Con un 6 y un 4 aqu¨ª tienes tu retrato JORDI PUNT?
A veces, cuando salgo por la noche, me lleno los bolsillos de papeles in¨²tiles. Son los flyers, esos folletos de colores que anuncian conciertos y fiestas y sesiones de baile, y suelo leerlos a la ma?ana siguiente. Me gusta extenderlos encima de la mesa, frente al desayuno, y buscar cu¨¢les de ellos son obra del dibujante Juanjo S¨¢ez, porque me parecen los m¨¢s ingeniosos y divertidos y provocadores (pero s¨®lo un poco). Es cierto que la mayor¨ªa de los flyers van luego a la papelera, aunque siempre hay alguno que es reciclado como punto de lectura de un libro. Guardo por ejemplo un flyer que Juanjo S¨¢ez dibuj¨® para el club Astin en mayo de este a?o. La ilustraci¨®n -simple e infantil- muestra a un ni?o de mirada triste, con la cabeza trepanada, que dice: "Estoy idiotizado"; a su lado, una lavadora con dos cerebros dentro, centrifug¨¢ndose, y unas palabras: "En Astin te lavaremos el cerebro y haremos de ti el moderno perfecto".Juanjo S¨¢ez tiene ahora 28 a?os y lleva ya unos cuantos dedic¨¢ndose al dibujo. Junto con otros compa?eros de la escuela Massana fund¨® un fanzine que se llamaba C¨ªrculo Primigenio y era conocido por sus gamberradas na?f. Sus dibujos eran -lo siguen siendo- sencillos, b¨¢sicos, del estilo "con un 6 y un 4 aqu¨ª tienes tu retrato", pero llevaban escondida siempre una dosis de humor corrosivo y a la vez autopar¨®dico. Poco a poco, C¨ªrculo Primigenio fue extendiendo su ¨¢rea de influencia y muri¨® de ¨¦xito a peque?a escala: todav¨ªa recuerdo el impacto que caus¨®, en la edici¨®n del Sal¨®n del C¨®mic de har¨¢ cinco o seis a?os, uno de sus ¨²ltimos n¨²meros, que ten¨ªa las cubiertas forradas con peluche rosa. Lo comprabas y no pod¨ªas dejar de acariciarlo, de pasar la mano por ese forro tan suave y delicado. Con el tiempo, el fanzine dej¨® de funcionar, cada cual se fue por su lado y Juanjo S¨¢ez sigui¨® dibujando. Apost¨® por la imagen inocente y unos textos escritos a mano, con letra de colegial (a veces, cuando se equivoca, tacha y corrige en lugar de borrar, porque le gusta, dice, el tach¨®n impreso). La mejor expresi¨®n de esta est¨¦tica es Nada, un libro cuaderno que se edit¨® ¨¦l mismo bajo el sello de Le Douanier. "O dibujo o me muero, vamos", exclama Juanjo, y luego se confiesa: "Dibujar es lo ¨²nico que s¨¦ hacer y adem¨¢s tampoco lo hago muy bien. Soy limitado y si me sacan de aqu¨ª estoy vendido".
Cuando se analiza a s¨ª mismo tan rigurosamente, Juanjo sonr¨ªe por debajo de la nariz y sabe que yo s¨¦ que ¨¦l sabe que en realidad no es un tipo ingenuo. Su imagen de ni?o que no ha roto un plato, junto con esta capacidad autocr¨ªtica de su dibujo, es una de sus virtudes y le ha reportado algo ins¨®lito: como suced¨ªa con el flyer de Astin descrito hace un momento, no es extra?o que en sus ilustraciones critique a quien le ha contratado. "Mis clientes me tienen por un gamberrete", afirma con cierta sorna, "y en el fondo, cuando me encargan un trabajo, est¨¢n esperando a ver c¨®mo me meto con ellos". Un caso flagrante es el de la revista musical Rock de Lux: al principio Juanjo criticaba en el fanzine los aires modernos que se daban en la revista, y su director, Santi Carrillo, era el blanco de las s¨¢tiras. No pas¨® mucho tiempo hasta que desde el propio Rock de Lux, entusiasmados con su humor, le propusieron que dibujara para ellos una vi?eta cada mes.
En los ¨²ltimos dos a?os, Juanjo S¨¢ez ha logrado compaginar los ambientes m¨¢s underground con los encargos de trabajo y ha visto como sus dibujos aparec¨ªan en diversos medios: actualmente publica una vi?eta semanal en El Peri¨®dico, ha dibujado parte de la campa?a de Menta, la empresa del cable, y recientemente ha publicado un librito. Se trata de Buenos tiempos para la muerte y lo ha sacado a la calle Morsa, una editorial que acaba de empezar y que tiene planeado dedicarse al libro ilustrado para adultos (su distribuci¨®n es limitada y de momento s¨®lo puede encontrarse en algunos bares y tiendas a la ¨²ltima: Loring Art, Z Futon, Laie-CCCB, Tartessos, Arkham y CD-Drome). En Buenos tiempos para la muerte, Juanjo sigue dibujando con el trazo sencillo, acaso un poco m¨¢s negro, y las historias que cuenta se contagian de esta forma tan desenvuelta de narrar: "El libro est¨¢ hecho de una tirada, de forma muy espont¨¢nea", nos cuenta. "Son recuerdos de cosas que me sucedieron alguna vez y en las que vi la muerte cercana". Tal como las explica, estas experiencias tienen un fondo inevitablemente gracioso, como el episodio del tipo de aspecto paramilitar que les recogi¨® a ¨¦l y a un amigo mientras hac¨ªan autoestop en alg¨²n lugar de Alemania y de repente se desvi¨® de su destino; o como esa vez que, siendo ni?o, se dio un golpe en la nuca: "Recuerdo a mi madre d¨¢ndome tortas, plis plas; recuerdo al taxista diciendo: 'Sobre todo que no se duerma". A pesar del t¨ªtulo, Juanjo no cree que el libro resulte funesto: "Al contrario, es pura ingenuidad: la muerte siempre gana, siempre est¨¢ ah¨ª. Es algo muy evidente y por eso al final te olvidas de ella". La atm¨®sfera de estos Buenos tiempos para la muerte puede recordar en alg¨²n momento al libro La melanc¨®lica muerte de Chico Ostra, del cineasta Tim Burton, pero sin tanta oscuridad; Juanjo S¨¢ez admite que el libro de Tim Burton le gust¨®, igual que le gustan los dibujos de Calpurnio, o de Mariscal, pero no ve en ellos una influencia directa: se trata m¨¢s que nada del reconocimiento para los que han abierto camino: "Si no hubiera existido Mariscal", reconoce Juanjo, "yo no hubiera tenido el valor de preparar un book con mis trabajos y quedarme tan tranquilo".
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