El desfile
Quitando el d¨ªa en que me toc¨® desfilar, no de forma muy marcial por cierto, como soldado del regimiento de artiller¨ªa en que hice la mili, no acostumbraba yo acudir al desfile en el d¨ªa de la Fiesta Nacional. Desde la tribuna de invitados de la plaza de Col¨®n he visto este a?o pasar, junto con los soldados espa?oles, a los alemanes, franceses, belgas y luxemburgueses del llamado Eurocuerpo, mandado ahora por un general espa?ol; y no he podido por menos que recordar los tiempos en que la Virgen del Pilar no quer¨ªa ser francesa.La tribuna estaba llena de espa?oles que nada ten¨ªan que ver con aquel "esp¨ªritu" del nacionalismo espa?olista que fue la ¨²nica ideolog¨ªa de la ¨¦poca. No se respiraba patrioterismo alguno en el acto oficial presidido por el Rey. Y los soldados que desfilaban no tienen por capitana a ninguna divinidad en el cielo ni a ning¨²n sumo hacedor y deshacedor en la tierra; est¨¢n empe?ados en la defensa de una Constituci¨®n democr¨¢tica que garantiza a todos los derechos humanos y civiles y a unos pocos, incluidos algunos ilustres ausentes de las tribunas, la capacidad temporal de representarnos y de gobernar.
La v¨ªspera, el Ministerio de Defensa organiz¨® un concierto en el que la Banda de las Fuerzas Armadas H¨²ngaras interpret¨® soberbiamente piezas de Brahms, Liszt o Haydn. Y la de la Agrupaci¨®n de Infanter¨ªa de Marina de Madrid toc¨® piezas espa?olas, algunas de ellas incluidas en el programa con cierta intenci¨®n pol¨ªtica integradora, como la sardana La Santa Espina del maestro Enric Morera, que fue ("Som i serem gent catalana, tant si es vol com si no es vol") ("Somos y seremos gente catalana, se quiera o no") una m¨²sica reivindicativa nacionalista. La Fiesta Nacional de este a?o, no hace falta decirlo, se celebra en un momento muy especial; precisamente cuando ha arreciado el ataque contra su significado profundo por parte de quienes, llam¨¢ndose v¨ªctimas de Espa?a, se convierten en los peores verdugos de los ciudadanos espa?oles y en los mayores enemigos de la libertad; y tratan de sustituir una democracia imperfecta por una perfecta tiran¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.