Un Mundial envenenado

Todo el mundo lo sabe. Fue un error de c¨¢lculo en un Mundial envenenado. Si Abraham Olano hubiera ganado el Mundial, la reacci¨®n habr¨ªa sido ?y qu¨¦? ?A qui¨¦n ha ganado? ?A Armstrong, a Ullrich, los dos mejores del mundo? ?Quiz¨¢s a Z¨¹lle, que tambi¨¦n ha sido campe¨®n del mundo? No. Ha ganado, se dir¨ªa, el Mundial de la eliminaci¨®n. Ha ganado, murmurar¨ªan, a un pu?ado de especialistas j¨®venes y viejos, habituales componentes del decorado general, del fondo de escenario, de todas las pruebas de contrarreloj de la ¨²ltima d¨¦cada: Rich, Gontchar, Belohvosciks, Boardman... Un Mundial devaluado. Habr¨ªa ganado, se a?adir¨ªa, por persistencia; como gan¨® las carreras de febrero y marzo, cuando los que iban a ganar el Tour a¨²n estaban en el proceso de adelgazar, eliminar grasas y coger fondo; ahora, cuando los que han ganado el Tour ya est¨¢n en casa descansando.No gan¨®. Ni siquiera subi¨® al podio. Termin¨® quinto. Detr¨¢s de los habituales veteranos y tambi¨¦n detr¨¢s del joven que sube, el fen¨®meno h¨²ngaro Laszlo Bodrogi. Un desastre. El veneno.

Cuando termin¨® la Vuelta, Olano no ten¨ªa nada claro participar en el Mundial. Lo ve¨ªa muy lejos. Cuando termin¨® los Juegos, en Sydney, un honorable cuarto en la contrarreloj, el guipuzcoano dijo m¨¢s de lo mismo. M¨¢s todav¨ªa: se confes¨® fatigado, harto de correr, record¨® los 50.000 kil¨®metros que llevaba en las piernas, lleg¨® a plantear abiertamente que quiz¨¢s deber¨ªa haber dejado la Vuelta a la mitad, como hab¨ªa hecho Ullrich, para preparar m¨¢s eficientemente, la contrarreloj ol¨ªmpica.

La pregunta surge, entonces, sola. Si no era, evidentemente, el mejor Olano de la temporada; si la victoria no ser¨ªa valorada, si el fracaso ser¨¢ amplificado; si la ecuaci¨®n riesgo-recompensa estaba tan descompensada, ?por qu¨¦ fue Olano a Plouay?

Avaricia. Un t¨ªtulo es un t¨ªtulo, dicen los habituales consejeros, y cuando te retires, Abraham, le susurran al o¨ªdo, todo el mundo recordar¨¢ que has ganado un Mundial de fondo, y uno contrarreloj, y si ganas el de Francia, otro m¨¢s contrarreloj, y nadie recordar¨¢ qui¨¦n estaba cuando lo ganaste, y qui¨¦n no estaba. No hay riesgo: todo son beneficios, le presionan. Un esfuerzo m¨¢s, una hora m¨¢s, y otro Mundial. De ah¨ª el error de c¨¢lculo.

Olano es obediente y buen chico. Fatigado y todo, agotado tras una temporada devastadora, se vaci¨® en las carreteras bretonas. Termin¨® vac¨ªo. Y triste. Si por algo se distingu¨ªa, hasta ayer, el campe¨®n guipuzcoano, era por no fallar el d¨ªa decisivo: en todos los Mundiales contrarreloj en que hab¨ªa participado hab¨ªa tocado metal. Hasta ayer.