'Castells de nou' en la exhibici¨®n de Santa ?rsula en Valls

El quatre de nou sense folre de la Joves y el cinc de nou amb folre de esta colla y de la Vella brillaron ayer con luz propia sobre la plaza del Blat, que se qued¨® sin la tercera ronda de la exhibici¨®n de Santa ?rsula a causa de la persistente lluvia que cay¨® en Valls. La m¨¢xima expectaci¨®n que hab¨ªa despertado el Bar?a-Madrid de los castells -por la exhibici¨®n del concurso de hace dos semanas, por las construcciones que hab¨ªan programado las dos colles y por el propio peso y prestigio de la exhibici¨®n- respondi¨® parcialmente al resultado esperado, pero tuvo su gran contrapunto en lo adverso de la meteorolog¨ªa. La moneda que decide el inicio de la actuaci¨®n se decant¨® ayer por la Joves, que abri¨® Santa ?rsula con su baza m¨¢s potente: el quatre de nou sense folre. El castell subi¨® muy fuerte, con decisi¨®n, pero con los l¨®gicos nervios en las estructuras m¨¢s altas. Con todo el peso encima y la canalla culminando su trabajo, el castell se cerr¨® demasiado entre quarts y sisens, pero se logr¨® coronarlo con suficiencia y conservando una buena posici¨®n. Con el primer ¨¦xito en la mano, los m¨¢s peque?os bajaron r¨¢pidos, tanto que afectaron a la estabilidad de la dif¨ªcil construcci¨®n, que cedi¨® en el momento en que se dispon¨ªan a salir los sisens.

La Vella, por su parte, inici¨® su actuaci¨®n con el enorme reto del tres de deu amb folre i manilles, un castell que cargaron en el concurso de Tarragona y que les permiti¨® obtener la victoria. Con una buena base, pero notablemente inferior a la que presentaron en Tarragona, el castell de deu subi¨® paralelo a la enorme complejidad que acompa?a a una construcci¨®n de esta magnitud, para la que se requiere un m¨ªnimo de 700 personas. Con los setens colocados, los temblores entre los quarts y las manilles se multiplicaron. Al final, la colla no pudo controlar los constantes movimientos y la construcci¨®n se acab¨® derrumbando.

Hubo una segunda ronda, pero ya no se lleg¨® a la tercera porque la lluvia se hizo cada vez m¨¢s persistente, hasta llegar a ser insoportable para la pr¨¢ctica de los castells.