Jueces encima de andamios

Algunos vecinos no se lo cre¨ªan. Era un hecho ins¨®lito. Pero cierto. Tres magistrados del Tribunal Supremo, capitaneados por Fernando Ledesma, ex ministro de Justicia y ex presidente del Consejo de Estado, socialista, abandonaban a primera hora de ayer sus despachos de la Sala III de lo Contencioso-Administrativo. All¨ª pugnan a diario, y de manera sedentaria, con monta?as de papeles. Pero la ma?ana de ayer fue para ellos mucho m¨¢s movida. Con sus veh¨ªculos oficiales y sus escoltas, los magistrados iniciaron una inusitada expedici¨®n urbana. Su destino era la iglesia de San Jer¨®nimo el Real.Una vez all¨ª, envueltos en ese aroma de expectaci¨®n que rodea a las personas con cometidos importantes, se adentraron en el recinto de la iglesia. No acud¨ªan a celebraci¨®n religiosa alguna; m¨¢s bien realizaban una inspecci¨®n ocular sobre el terreno, vinculada a su funci¨®n judicial. Se trataba de examinar visualmente el estado del claustro columnado, del monasterio jer¨®nimo que all¨ª se levant¨® en el a?o de 1504. Hace apenas unas semanas, el claustro fue andamiado a iniciativa del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, que prepara el terreno para hacer viable la decisi¨®n del Consejo de Ministros de 2 de octubre de 1998 a fin de ampliar el Museo del Prado. Se prev¨¦ instalar, sobre el espacio claustral, un edificio c¨²bico proyectado por el arquitecto Rafael Moneo.

Pero se da la circunstancia de que ese mismo claustro fue declarado Monumento Nacional en el a?o de 1925, lo cual le convierte, te¨®ricamente, en edificaci¨®n intocable. Esta circunstancia fue argumentada por un particular, Pedro F¨¢bregas quien present¨® un recurso judicial ante la Secci¨®n Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo, a la que Fernando Ledesma y sus compa?eros magistrados pertenecen. El prop¨®sito del recurrente era el de detener la actuaci¨®n que se realiza en el claustro, mediante lo que se denomina una medida cautelar "provisional¨ªsima", ya que considera que el Consejo de Ministros vulnera la Ley del Patrimonio Hist¨®rico y otra af¨ªn de la Comunidad de Madrid.

Con estas premisas, los magistrados del Supremo se propon¨ªan ayer en su inspecci¨®n confirmar los extremos incluidos en el recurso, para lo cual no dudaron en tocar sus cabezas con cascos blancos y subir a los andamios -hasta doce metros de altura miden estas estructuras met¨¢licas- y dejarse informar in situ por el director t¨¦cnico de la obra y los expertos sobre qu¨¦ es exactamente lo que est¨¢n haciendo en tan singular escenario de la arquitectura hist¨®rica madrile?a. All¨ª estaban Engracia Hidalgo, responsable de Infraestructuras del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, departamento que supervisa las obras; la arquitecto Vinuesa, del mismo ministerio; la arque¨®loga Cirujano, del Instituto del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol, m¨¢s su colega Teresa Abades. ?sta, autorizada por Educaci¨®n, comenz¨® ayer mismo a abrir dos catas arqueol¨®gicas de unos 40 metros cuadrados cada una, de las que hall¨® paramentos pertenecientes, presumiblemente, a un claustro anterior que se halla bajo el ayer examinado.

Engracia Hidalgo reconoci¨® ante los magistrados que el Ayuntamiento de Madrid le hab¨ªa obligado a reponer, con 450 ¨¢rboles de similar naturaleza, los 16 casta?os de Indias que fueron este verano talados en el interior del claustro "para poder restaurarlo", seg¨²n dijo. Los t¨¦cnicos indicaron que existe riesgo de desplomes p¨¦treos, confesi¨®n que resultaba inquietante habida cuenta de la presencia ayer, en el recinto claustral, de unos 50 visitantes, en su mayor¨ªa desprovistos de casco. Al descender de los andamios tras su examen, los magistrados dijeron no haber sufrido riesgos all¨ª arriba. Admitieron desconocer si la visita a un monumento nacional, con fines periciales, ten¨ªa o no precedentes en la Sala de lo Contencioso-Administrativo que preside Fernando Ledesma. No dijeron qu¨¦ medida adoptar¨¢n, pero la que adopten vendr¨¢ cargada de responsabilidad social: revalidar¨¢, o echar¨¢ abajo, la ampliaci¨®n del Prado decidida en Consejo de Ministros, que opt¨® por pasar encima de las leyes que protegieron una aut¨¦ntica joya monumental de Madrid.