Socialistas, CiU y CC esperan "concesiones" del Gobierno para apoyar la nueva Ley de Extranjer¨ªa

El Gobierno super¨® ayer el primer asalto de la llamada "contrarreforma" de la Ley de Extranjer¨ªa. Los votos sumados de populares, Coalici¨®n Canaria y CiU tumbaron las seis enmiendas a la totalidad presentadas, -s¨®lo apoyadas por los 19 diputados de los partidos promotores-, en una holgada votaci¨®n en la que el PSOE se abstuvo como se?al de buena voluntad para un futuro acuerdo sobre la reforma. Socialistas, convergentes y canarios dejaron claro que s¨®lo apoyar¨¢n la ley en el debate final si arrancan al Gobierno "concesiones", especialmente sobre los derechos de los inmigrantes.

Apenas siete meses despu¨¦s de la entrada en vigor de la actual Ley de Extranjer¨ªa, el ministro del Interior, Jaime Mayor, tuvo que defender ayer la reforma del texto con un argumento nuevo -"la realidad ha desbordado las previsiones de la ley"- y dos ya conocidos: la necesidad de adaptarse a la pol¨ªtica comunitaria y de establecer la capacidad de acogida real de Espa?a. Mayor pidi¨® "prudencia y orden" para evitar caer "en los errores" de otros pa¨ªses y para no repetir "la indefinici¨®n y confusi¨®n" de algunos aspectos de la ley org¨¢nica que menos tiempo va a estar en vigor. "No se puede hacer pol¨ªtica sobre lo irregular (...) y el camino no es facilitar al m¨¢ximo el paso de la situaci¨®n de inmigrante ilegal a la de legal", sentenci¨®. La oposici¨®n en bloque rechaz¨® los argumentos b¨¢sicos del Gobierno. Los enmendantes (Chunta Aragonesista, PNV, IU, Iniciativa per Catalunya, BNG y EA) negaron que la ley hubiera sido desbordada por la realidad porque apenas le ha dado tiempo a echar a andar y porque ni siquiera se ha elaborado su reglamento. Adem¨¢s, reprocharon al Gobierno su "campa?a alarmista" sobre el supuesto efecto llamada de la ley. Pero sobre todo criticaron el modelo policial y de recorte de derechos y libertades que, a su juicio, consagra el proyecto de reforma. Margarita Ur¨ªa, del PNV, advirti¨® al Ejecutivo de que la norma puede ser inconstitucional. Por su parte, Francisco Frutos, de IU, tras adherirse a los argumentos de Ur¨ªa, se quej¨® del "retroceso" de CiU ante el proyecto e hizo votos para que el PSOE no haga lo mismo.

El socialista Jes¨²s Caldera se sacudi¨® la reprimenda de Frutos, asegurando que su partido no ha cambiado de actitud. Caldera insisti¨® en la necesidad de un pacto de Estado sobre la inmigraci¨®n y defendi¨® la abstenci¨®n del PSOE como "una renuncia a la dial¨¦ctica del enfrentamiento" para alcanzar futuros acuerdos. El diputado socialista distingui¨® entre "principios irrenunciables" en torno a la inmigraci¨®n y objetivos, sobre los que s¨ª caben cesiones y acuerdos. Caldera condicion¨® el posible apoyo final del PSOE a la reforma a la aceptaci¨®n de algunas de sus 50 enmiendas. "No renunciamos a un acuerdo de toda la C¨¢mara. Ahora le toca al PP y al Gobierno mover ficha. Nuestro voto final estar¨¢ ligado a que se cumplan algunas condiciones", dijo.

El Gobierno s¨ª logr¨® el voto favorable a sus tesis de CiU y Coalici¨®n Canaria, que consideraron la ley actual como "reformable", siempre que la propuesta del Ejecutivo "no sea cerrada" y que conlleve la adopci¨®n de "una pol¨ªtica global" sobre inmigraci¨®n. Carles Campuzano, del Grupo Catal¨¢n, avis¨® de que el Gobierno "no tiene garantizado el apoyo de CiU", formaci¨®n que fijar¨¢ su posici¨®n final "en funci¨®n del desarrollo del tr¨¢mite parlamentario". "Si cree que la ¨²nica postura v¨¢lida es la suya, se equivoca", subray¨® Campuzano, para quien el "buen tono" mantenido por el Gobierno en las negociaciones "debe concretarse con las enmiendas". En la misma l¨ªnea se expres¨® Paulino Rivero (CC), para quien algunas posturas de los populares est¨¢n haciendo muy dif¨ªcil el consenso.

Socialistas e IU se quejaron formalmente de los "empujones" propinados por la polic¨ªa a los representantes de varias ONG que pretend¨ªan entregar en el Congreso un manifiesto por la convivencia. Entre las empujadas estaba la diputada socialista Delia Blanco.