La muerte de un ni?o
Una vez m¨¢s sorprende el tratamiento que desde alguna instituci¨®n se da al desgraciado accidente que ha tenido como fatal desenlace la muerte de un ni?o. Esto tiene, grosso modo, dos aspectos, am¨¦n de un sinf¨ªn de matices:1. Cuando ocurre un accidente de estas caracter¨ªsticas, si no se trabajan previamente sistemas de detecci¨®n sobre el posible peligro que corre un menor, la soluci¨®n no pasa por criminalizar a su madre, adicta en proceso de rehabilitaci¨®n, lo cual, por otro lado, tampoco la exime de sus responsabilidades: bastante tiene con ser adicta, con ser pobre y con haber perdido a su hijo.
2. La p¨¦rdida de un hijo es el mayor de los dolores, y la simplificaci¨®n del Defensor del Menor cuando dice "... por otro, aquel progenitor al que le retiren temporalmente la custodia de su hijo tiene un acicate m¨¢s, una motivaci¨®n m¨¢s para curarse, limpiarse de su drogadicci¨®n. Por supuesto, una vez curado recuperar¨ªa de inmediato la patria potestad del peque?o", nos sugiere alguna objeci¨®n:
a) El ni?o estaba bajo la tutela de su abuela. ?Habr¨ªa que institucionalizar a todos los menores en situaci¨®n de precariedad? Si es as¨ª, complicado lo tenemos: en Espa?a hay ocho millones de pobres.
b) ?Se puede convertir a un ni?o en un f¨¢rmaco motivacional? Esta apreciaci¨®n del se?or Urra, adem¨¢s de parecernos "utilitaria" con respecto al ni?o, denota un cierto desconocimiento del mundo del adicto.
c) Las administraciones tienen, por mandato constitucional, la obligaci¨®n de velar por el bienestar de todos, incluidos los ni?os, pero no cuando ya han ocurrido las cat¨¢strofes, sino precisamente para evitarlas.
No tengo los datos de accidentes dom¨¦sticos en menores, pero, por ejemplo, los psicof¨¢rmacos est¨¢n presentes en la mayor¨ªa de los hogares espa?oles y la lej¨ªa envenena. Se toman precauciones, se evitan accidentes, pero no se eliminan. Por cierto, a los ni?os tambi¨¦n les atropellan los coches.
Se?or Urra: anticipe, pelee en los ¨¢mbitos e instancias donde es necesario hacerlo y trate de no a?adir sufrimiento al sufrimiento: eso escapa a sus competencias.
?Ah!, por cierto, en esta triste historia, la Agencia Antidroga no tiene nada que ver: las explicaciones hemos de buscarlas en todos o en nadie.- Mar¨ªa Dolores Rodr¨ªguez L¨®pez-Pel¨¢ez.
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