Personas ol¨ªmpicas
Ahora que ya se ha apagado la llama ol¨ªmpica hasta dentro de cuatro a?os, ha llegado el momento de reflexionar sobre el significado de los Juegos de Sydney. Cuando se baja a la cancha, cualquiera entiende que lo que est¨¢ en juego es algo m¨¢s que la mera lucha de un atleta contra otro. Hitler lo entendi¨® en 1936, cuando Jesse Owens deshinch¨® lo que deb¨ªa ser la escenificaci¨®n de la supremac¨ªa aria. ?Por qu¨¦ EE UU domina en atletismo, contando con que a la gente le interesan menos los logros en este campo? La raz¨®n no est¨¢ desconectada del hecho de que son norteamericanos los que compiten y no es el Estado. Programas centralizados pueden dar equipos bien engrasados, como ocurre con muchos de los chinos (...). Sin embargo, la fuerza de EE UU radica en su libertad y su car¨¢cter abierto, valores cada vez m¨¢s compartidos por un mayor n¨²mero de pa¨ªses en el mundo tras la ca¨ªda del bloque sovi¨¦tico. (...)Uno de los m¨¢s gloriosos momentos de los Juegos Ol¨ªmpicos fue uno decididamente contrario a lo pol¨ªticamente correcto. El nadador norteamericano de 19 a?os Anthony Ervin gan¨® una medalla de oro (...) y los comentaristas parec¨ªan obsesionados en determinar qu¨¦ porcentaje de su sangre era negra o nativa americana, pero sus padres dijeron que al poner el acento en el problema de la raza se distra¨ªa a la gente de la importancia de sus logros. (...)
A pesar de todo, los Juegos Ol¨ªmpicos son una fiesta de la libertad, (...) y todos los que han tratado de que fuera una muestra del poder de las dictaduras han fracasado en ¨²ltimo t¨¦rmino.
, 2 de octubre
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