El alcalde de Sant Fruit¨®s de Bages se niega a dimitir pese a darse las condiciones que exigi¨® para dejar el cargo

Desaparecido

El Ayuntamiento de Sant Fruit¨®s de Bages vive sin aclarar definitivamente su futuro. Ayer, ERC hab¨ªa emplazado al ex alcalde Bartomeu Ayala -que rompi¨® el pacto entre PSC y ERC con un voto en blanco en el relevo de la alcald¨ªa que dio la presidencia del Ayuntamiento a CiU- a que presentase la dimisi¨®n. La renuncia no lleg¨®, a pesar de que ERC esper¨® hasta las 14.00 horas en el Ayuntamiento con la intenci¨®n de que si Ayala presentaba la dimisi¨®n dar¨ªa satisfacci¨®n a una de las exigencias del ex alcalde: tambi¨¦n dimit¨ªa el que hab¨ªa sido concejal de Urbanismo y que manten¨ªa una dura pugna con Ayala, Casimir Sala. La imagen de los concejales y seguidores esperando una aparici¨®n de Ayala en el Ayuntamiento puso un cap¨ªtulo m¨¢s al vodevil que escribe Sant Fruit¨®s.

CiU gobierna actualmente con sus seis concejales que no le permiten tener la mayor¨ªa absoluta y en la oposici¨®n quedan los cuatro de ERC y los dos del PSC. El desequilibrante es Bartomeu Ayala, el ex alcalde que encabez¨® la lista del PSC, y que desde el pasado 3 de octubre, d¨ªa del pleno de sucesi¨®n, no ha hecho p¨²blica su nueva situaci¨®n pol¨ªtica en el municipio. Desde CiU, la ilusi¨®n por recuperar una alcald¨ªa que hab¨ªan tenido en sus manos desde el restablecimiento de las libertades democr¨¢ticas se comparte con la "intranquilidad" de no tener la mayor¨ªa absoluta o los apoyos necesarios. Desde ERC, grupo que deb¨ªa acceder al Gobierno seg¨²n el pacto inicial, la situaci¨®n es de "indignaci¨®n" ante la actitud de Ayala, al que responsabilizan de la situaci¨®n actual de crispaci¨®n social que padece el municipio y acusan de tr¨¢nsfuga.

El PSC vive en la desorientaci¨®n, tras no detectar a tiempo que Ayala les pasar¨ªa del Gobierno a la oposici¨®n sin que los cargos locales ni comarcales lo advirtiesen. Y la poblaci¨®n se divide entre partidarios y detractores de las fuerzas denominadas progresistas y de CiU. Seguidores de Ayala hay pocos, aunque los responsables de 15 entidades del municipio de afinidad convergente le hayan dado su apoyo.

Ayala no ha aparecido por el Ayuntamiento desde el d¨ªa del pleno y no ha hecho llegar su renuncia al cargo por ninguna otra v¨ªa. Su ¨²nica aparici¨®n desde el pleno fue un documento que facilit¨® a la prensa local en el que no dej¨® t¨ªtere con cabeza de ERC. El jueves, en la primera sesi¨®n plenaria tras la sucesi¨®n de la alcald¨ªa, cuando CiU d¨¦ a conocer la distribuci¨®n de carteras, Ayala tendr¨¢ la primera ocasi¨®n de dejarse ver. Ahora su imagen ha perdido todo cr¨¦dito en el pueblo, su nombre aparece en pintadas repartidas por las calles y carreteras de la zona, y ERC mantiene que la operaci¨®n es un apoyo a CiU y ve una mano negra en el cambio de faena que tendr¨¢ Ayala, que el pr¨®ximo 1 de noviembre pasar¨¢ de ser un t¨¦cnico de radiolog¨ªa del Hospital General de Manresa a ocupar el cargo de jefe de formaci¨®n de la competencia, el Centre Hospitalari de Manresa, con un sueldo notablemente superior.ERC y PSC -partido que ha expulsado a Ayala de su grupo municipal- no aceptan resignarse a su situaci¨®n de oposici¨®n. Han renovado el compromiso de pacto de gobierno, han puesto el cargo que exig¨ªa Ayala a su disposici¨®n, han rechazado el pacto de unidad que les ofrece CiU porque los convergentes quieren tener la alcald¨ªa, e insisten una y otra vez en que el pueblo de Sant Fruit¨®s decidi¨® tener una mayor¨ªa de izquierdas porque entre los dos partidos suman m¨¢s votos que CiU. Sant Fruit¨®s es una de las poblaciones de m¨¢s peso de la comarca tanto en habitantes -supera los 5.000-, como en el ¨¢mbito econ¨®nimo ya que concentra la mayor parte de los pol¨ªgonos industriales y comerciales de los alrededores de Manresa.