?T¨² tambi¨¦n, Figo?
Los partidos entre el Barcelona y el Real Madrid llegan como las estaciones y los meridianos, las aduanas y los peajes, el anticicl¨®n de las Azores y las depresiones psicol¨®gicas. Otro. Otro m¨¢s, esta vez marcado por diferencias fundamentales: el Madrid lo preside un pez gordo de la nueva oligarqu¨ªa econ¨®mico-financiera globalizadora, y el Barcelona lo dirigen 85 directivos en flor presididos por Joan Gaspart, que ha dejado de ser ni?o prodigio de N¨²?ez para convertirse en la madre Teresa de Calcuta de la ONG barcelonista. Hubi¨¦ramos podido asistir, pues, a un partido diferente, a un posible ensayo de nueva disposici¨®n militante coincidente con un nuevo siglo m¨¢s pausado, en el que no habr¨¢ ni revoluciones de octubre ni ocupaciones del pasillo de Danzig, ni siquiera fusilamientos de Mata Hari, ni trasplantes del coraz¨®n a cargo del marqu¨¦s de Villaverde.Pero no ha sido posible. El sino que marca la conflictiva relaci¨®n entre el Real Madrid y el Barcelona ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma y se adapta a las nuevas situaciones. Recuerden el caso Di St¨¦fano, que para los barcelonistas fue un robo perpetrado por la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol y de las JONS, un robo verticalista, franquista, de continuidad de guerra civil, cautivo y desarmado el ej¨¦rcito azulgrana. Casi cincuenta a?os despu¨¦s, donde estuvo Di St¨¦fano est¨¢ Figo, pero han cambiado las caracter¨ªsticas del secuestro, y donde hubo conjura parafascista, s¨®lo ha habido la implacable ley del mercado suavizada por la m¨²sica de fondo de un bolero que pod¨ªa ser un fado y ha seducido a Figo: se vive solamente una vez y hay que aprender a querer y a vivir.
Sin necesidad de utilizar a ninguna instancia oficial o preoficial, Florentino P¨¦rez se sac¨® el talonario de los domingos y otras fiestas de guardar y el tal¨®n se convirti¨® en un puente a¨¦reo de alfombra m¨¢gica que se llev¨® a Figo y, ante el estupor barcelonista, nos lo cambi¨® de color. No es mi prop¨®sito cometer irreverencia alguna, pero ?se imaginan el efecto que producir¨ªa la Virgen de Montserrat de pronto tr¨¢nsfuga en Madrid y perdida su morenez, blanca, de un blanco sobrenatural, ni siquiera biodegradable? El camino recorrido por Figo lo hab¨ªan cumplido en el pasado Zamora, Samitier, Tejada, Evaristo, Schuster, Laudrup, pero Figo era tan brillante, tan cumplidor, tan trabajador, tan decisivo a la hora de levantar el orgullo azulgrana, que ten¨ªa carnet de catal¨¢n y hab¨ªa sido adoptado por un p¨²blico capaz de convertir en el pasado a Pereda en Perera, y ahora, a Figo en Figa. El resultado de este Barcelona-Real Madrid no determina el futuro de la Liga, pero cualquier barcelonista considera que tiene el valor a?adido de vencer al Madrid de Figo, traidor a un enamoramiento colectivo. En cuanto al causante original de esta tr¨¢gica secuencia, Florentino P¨¦rez es tan listo que ha tirado el tal¨®n y escondido la mano, seg¨²n el m¨¢s puro estilo de m¨¢nager posmoderno, de esos que empiezan comprando mitos a los abor¨ªgenes perif¨¦ricos y acaban de presidentes de la Rep¨²blica. De qu¨¦ Rep¨²blica es lo de menos.
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