centenas de objetores escolares pasivos y desinteresados. Porque la LOGSE es una reforma y muchas pragm¨¢ticas, decretos, ¨®rdenes y monta?as de burocracia en la escuela. Entre informes y decretos para atender a la diversidad (conjugar diversidad e integraci¨®n es la cuadratura del c¨ªrculo de la LOGSE) se ahoga la formaci¨®n y la educaci¨®n de calidad de unos y otros alumnos.Pero sindicatos y plataformas se mueven porque ya escribi¨® Cicer¨®n, cuando los esturiones remontaban el Turia para desovar en Teruel, que "no mayor ni mejor servicio que podamos hacerle a la rep¨²blica que ense?ar y educar a la juventud". Aunque el tema no preocup¨® en exceso a nuestros diputados en el reciente debate sobre el estado de la Comunidad. El an¨¢lisis de la realidad educativa valenciana y los efectos pr¨¢cticos de la mal planteada y teorizante reforma estuvieron pr¨¢cticamente ausentes en dicho debate. Pero soluciones las hay o podr¨ªa haber. Nuestros legisladores podr¨ªan plantearse con car¨¢cter de urgencia una reforma de la reforma dando primac¨ªa no a las teor¨ªas educativas sino a sus efectos pr¨¢cticos. Tendr¨ªan que olvidarse de la LOGSE como dogma y considerar las palabras que el idealista Don Quijote le dirig¨ªa al pragm¨¢tico gobernador Sancho: "No hagas muchas leyes, y si las hicieres, procura que sean buenas, y sobre todo que se guarden y cumplan, que las pragm¨¢ticas que no se guardan lo mismo es que si no fuesen". Una reforma de la reforma necesariamente consensuada porque la educaci¨®n no necesita una pol¨ªtica de partido sino de una pol¨ªtica de Estado. Es un servicio a la rep¨²blica como dej¨® dicho el cl¨¢sico. Con car¨¢cter de urgencia, nuestros legisladores y gobernadores deber¨ªan llegar a un compromiso legal para financiar en un corto espacio de tiempo cuantas construcciones escolares se necesitan. Una red digna de centros podr¨ªa estar lista en menor tiempo del que se necesit¨® para levantar ese complejo de ocio llamado Tierra M¨ªtica. Y, por supuesto, el dinero p¨²blico es primero para la escuela p¨²blica y luego, si queda, para parques de ocio. Claro que, a lo peor, tendremos que esperar a que los esturiones remonten de nuevo el Turia para que desaparezcan protestas y plataformas, para que tengamos eso tan raro que se llama normalidad.
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