"Nos hubiera gustado una mayor comprensi¨®n en Espa?a"
Los Gobiernos de Chile y Espa?a firman la paz tras el hurac¨¢n que supuso el caso Pinochet. Soledad Alvear, la ministra chilena de Relaciones Exteriores, fue recibida ayer por el Rey y el presidente del Gobierno y se reuni¨® con su colega Josep Piqu¨¦ para renovar el Tratado de Cooperaci¨®n y Amistad. Es la primera visita ministerial despu¨¦s de la crisis de Pinochet y el objetivo, adem¨¢s de recomponer lazos y relanzar la cooperaci¨®n, es el de preparar el viaje a Espa?a del presidente chileno, Ricardo Lagos, previsto para la primavera de 2001. Alvear, de 49 a?os, democristiana, fue ministra de Justicia en el anterior Gobierno del presidente Patricio Aylwin y jug¨® un papel fundamental en la direcci¨®n de la campa?a electoral de Lagos. Su triunfo le permiti¨® ocupar, el 11 de marzo, la cartera de Relaciones Exteriores.
Pregunta. Reanudar relaciones es el objetivo. Objetivo necesario, porque la etapa atravesada fue realmente mala.
Respuesta. S¨ª, dif¨ªcil. Chile sostuvo, y sigue sosteniendo, que son nuestros tribunales de justicia, en nuestro pa¨ªs, los que deben conocer los delitos que en Chile se han cometido. ?sa es la tesis de nuestro pa¨ªs, es la tesis que seguimos sosteniendo y es lo que est¨¢ ocurriendo: los hechos delictivos cometidos son conocidos por un poder judicial que es aut¨®nomo e independiente. Y en paralelo, nosotros suscribimos muy temprano el Tratado de Roma para crear el Tribunal Penal Internacional. Hemos presentado este proyecto al Congreso nacional. Ya se aprob¨® en dos comisiones de la C¨¢mara de Diputados y esperamos muy pronto llevarlo al pleno, porque creemos que si no es posible, por razones distintas de considerar, juzgar a personas en distintos pa¨ªses, el Tribunal Penal Internacional es el ¨®rgano que establece el proceso y faculta para conocer determinados delitos. Es la forma en la que debe abordarse algo tan delicado como los derechos humanos.
P. ?Ustedes entendieron las posiciones del Gobierno espa?ol?
R. Esta tesis que hemos sostenido fue, en definitiva, diferente a la que aqu¨ª se sostuvo, especialmente por un juez, que fue el que estaba realizando la investigaci¨®n. Nosotros comprendemos y respetamos la autonom¨ªa que el poder judicial tiene en los respectivos pa¨ªses. Sin embargo, hemos reiterado con mucha fuerza y seguimos haci¨¦ndolo que el ¨²nico camino para que exista una jurisdicci¨®n internacional en materia de delitos graves sobre derechos humanos es la existencia de un Tribunal Penal Internacional.
P. Por cierto, en su agenda no figura ning¨²n encuentro con el juez Baltasar Garz¨®n.
R. No. No lo he solicitado y no corresponde. No estoy trabajando a nivel judicial.
P. ?Qu¨¦ se alter¨® entre los dos Gobiernos en el curso del caso?
R. Aquello gener¨® una situaci¨®n de estancamiento en las relaciones bilaterales, y eso no es bueno. Tenemos un pasado com¨²n, familias comunes, tenemos tantas tareas que construir. Fue tan fuerte lo ocurrido que no hubo posibilidad de tener una situaci¨®n m¨¢s llana. Creo que ahora estamos en condiciones de poder retomar las relaciones.
P. ?No han quedado heridas?
R. Quisi¨¦ramos que existiese una comprensi¨®n de lo que fue nuestra postura.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n les llegaba desde Espa?a?
R. Yo dir¨ªa que en algunas ocasiones se percibi¨® en nuestro pa¨ªs una incomprensi¨®n respecto a lo que plante¨¢bamos. Nos habr¨ªa gustado que se hubiera comprendido mejor. Ojal¨¢ que hoy se comprenda.
P. ?Las inversiones espa?olas en Chile (m¨¢s de la mitad de la inversi¨®n extranjera) sufrieron con el caso Pinochet?
R. Espa?a es el primer pa¨ªs inversor de la UE en nuestro pa¨ªs, y en sectores estrat¨¦gicos. Es un socio relevante. Hubo un momento de baja de inversiones y exportaciones -ya superada-, pero es dif¨ªcil valorarlo, porque coincidi¨® con la crisis asi¨¢tica.
P. ?Comparte la impresi¨®n de que el caso Pinochet fue muy ¨²til?
R. Mire, yo quiero se?alarle con mucha franqueza que en nuestro pa¨ªs, nuestros jueces y nuestros tribunales estaban conociendo, con antelaci¨®n a lo ocurrido aqu¨ª en Espa?a, muchos casos de violaciones de derechos humanos, algunos con sentencias condenatorias, y personas que hab¨ªan violado derechos humanos, que hab¨ªan atentado y matado, o participado en hechos muy delicados, se encuentran cumpliendo condena.
P. ?Qu¨¦ implica el despojamiento de la inmunidad de Pinochet decidido por la Corte Suprema?
R. La existencia de un poder judicial aut¨®nomo que toma las decisiones como lo estiman pertinente sus jueces, en atenci¨®n a lo que se somete a su consideraci¨®n, y, por ende, el pleno funcionamiento del Estado de derecho.
P. ?Es realista la posibilidad de que Pinochet sea condenado?
R. ?sa es una decisi¨®n que corresponde a los tribunales de justicia. En un Estado de derecho, a los otros poderes no nos corresponde ni involucrarnos ni emitir opiniones. Lo que s¨ª nos corresponde a todos es acatar las resoluciones judiciales, independientemente de la valoraci¨®n que se tenga.
P. Las actuaciones en curso podr¨ªan -como ha dicho el almirante Jorge Arancibia, comandante en jefe de la Armada- paralizar la recogida de datos sobre desaparecidos?
R. Se ha llevado adelante con mucho ¨¦xito una mesa de di¨¢logo en la que participaron personas que durante a?os tuvieron desencuentros: Fuerzas Armadas, personas de la sociedad civil vinculadas a los derechos humanos, abogados..., que entregaron una propuesta al presidente que luego fue ley. Esa ley tiende a buscar los restos de los desaparecidos y nosotros albergamos esperanzas de que haya efectivamente esa informaci¨®n. Esto se est¨¢ realizando de forma reservada y esperamos que esas expresiones [las de Arancibia] no se reflejen luego en la realidad, despu¨¦s del esfuerzo tan importante que ha hecho la sociedad chilena. Mientras existan v¨ªctimas cuyos restos no se han encontrado, en Chile va a permanecer una herida abierta.
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