La tradici¨®n y la memoria
La expulsi¨®n del PNV de la Internacional Dem¨®crata Cristiana constituye un acontecimiento triste, pero l¨®gico. Respecto de lo segundo, conviene recordar que los nacionalistas vascos hab¨ªan abandonado ya las filas del Partido Popular europeo, para buscarse un acomodo all¨ª donde no pudieran ser objeto de las presiones propias de grupos como los democristianos conservadores, poco inclinados a aventuras como ponerse a cambiar fronteras desde irredentismos enloquecidos y entablar alianzas con portavoces del terrorismo pol¨ªtico. Por otra parte, la decisi¨®n alcanzada en Chile constituye una advertencia: el camino emprendido por el PNV en los ¨²ltimos a?os lleva a su aislamiento a escala internacional, y a la condena de unos objetivos pol¨ªticos enfrentados con la tradici¨®n democristiana.Es sin duda tambi¨¦n un hecho triste. Fue la representante de Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya la que busc¨® un resquicio para que la expulsi¨®n no se produjera. El gesto supon¨ªa un homenaje a la memoria hist¨®rica, a la vieja amistad pol¨ªtica y personal de Carrasco Formiguera, el pol¨ªtico democristiano catalanista luego fusilado por Franco, con hombres del PNV tambi¨¦n animados por un claro esp¨ªritu democr¨¢tico en 1936. Nunca a lo largo de su vida pol¨ªtica cort¨® el PNV del todo el cord¨®n umbilical con la concepci¨®n integrista y xen¨®foba del catolicismo pol¨ªtico que definiera Sabino Arana, pero a lo largo de su historia fue elaborando un planteamiento mucho m¨¢s abierto, sinceramente cristiano y sinceramente democr¨¢tico, como el que el alav¨¦s Francisco Javier Land¨¢buru supo reflejar en La causa del pueblo vasco, en 1956: independiente o libremente integrada con otras nacionalidades en una Espa?a (con)federal, siempre por procedimientos democr¨¢ticos, bajo el signo de su fe cristiana, "progresista y espiritualista a la vez debe ser Euskadi". Una trayectoria que arranca de la Segunda Rep¨²blica, s¨®lidamente arraigada en muchos militantes del PNV y que ahora se ve truncada.
Aun antes de que tuviera lugar este corte simb¨®lico en Chile, se hab¨ªan materializado los actos, las palabras y los gestos de la actual direcci¨®n. Carente de solidaridad cristiana y democr¨¢tica hacia los partidos que ven caer uno tras otro a sus militantes, es la intolerancia del viejo carlismo lo que aflora en la sucesi¨®n de desplantes y exabruptos con que Arzalluz glosa la muerte ajena. De Ibarretxe, m¨¢s all¨¢ de rese?ar la expresi¨®n de comulgante con que saluda a los obispos que le sonr¨ªen, nada hay que decir: en un conflicto tan grave como el actual, lo suyo es resistir, seg¨²n sus palabras en el Alderdi Eguna, "a cara de perro", cosa poco cristiana para los tiempos que corren, caracteriz¨¢ndose adem¨¢s, seg¨²n la descripci¨®n elogiosa que en El Mundo hizo de ¨¦l hace 11 d¨ªas Anasagasti, por su "mala leche" (sic). A Dios rogando pero, como hubiera dicho Lenin, ?para qu¨¦? Y en el pensamiento de Egibar resulta evidente que no hay hombres, s¨®lo vascos (l¨¦ase abertzales) y sus enemigos. Lo que a ¨¦stos les pase en Euskadi, no le conmueve.
En suma, residuos integristas, los que se quiera, pero de democracia cristiana, nada: por eso no les preocupa, como no le preocupaba a cierto dictador balc¨¢nico, saberse en minor¨ªa. Los ciudadanos vascos no cuentan. Haber recibido el Gobierno de un pacto con ETA, tampoco. Ellos son por designaci¨®n propia los aut¨¦nticos vascos, los miembros de una umma en sentido isl¨¢mico, ¨²nicos depositarios del destino de la Comunidad Vasca. Ni los derechos del hombre, ni los usos parlamentarios vigentes en el mundo democr¨¢tico, ni la insistencia de ETA en matar contando con que nunca abandonar¨¢n PNV y EA el esp¨ªritu de Lizarra, les mueven a una rectificaci¨®n. Aprovechar¨¢n la cordial espantada de EH para no reconocer que les ha censurado la mayor¨ªa absoluta del Parlamento vasco con sus diputados hoy efectivos. Y as¨ª a seguir, entre cat¨¢strofes, si es posible hasta que acabe la legislatura, acusando a los espa?olistas de lo que pasa. Es una escena digna del Tel¨¦fono rojo de Kubrick, con Sterling Hayden cabalgando feliz sobre el misil, que la sociedad vasca no se merece. De paso, la necesaria reintegraci¨®n del PNV a la democracia se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil. La anunciada manifestaci¨®n institucional contra ETA ser¨ªa un primer paso en este sentido de negociar los lemas y no obstinarse en un "apoliticismo" (frente a la del 23 de septiembre) que puede esconder el lehendakari aurrera. El PSOE debiera tenerlo en cuenta.
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