Curro y Morante, en el destierro

Lo mejor del festival de Andex fue su celebraci¨®n; lo mejor fue que se llen¨® la plaza, que fue televisado en directo y que los padres de ni?os con c¨¢ncer han conseguido un buen pellizco para la construcci¨®n de una unidad de atenci¨®n m¨¦dica, que tambi¨¦n podr¨ªa construir el SAS sin necesidad de festivales.El festival se celebr¨® en La Algaba, una localidad muy cercana a Sevilla, porque el empresario de La Maestranza cerr¨® las puertas de esta plaza a los dos integrantes del cartel, que en la pasada Feria de San Miguel presentaron sendos partes m¨¦dicos y no torearon. Por lo visto, Canorea no crey¨® en las dolencias de ¨²ltima hora y, cuando d¨ªas m¨¢s tarde, Curro y Morante se ofrecieron para torear gratis a beneficio de Andex, el empresario les respondi¨® que "m¨¢s verdes las han segao".

Lleg¨® la pol¨¦mica, y tambi¨¦n el peligro de que Andex pagara los platos rotos de una historia en la que no ten¨ªa arte ni parte. Pero el empresario se mantuvo en sus trece y los toreros debieron aceptar el destierro en forma de ofrecimiento del alcalde de La Algaba para evitar el desastre final.

Despu¨¦s, el festival no tuvo ninguna historia. Si en una corrida con toros supuestamente ¨ªntegros es un milagro que surja la emoci¨®n, qu¨¦ se puede esperar de seis novillos despuntados, feos y de escasas condiciones. Es evidente que Curro y Morante son dos toreros que atesoran arte en estado puro. Pero el arte con el novillito inv¨¢lido y tonto es, en todo caso, toreo de sal¨®n y nunca emoci¨®n art¨ªstica. Ocurre, sin embargo, que los p¨²blicos de hoy se lo tragan todo, y no digamos en un festival.

Lo cierto es que Curro Romero emocion¨® en su primero con un par de ver¨®nicas marca de la casa. Despu¨¦s dibuj¨® con la muleta est¨¦ticos ayudados y traz¨® largos naturales muy despegados, pero con su sello inconfundible. A partir de ah¨ª, no hubo nada m¨¢s; ni el tercero ni el quinto fueron novillos para el toreo de Curro. Ambos desarrollaron brusquedad y violencia y el torero los pasaport¨® con rapidez. Morante cort¨® las dos orejas y el rabo del sexto, pero s¨®lo estuvo discreto ante un animal noble al que tore¨® con soltura por ambos lados, pero en ning¨²n momento su labor fue maciza y medida. Se dej¨® enganchar la muleta en demas¨ªa y le falt¨® ligaz¨®n. Sorprendi¨® al poner banderillas con gran acierto y destac¨® con el capote por ver¨®nicas y chicuelinas. En los otros dos novillos se mostr¨® como un torero envarado, est¨¢tico, fr¨ªo y con escasos recursos.