"No estamos a¨²n listos para la reunificaci¨®n"
Kim Dae-jung, el presidente de Corea del Sur, debe de ser un hombre feliz. Culmin¨® su carrera pol¨ªtica de opositor logrando ser elegido en 1997 a la presidencia; tendi¨® la mano a Kim Jong-il, el l¨ªder de la Corea comunista, y en junio pasado el "gran l¨ªder" acept¨® por fin estrecharla. Ahora acaba de ser galardonado por su pol¨ªtica de reconciliaci¨®n con su adversario del Norte con el Premio Nobel de la Paz. Acaso su ¨²nica frustraci¨®n ser¨¢ que, a sus 74 a?os, no le dar¨¢ tiempo a asistir a su so?ada reunificaci¨®n de la pen¨ªnsula coreana de la que, asegura, "empezaremos a hablar dentro de 10 o 20 a?os".En v¨ªsperas de la cumbre euroasi¨¢tica, que reunir¨¢ este fin de semana en Se¨²l a 25 jefes de Estado y de Gobierno de Europa y de Asia, Kim Dae-jung recibi¨® en la Casa Azul, su residencia oficial, a varios medios de comunicaci¨®n, entre los que figuraba EL PA?S, a los que dio cuenta de su visi¨®n del acercamiento entre el Sur capitalista y democr¨¢tico y el Norte, cuyo r¨¦gimen mezcla el estalinismo con el culto de la personalidad a su l¨ªder.
"No vamos a correr para llevar a cabo la reunificaci¨®n", repite una y otra vez Kim Dae-jung. "Iremos paso a paso". En Corea del Sur "no estamos preparados econ¨®mica y psicol¨®gicamente para hacerla", prosigue. "No tenemos la robustez necesaria", a?ade compar¨¢ndose acaso con la poderosa Alemania Federal que absorbi¨® a la del Este. "Ahora hay que buscar la coexistencia pac¨ªfica y la cooperaci¨®n y, m¨¢s tarde, si las dos partes est¨¢n de acuerdo, dentro de 10 o 20 a?os hablaremos de reunificaci¨®n". Ese d¨ªa, advierte, "las fuerzas de EE UU deber¨¢n permanecer estacionadas en la pen¨ªnsula". La pen¨ªnsula coreana qued¨® dividida en 1953, tras tres a?os de guerra civil en la que intervinieron EE UU y China, y desde entonces dos Ej¨¦rcitos poderosos se observan con desconfianza a trav¨¦s de la l¨ªnea de demarcaci¨®n. La primera reuni¨®n, en septiembre, entre ministros de Defensa de ambos pa¨ªses s¨®lo ha generado un modesto acuerdo sobre el desminado de una peque?a zona por donde circular¨¢ un tren de mercanc¨ªas.
Aun as¨ª, Kim Dae-jung se resiste a reconocer cualquier rev¨¦s y sostiene que la reuni¨®n fue "un comienzo exitoso", aunque "en la pr¨®xima cita hay que seguir trabajando para lograr avanzar m¨¢s". Los avances consistir¨¢n "en instalar un tel¨¦fono rojo , para notificarse mutuamente las maniobras militares, intercambiar observadores, etc¨¦tera", unas medidas que la OTAN y el Pacto de Varsovia aplicaron ya hace veinte a?os.
El siguiente cap¨ªtulo en el que quiere ahondar la cooperaci¨®n con el Norte es el del reencuentro familiar. En agosto pasado 200 familias separadas por la contienda pudieron volverse a ver, pero este gesto fue una gota en un oc¨¦ano de millones de hogares desgarrados. "Todas las personas separadas deben poder localizar a sus parientes , intercambiar correspondencia y reunirse los unos con los otros", afirma el presidente.
Despu¨¦s viene la econom¨ªa. La recuperaci¨®n del Norte, sumido en un marasmo que ha provocado la muerte por hambruna de cientos de miles de personas, pasa, entre otras cosas, por la inversi¨®n extranjera. "Para facilitarla hay que crear un marco adecuado garantizando las inversiones, acabando con la doble imposici¨®n, adoptando procedimientos para resolver los litigios", recalca Kim Dae-jung.
?Por qu¨¦, tras dos a?os de rechazo, ha aceptado Kim Jong-il la mano tendida por el Sur? Porque, contesta Kim Dae-jung, tras a?os de descalabros econ¨®micos "necesita la ayuda exterior de Corea del Sur y de EE UU, necesita poder acceder a instituciones como el FMI o el Banco Mundial y recibir inversiones". "Tiene una desesperada necesidad de ayuda y por eso no va a recurrir a la fuerza".
Descrito durante a?os como un dictador megal¨®mano, Kim Dae-jung contradice esa mala imagen del antiguo enemigo que le recibi¨® en junio en Pyongyang. "Est¨¢ al corriente de lo que sucede en el mundo exterior". "Se forma una opini¨®n con rapidez". "Es un l¨ªder con el que puedo hablar y con el que EE UU y Jap¨®n deben hacerlo tambi¨¦n".
Han vuelto a hacerlo este oto?o. Como "Pek¨ªn y Mosc¨² tambi¨¦n apoyan oficial y p¨²blicamente la reconciliaci¨®n", se est¨¢ configurando un panorama en el que "los cuatro pa¨ªses que rodean pol¨ªticamente a Corea comparten un mismo punto de vista positivo" sobre el acercamiento.
Acusado por la oposici¨®n de dedicarse a la pol¨ªtica exterior en detrimento de la interior, Kim Dae-jung se defiende: "Es verdad que no hemos podido hacer todo lo que ten¨ªamos planeado". "No hemos podido, por ejemplo, modificar la ley de seguridad nacional , pero es porque carecemos de mayor¨ªa en el Parlamento".
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