Lucha por el control de las industrias serbias
Los comit¨¦s obreros se enfrentan a los directivos impuestos por el r¨¦gimen de Milosevic en las f¨¢bricas
Comit¨¦s de crisis, formados por seguidores de la Oposici¨®n Democr¨¢tica de Serbia (DOS), coalici¨®n vencedora en las elecciones del pasado 24 de septiembre, han iniciado por todo el pa¨ªs una campa?a de acoso y tentativa de derribo contra los directores de las empresas estatales afines al r¨¦gimen del derrotado presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic. El Gobierno de Serbia, una coalici¨®n de fuerzas del r¨¦gimen desp¨®tico de Milosevic, acusa a la DOS de llevar a Serbia "a la par¨¢lisis social y econ¨®mica total", como consecuencia de las actividades de esos comit¨¦s de crisis, "que intentan reemplazar la direcci¨®n leg¨ªtima de las empresas".En la Industria de Motores y Tractores (IMT), situada a unos 10 kil¨®metros del centro de Belgrado, el director general Vidan Djokovic, un ingeniero industrial de 40 a?os, ve peligrar su puesto. Djokovic, que en un pa¨ªs occidental ser¨ªa la encarnaci¨®n viviente de un yuppie con ¨¦xito, se vio obligado el martes pasado a abandonar por la fuerza su despacho. "Fue algo muy feo", explica Djokovic: "fue una verg¨¹enza y eso degrada los cambios democr¨¢ticos en nuestro pa¨ªs. Ha sido un golpe cl¨¢sico, con elementos de linchamiento. Unos 30 tipos llegaron a mi despacho y me dijeron 'l¨¢rgate'. No creo que tengan el apoyo de la direcci¨®n de la DOS. Son un bald¨®n para el proceso de cambios". No quedaron as¨ª las cosas. Pero 24 horas despu¨¦s, "unos 1.000 obreros me devolvieron al puesto del que me hab¨ªan echado 30", asegura Djokovic,.
La lucha por la direcci¨®n de la IMT est¨¢ abierta. Esta empresa era una de las joyas de la antigua Yugoslavia. A fines de los ochenta, produc¨ªa 40.000 tractores anuales. Tras las guerras y sanciones, la producci¨®n cay¨® hasta 1.500, el a?o 1996. Asegura Djokovic que, bajo su direcci¨®n, la producci¨®n subi¨® hasta 3.000 tractores anuales, para volver a caer por debajo de los 1.500 el a?o pasado, como consecuencia de los bombardeos de la OTAN, que no afectaron a la f¨¢brica de Belgrado. La plantilla de IMT es de 3.700 asalariados. Su producci¨®n anual no llega ni siquiera a medio tractor al a?o por cada dos obreros. No hay expresi¨®n m¨¢s palpable de la situaci¨®n ruinosa en que el r¨¦gimen ha dejado la econom¨ªa de Serbia.
El director Djokovic asegura que no pertenece a ning¨²n partido y justifica su candidatura en las elecciones municipales el pasado 24 de septiembre en las listas del Partido Socialista de Serbia (SPS) de Milosevic con la necesidad de asegurarse buenas relaciones con el r¨¦gimen, "para no dejar a los obreros sin sueldo. No pod¨ªa dejarlos plantados. ?C¨®mo es posible dirigir una f¨¢brica de 4.000 obreros en tiempos tan dif¨ªciles sin hacer concesiones?".
La postura de este alto ejecutivo empresarial pone de manifiesto el escaso apego con que contaba el r¨¦gimen de Milosevic, incluso entre los cuadros altos del r¨¦gimen. Con la situaci¨®n todav¨ªa indecisa y cuando el Gobierno de Serbia afirma estar dispuesto a mantener firmes las riendas, el director de esta gran empresa estatal no vacila en declarar: "Kostunica es la ¨²nica forma de parar el camino hacia el abismo. Es el mejor, el ¨²nico de la DOS que puede unir todos los buenos sentimientos y emociones de los serbios. Espero que ¨¦l no haya dado las ¨®rdenes para lo que pas¨® aqu¨ª y que no sepa lo que ocurre".
A escasos metros del despacho del director, casi puerta con puerta, se sientan en un despacho los dirigentes del comit¨¦ de crisis, que disputan el mando en la IMT. Otro ingeniero industrial, Slobodan Petrovic, de 45 a?os, se ha erigido en portavoz del comit¨¦ de crisis. Relata Petrovic que en 1998 ellos hab¨ªan sido elegidos para dirigir la empresa, pero el Gobierno de Serbia no los reconoci¨® y los destituy¨®. Su recurso ante la justicia no tuvo la menor respuesta. Ahora quieren recuperar la direcci¨®n de la f¨¢brica.
Petrovic acusa a Djokovic de haberse pasado a las filas del partido de Milosevic y por ese motivo se encuentra en la lista de 600 ciudadanos de Yugoslavia que no reciben visado para viajar a Occidente. "?C¨®mo se pueden negociar cr¨¦ditos o ventas, si ni siquiera puede salir del pa¨ªs?", se pregunta Petrovic. No ve mal la expulsi¨®n de Djokovic: "Yo no dir¨ªa que lo echaron. S¨®lo quer¨ªan que dimitiera y que pasara a la situaci¨®n de lista de espera, para que vea c¨®mo es eso".
Seg¨²n Petrovic, algunos mandos intermedios, gente del SPS y de la Izquierda Unida Yugoslava (JUL), el partido neocomunista de Mira Markovic, la esposa de Milosevic, "llegaron a la puerta y la abrieron por la fuerza para llevarlo [a Djokovic] a su despacho". "Decid¨ª abolir la prohibici¨®n de que entraran para evitar conflictos mayores", a?adi¨®.
Ahora, las espadas se mantienen en alto en la IMT, en espera de la convocatoria de un refer¨¦ndum, para que los obreros decidan qu¨¦ direcci¨®n quieren: la antigua o la del comit¨¦ de crisis. Petrovic asegura sobre Djokovic: "fuera del trabajo me llevo bien con ¨¦l y hasta podemos tomar un caf¨¦ juntos, pero aqu¨ª dentro no hay piedad. Por sus relaciones con el r¨¦gimen corrupto no hay sitio para ¨¦l en la f¨¢brica".
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