Presi¨®n y paciencia
El pulso entre la calle y Milosevic ha entrado en una fase decisiva. Como ha recordado el coordinador de la oposici¨®n, Zoran Djindjic, denigrado por el propio Milosevic, se necesitan presi¨®n y paciencia porque el objetivo es hacer caer al dictador de su cada vez m¨¢s reducida base de poder. Ayer, la campa?a de desobediencia civil lanzada por la oposici¨®n no logr¨® detener la vida del pa¨ªs, pero tuvo un significativo seguimiento en numerosas ciudades y entre distintos colectivos profesionales y sociales. De momento, las fuerzas represivas han optado por la moderaci¨®n. Si el alcance de las movilizaciones indica que la poblaci¨®n ha perdido miedo, no es seguro que tengan la fuerza suficiente para hacer caer al dictador.Slobodan Milosevic rob¨® fraudulentamente la victoria en las elecciones presidenciales yugoslavas al l¨ªder de la oposici¨®n, Vojislav Kostunica, aunque se declarase perdedor en los resultados oficiales: 40% frente a casi 49% de su rival. Sin embargo, Milosevic forz¨® una segunda vuelta para el pr¨®ximo domingo. La oposici¨®n ha rechazado seguir este juego. Kostunica y la coalici¨®n de partidos y movimientos que le apoyan exigen que se reconozca su victoria, y presionan directamente para forzar la ca¨ªda del dictador. Est¨¢ por ver que la oposici¨®n no haya cometido un error de estrategia al negarse, pese a todo, a volver a intentar tumbarle con los votos, optando por medir sus fuerzas ya s¨®lo en la calle. Si Kostunica no se presenta, y Milosevic, como hiciera Fujimori en Per¨², concurre como candidato ¨²nico, podr¨ªa confirmarse como presidente de la Federaci¨®n, y, de nuevo, como siempre ha hecho, ganar tiempo y complicar la situaci¨®n.
Ayer, por vez primera desde que la OTAN pusiera fin a los bombardeos en junio de 1999, Milosevic se dirigi¨® por televisi¨®n solemnemente a la naci¨®n para fustigar a la oposici¨®n, sembrar confusi¨®n y confirmar la segunda vuelta. Es un signo de que intenta retomar la iniciativa, pero tambi¨¦n de creciente debilidad. No se sabe con qu¨¦ fuerzas cuenta en el ej¨¦rcito, en la pol¨ªcia y en el resto de ¨¢mbitos de poder, ni se conoce si hay negociaciones secretas en curso para buscarle una salida personal fuera de Yugoslavia.
Si aumenta la presi¨®n interna en contra del r¨¦gimen, tambi¨¦n lo hace la exterior. Suiza congel¨® ayer las cuentas de un centenar de allegados de Milosevic, algo que probablemente pod¨ªa haber hecho antes. Frente a la sociedad yugoslava, la presi¨®n occidental, y en particular la coordinada por la Uni¨®n Europea, ha cambiado su tono amenazante de anta?o por otro constructivo -el levantamiento de sanciones si se va Milosevic-, que puede alentar moralmente la resistencia civil y pac¨ªfica.
Una vez m¨¢s, sin embargo, es Rusia la que mejor puede encontrar un desenlace a la crisis yugoslava. El presidente ruso, Putin, ha reconocido los resultados oficiales del 24 de septiembre, se ha declarado partidario de una segunda vuelta y, sobre todo, ha ofrecido la mediaci¨®n de su pa¨ªs, ya sea en Belgrado o en Mosc¨², entre Milosevic y Kostunica. El dictador la ha rechazado. El opositor la sopesa.
La salida de Milosevic no resulta f¨¢cil. El hecho de que est¨¦ acusado de genocidio por el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia no facilita la cesi¨®n del poder y que busque refugio en alg¨²n lugar rec¨®ndito de las estepas rusas. La persecuci¨®n de este criminal por la Justicia internacional no debe cejar. No es el momento de levantar la presi¨®n, sino de reforzarla.
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