Seguidillas del siglo XVIII
En nuestros archivos catedralicios hay una gran cantidad de documentaci¨®n para la historia de la poes¨ªa espa?ola. Cada a?o, conmemorando las festividades religiosas -Corpus, Navidad- se compon¨ªan letras y m¨²sica en torno a los acontecimientos. Fue normal el olvido de tanto tema reiterado: por eso la colecci¨®n malague?a a la que voy a dedicar mi atenci¨®n tiene valor excepcional. La fortuna de las seguidillas [composici¨®n m¨¦trica que puede constar de cuatro o siete versos] en el siglo XVIIII fue incre¨ªble; basta para convencerse con repasar lo que Subir¨¢ cuenta. En las tonadillas esc¨¦nicas serv¨ªan para todo y eran como su "ep¨ªlogo obligado", vinieran o no a cuento. Tambi¨¦n en los villancicos religiosos las seguidillas aparec¨ªan en estribillos, arias, tonadas, coplas, pastorelas, en introducciones y finales.Los villancicos no se apartan de la moda de su ¨¦poca en el empleo de las seguidillas; pero -sin embargo- son de una notable parvedad en el uso de la estrofa. Tal vez el decoro del lugar donde iban a cantarse impidi¨® que se recurriera a toda inmensa variedad de "seguidillas majas" y se limitaran los poetas a la austeridad -relativa- de las que se llamaron "seguidillas serias". Y en ello tendr¨ªamos claramente establecida la oposici¨®n entre estas tonadas religiosas y las esc¨¦nicas posteriores. Desde 1715, la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica intent¨® prohibir las comedias en M¨¢laga, pero cont¨® con resistencias. Sin embargo, las epidemias de 1741 y 1751 exigieron instalaciones sanitarias y hacer examen de conciencia; oportunidad que aprovecharon los moralistas para terminar con el teatro y con las comedias. Por esos a?os los villancicos en seguidillas o en romances vinieron a cumplir -restringida, orientada...- la misi¨®n del teatro.
Durante a?os, en M¨¢laga no hubo m¨¢s teatro que el catedralicio. Ah¨ª est¨¢ el testimonio de lo que estos villancicos permiten entrever: lucha entre tradici¨®n espa?ola e innovaci¨®n italiana, ejercicios para satisfacer la demanda del p¨²blico: m¨²sica italiana para conmemorar la Concepci¨®n de Mar¨ªa y tradici¨®n espa?ola en los autos de Navidad. La catedral convertida en auditorio de conciertos cortesanos o de representaciones vulgares. He aqu¨ª la doble vertiente que en estos poemillas encontramos una y otra vez. Cultismo y popularismo. Aqu¨¦l como manifestaci¨®n de sus cultivadores, ¨¦ste como necesidad sentida por quienes escuchaban. Estos textos ven¨ªan a ser un canal de comunicaci¨®n entre las autoridades eclesi¨¢sticas y los fieles. Pero el mensaje que transmit¨ªan estaba condicionado por los hechos que afectan a la sociolog¨ªa de la obra literaria: los obispos luchaban contra las comedias, pero el pueblo no pod¨ªa pasar sin ellas. Entonces la catedral se convirti¨® en el escenario -noble y condicionador- donde se pod¨ªa ver un conato de representaci¨®n y o¨ªr un eco de aquella pol¨¦mica entre el arte tradicional y el italianizante de la corte.
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