Manuel Montero Rector de la Universidad del Pa¨ªs Vasco
Manuel Montero, rector de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, dos de cuyos profesores han decidido abandonar la comunidad a causa de las amenazas de ETA, apuesta por no caer en el tremendismo y asegura que los intelectuales han ganado la batalla al fascismo etarra.
"Los pol¨ªticos no est¨¢n a la altura de las circunstancias"
"Rotundamente, no", responde Manuel Montero (Bilbao, 1955) cuando se le pregunta si la Universidad del Pa¨ªs Vasco, de la que este catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea es rector desde hace medio a?o, est¨¢ amordazada por el miedo. "Es innegable", explica, "que existe ese miedo en el Pa¨ªs Vasco, en la sociedad, pero no es cierto en modo alguno que nos amordace, que en la Universidad no se pueda ejercer la libertad de expresi¨®n. Para m¨ª, la cuesti¨®n esencial no es si existe o no el miedo, sino que estamos conjur¨¢ndolo... Puede que se produzcan apariencias enga?osas, pero puedo asegurar que en la Universidad existe un nivel de convivencia y di¨¢logo muy alto. Al menos por ahora, la Universidad no vive en ese clima de confrontaci¨®n que se respira en la sociedad".Pregunta. La verdad es que da toda la impresi¨®n de que en el Pa¨ªs Vasco, adem¨¢s de las vidas y las haciendas, lo que est¨¢ amenazado, y seriamente, es el pensamiento, la palabra.
Respuesta. Tengo que empezar por afirmar que el hecho de que dos profesores de la Universidad, primero [Mikel] Azurmendi y luego [Txema] Portillo, hayan tenido que tomar la decisi¨®n de autoexiliarse porque se sienten amenazados, porque sienten que sus vidas corren peligro, es algo terrible, algo que amenaza la esencia misma de la libertad. Pero, sentado esto, sin ninguna ambig¨¹edad, tengo que precisar que no se puede generalizar a partir de situaciones concretas y que si se pregunta si esos casos representan la situaci¨®n real de la Universidad tengo que decir que no. Lo que pasa es que la actuaci¨®n de esa minor¨ªa fascista que es ETA, que trata de imponerse por la violencia, tiene tambi¨¦n como objetivo acabar con la libertad de pensamiento, la raz¨®n de existir de la Universidad. Ni siquiera estamos ante la presi¨®n del pensamiento ¨²nico, sino ante la tozudez del pensamiento cerril. Si hay algo consustancial al fascismo es la incapacidad para aceptar el pensamiento ajeno, la discrepancia, la libertad.
P. Quiz¨¢ por eso la Universidad aparezca ahora como un objetivo escogido por los violentos.
R. Es evidente que a ETA y su entorno les molesta el pluralismo y que la Universidad tiene su raz¨®n de ser en la pluralidad. Pero yo no dir¨ªa que ETA ha escogido la Universidad como objetivo prioritario porque, a la vista est¨¢, han elegido otros. La verdad es que ese mundo violento no controla la Universidad o la controla menos que hace diez o quince a?os. La imagen de que Jarrai la controla es absolutamente falsa, err¨®nea. En los a?os 80 la capacidad de presi¨®n era mucho mayor, igual que era mayor su control de la calle.
P. Pues la presencia y la actuaci¨®n de los violentos en las calles resulta evidente y contundente.
R. Es cierto que, ahora que son menos, los violentos han radicalizado al m¨¢ximo sus actuaciones, pero su capacidad de control de la calle no es comparable a la que ten¨ªan hace una d¨¦cada. Es verdad que ahora son m¨¢s violentos, pero hace diez a?os, por ejemplo, ETA y su entorno eran capaces de paralizar Bilbao. Hoy no pueden. Y, volviendo a la Universidad, sucede m¨¢s o menos lo mismo. Pero me doy cuenta de que a los ciudadanos dem¨®cratas nos cuesta darnos cuenta, percibir que algo vamos ganando, aunque sea con mucho esfuerzo y muchas dificultades.
P. Si nos atenemos a los hechos, al menos algunos hechos bastante evidentes, no parece que las cosas vayan a mejor en la Universidad. ?O es que se est¨¢ cayendo en el tremendismo, en la exageraci¨®n?
R. Reitero que no estamos peor que hace unos a?os. Aunque, bueno, quiz¨¢ algunas veces se haga eso, tremendismo. Pero se hace tremendismo porque viene bien al argumento.
P. ?A qu¨¦ argumento?
R. Al del momento colectivo en el que estamos viviendo, en el que estamos inmersos. Yo rechazo el tremendismo, la exageraci¨®n. Pero no por cuestiones de principios, que tambi¨¦n, sino porque pienso honradamente que es inexacto; que esa sensaci¨®n que se est¨¢ transmitiendo de que, a partir de unos hechos concretos, cunde el p¨¢nico, el caos, no tiene nada que ver con la realidad. Una realidad a la que no le quiero quitar hierro, ni much¨ªsimo menos, pero que no s¨¦ por qu¨¦ se enfatiza en exceso cuando hemos pasado tiempos much¨ªsimo peores en cuanto a miedo y capacidad de coacci¨®n del mundo violento contra los dem¨®cratas. A m¨ª me preocupa mucho que, en ese af¨¢n colectivo por quedarse enganchados en las situaciones epis¨®dicas, perdamos la capacidad de percibir la hondura y gravedad de los problemas que tenemos en el Pa¨ªs Vasco.
P. Hay mucha gente que piensa que los casos de los profesores Azurmendi y Portillo son la punta del iceberg de otros muchos Azurmendis y Portillos que no se conocen.
R. Esas situaciones, por terribles y lamentables que sean, no representan ni ocultan una situaci¨®n generalizada en la Universidad, sino simplemente la perversa voluntad del nazismo etarra de coaccionar, de intimidar. Ellos utilizan en la Universidad un terrorismo selectivo contra aqu¨¦llos que se significan, que levantan la voz. Y eso afecta a toda la comunidad universitaria. Nos afecta a todos porque es intolerable que un profesor no pueda, si quiere, significarse. ?Si tiene todo su derecho! Es verdad que somos m¨¢s de 3.000 profesores y tambi¨¦n que s¨®lo algunos est¨¢n amenazados, pero el problema, que es ¨¦tico, moral, no es una cuesti¨®n de cifras, sino de conciencia, de conciencia cr¨ªtica contra el terror.
P. ?Cree que se est¨¢ utilizando pol¨ªticamente la dram¨¢tica situaci¨®n de los profesores que han optado por exiliarse?
R. ?Sin duda! Y es algo que resulta incompresible porque significa que estamos renunciando a reconocer que los dem¨®cratas estamos ganando realmente la batalla a ETA. Al menos, en la Universidad eso es as¨ª. Me produce una gran perplejidad, igual que cuando oigo eso de "por fin los vascos hemos despertado". ?Pero si llevamos despiertos mucho tiempo! Desde el secuestro de Julio Iglesias hasta hoy vengo oyendo lo mismo. Pues bien, la rebeli¨®n de los intelectuales, de la Universidad, contra el nacionalismo radical, contra ETA, se produjo mucho antes que en el resto de Espa?a sin necesidad de que viniera nadie a exhibir una imagen de que la Universidad es un caos, un... A m¨ª me ofende que alguien extienda la idea de que s¨®lo ahora despertamos los vascos. Y tengo la tentaci¨®n de pensar que eso lo dicen precisamente los que no han hecho nada hasta ahora.
P. En cualquier caso, la cuesti¨®n esencial es si un intelectual, un profesor, debe ser consciente, en la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco, de que su condici¨®n no es un blindaje, de que se la juega si se decide a hacer pol¨ªtica en primera persona.
R. ?Claro que somos conscientes de que no estamos blindados frente al terror! Pero est¨¢ describiendo una situaci¨®n perversa porque implica que si los intelectuales, y me incluyo, nos vemos obligados a hacer pol¨ªtica en primera persona es por dejaci¨®n de sus responsabilidades de quienes tendr¨ªan que liderar este proceso, los pol¨ªticos. Todos somos conscientes del riesgo que corremos porque estamos sustituyendo a los pol¨ªticos, que van muy a remolque de la realidad en el Pa¨ªs Vasco. Creo que es absolutamente an¨®malo lo que est¨¢ sucediendo, que los intelectuales nos estemos convirtiendo en los dirigentes de la sociedad, porque se supone que nuestro cometido deber¨ªa ser otro. Pero esta situaci¨®n an¨®mala se est¨¢ produciendo porque los pol¨ªticos, no s¨®lo en el Pa¨ªs Vasco, sino en toda Espa?a, no est¨¢n cumpliendo con su obligaci¨®n, la de liderar los movimientos sociales. Est¨¢ claro que nuestros pol¨ªticos no est¨¢n a la altura de las circunstancias. Eso no es bueno porque da lugar a que emerjan protagonismos dentro de los movimientos que ha generado la sociedad, que no son deseables, que parecen alimentarse de una situaci¨®n tan preocupante como la que tenemos. Por ejemplo, yo fui uno de los fundadores del Foro Ermua, pero lo dej¨¦ en cuanto vi que, en contra de lo que cre¨ªa que era, se hab¨ªa convertido en un chiringuito lleno de esos protagonismos desmedidos a los que antes me refer¨ªa. Adem¨¢s, el Foro Ermua ha devenido en un movimiento b¨¢sicamente orientado a combatir al nacionalismo vasco y a m¨ª, que soy muy beligerante contra la actual pol¨ªtica del nacionalismo, no me gusta, me parece algo equivocado. Pienso que el acoso al nacionalismo no soluciona nada.
P. ?Se siente libre como rector de la Universidad respecto al poder nacionalista?
R. Totalmente libre. Yo, como rector, no he sentido ninguna opresi¨®n, ninguna injerencia. No s¨¦ si a esos poderes pol¨ªticos les habr¨ªa gustado ejercer alg¨²n control, que supongo que s¨ª, pero no lo han hecho. Y no tengo ning¨²n motivo para temer que cualquier cambio pol¨ªtico que se pueda producir en el futuro vaya a cambiar las cosas.
P. ?Cree que la violencia juvenil, la kale borroka, ha nacido en las ikastolas, en ciertos excesos no controlados?
R. Creo que se han cometido excesos, pero se han ido corrigiendo tanto en las ikastolas como en los institutos. ?sa fue una lucha que se gener¨® hace 20 a?os, pero creo sinceramente que la ganamos. Yo le dir¨ªa que el tema de la kale borroka es mucho m¨¢s complejo. A los j¨®venes vascos no se les ha educado en los principios democr¨¢ticos, no se les ha ense?ado la Constituci¨®n. ?se ha sido el gran error del nacionalismo. Porque entiendo que pueden discrepar de ciertos aspectos puntuales de la Constituci¨®n, pero no de sus principios democr¨¢ticos. En cualquier caso, el problema de la kale borroka es bastante m¨¢s complejo.
P. Su nombre ha aparecido, en su Universidad, en una pintada en medio de una diana. ?Tambi¨¦n usted tiene miedo?
R. S¨ª, tengo miedo. Pero creo que ¨¦sa no es la cuesti¨®n. Lo que importa es que no tengo miedo suficiente como para que me doblen. Eso no lo van a conseguir.
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