M¨¢s cambios en el sector el¨¦ctrico
Endesa e Iberdrola se fusionan. Y eso va a provocar un intercambio de activos mucho m¨¢s amplio y que va a afectar a m¨¢s empresas. Es una historia vieja. En la ¨¦poca de Franco ya suced¨ªa; las el¨¦ctricas privadas imped¨ªan que las p¨²blicas entraran en distribuci¨®n (Enher ten¨ªa que exportar electricidad a Francia), pero se quedaban luego con las centrales p¨²blicas que les interesaban (Sevillana, con las t¨¦rmicas de fuel de Auxini, y Uni¨®n Fenosa, con las hidroel¨¦ctricas de Moncabril). Con el PSOE hubo varios intercambios de activos. El primero en 1984, para evitar que quebraran las privadas sobreendeudadas en nucleares. El siguiente, en 1987, cuando Fecsa suspendi¨® pagos. La creaci¨®n de Iberdrola en 1993 fue un movimiento pro-activo, frente a la preeminencia de Endesa, auspiciado por IBV-Iberduero, con la colaboraci¨®n del presidente de Hidrola y luego presidente de Iberdrola. Al status actual se lleg¨® en 1996, tras la integraci¨®n de Sevillana y Fecsa en Endesa, cuando ¨¦sta pudo, por fin, ejercer poder accionarial donde s¨®lo hab¨ªa podido tener participaciones financieras, aunque ¨¦stas fueran predominantes.El actual episodio de Endesa e Iberdrola, iniciado, al parecer, defensivamente por Iberdrola frente a BBVA-Repsol y activamente por Endesa, para mejorar su mix de generaci¨®n y ganar implantaci¨®n en Europa, ha supuesto la "apertura de un mel¨®n" al que han acudido otros interesados en participar (Uni¨®n Fenosa) o en cambiar el dise?o con otro tipo de intercambios (Repsol-Gas Natural). Con ello se ha aceptado impl¨ªcitamente la posibilidad y conveniencia de que se redistribuyeran de forma diferente los activos el¨¦ctricos existentes en nuestro pa¨ªs, en l¨ªnea con lo que en el Reino Unido hizo Thatcher, con lo que luego se llev¨® a cabo en California o lo que va a tener lugar incluso en un pa¨ªs tan energ¨¦ticamente conservador como Alemania.
Por si alguna duda quedara sobre la licitud de este reajuste en Espa?a, bastar¨ªa recordar que el negocio de las el¨¦ctricas se conform¨® en base a concesiones hidr¨¢ulicas p¨²blicas (?qu¨¦ precio no alcanzar¨ªan hoy en una subasta tipo UMTS?) y a la utilizaci¨®n preferencial de un carb¨®n nacional protegido por razones sociales, para producir una electricidad que el consumidor no ten¨ªa otra alternativa que pagar a las tarifas oficiales. Al final de este proceso los activos han acabado repartidos entre las diferentes compa?¨ªas por estratos hist¨®ricos, sin que su estructura relativa sea la m¨¢s eficiente (hidroelectricidad concentrada en Iberdrola, carb¨®n en Endesa, distribuci¨®n entremezclada en el Cant¨¢brico entre Endesa, Uni¨®n Fenosa e Hidrocant¨¢brico, etc).
Pues bien, si hoy se acepta la posibilidad y conveniencia de distribuir estos activos de forma diferente, ?c¨®mo no debe hacerse? En primer lugar, en funci¨®n de supuestas amistades personales (esto no es "la guerra de Alfonso y Manolo", como insinuaba recientemente un columnista). Tampoco es de recibo que bancos y cajas pretendan manejar, en funci¨®n de sus intereses, la din¨¢mica de sociedades que cotizan en Bolsa con un valor de capitalizaci¨®n equivalente o superior al suyo y en las que s¨®lo cuentan con participaciones del 3%, el 5%, el 7%.
?Qu¨¦ criterios podr¨ªan ser tenidos en cuenta? Me referir¨¦, por no alargarme, a tres:
1. Tiene sentido contemplar en conjunto el gas y la electricidad porque, al contrario que el petr¨®leo, son expansivos y el crecimiento de cada uno requiere al otro en generaci¨®n, a la vez que presentan sinergias en su distribuci¨®n, si ¨¦sta se hace de forma conjunta. Junto con la consideraci¨®n de las cuatro el¨¦ctricas, hay, pues, que abrir tambi¨¦n el "mel¨®n del gas", tanto en aprovisionamiento como en distribuci¨®n.
2. Es conveniente la presencia en Espa?a de otros operadores extranjeros para favorecer una competencia real. Sin embargo, los activos que puedan adquirir en Espa?a, ser¨ªa preferible que se intercambiaran por otros, para potenciar la presencia exterior de las empresas energ¨¦ticas espa?olas.
3. La reestructuraci¨®n podr¨ªa dar lugar a la formaci¨®n de tres operadores el¨¦ctricos globales espa?oles (con independencia de que pueda haber otros m¨¢s peque?os, de nicho) con tama?o, eficiencia y presencia internacional. Estos grupos actuar¨ªan en Espa?a generando electricidad adicional con un gas competitivo de diferentes or¨ªgenes y distribuyendo conjuntamente gas y electricidad junto con otros servicios. Estos operadores espa?oles competir¨ªan entre s¨ª y con otros extranjeros implantados en Espa?a, en beneficio de los consumidores finales.
Los intercambios y las fusiones tienen que producirse por iniciativa empresarial y no pueden ser el resultado de un intervencionismo ilustrado. Sin embargo, la bondad del modelo final que se proponga debe ser aprobada por las diferentes instancias de que dispone la Administraci¨®n, para asegurar que se consigue eficiencia y competencia en beneficio de todos los consumidores.
Y finalmente, una reflexi¨®n. El modelo de suministro no terminar¨¢ con este intercambio. Producci¨®n competitiva y distribuci¨®n abierta son indispensables para que se disponga en Espa?a de electricidad al m¨ªnimo coste. Pero hasta ah¨ª seguir¨ªamos en el ¨¢mbito de la econom¨ªa tradicional. La nueva econom¨ªa, que aportar¨¢ m¨¢s prosperidad al pa¨ªs, se basar¨¢ en unos nuevos servicios energ¨¦ticos de m¨¢s valor a?adido y producidos con tecnolog¨ªas de informaci¨®n y comunicaci¨®n, que vendr¨¢n de la mano de los comercializadores, que ser¨¢n los que acabar¨¢n constituy¨¦ndose en las verdaderas multiutilities del futuro. Facilitar su aparici¨®n ser¨¢ el desaf¨ªo siguiente, que redundar¨¢ en beneficio de los consumidores, el empleo y el PIB del pa¨ªs.
Mart¨ªn Gallego M¨¢laga es economista e ingeniero. Fue secretario general de la Energ¨ªa entre 1982 y 1987. mgallego@iies.es
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