Gore promete mantener una Administraci¨®n reducida sin despilfarrar en burocracia

Obligado ayer a hacer campa?a en su Estado de Tennessee, donde no tiene asegurada la victoria, Al Gore neg¨® ser el "gran gastador" que denuncia George Bush y prometi¨® que, de ser presidente, no ampliar¨¢ el n¨²mero de funcionarios del Gobierno federal. Gore record¨® que, durante la presidencia de Bill Clinton, ¨¦l ha dirigido una reforma que ha reducido en 300.000 los puestos de trabajo relacionados con la Administraci¨®n. Fundado en una profunda desconfianza del Gobierno y en una exaltaci¨®n del papel de los individuos, EE UU es muy sensible a las denuncias contra el tama?o y las competencias de la Administraci¨®n.

Fue bajo la presidencia del dem¨®crata Franklin Roosevelt, y como reacci¨®n a la crisis econ¨®mica de 1929 y la II Guerra Mundial, cuando Washington ocup¨® un amplio espacio en la vida estadounidense. Pero Gore record¨® ayer que en 1996 Clinton declar¨® ante el Congreso: "La era del gran Gobierno ha terminado". El actual candidato presidencial dem¨®crata asegur¨® que ¨¦l comparte plenamente esa filosof¨ªa. Y es que Gore ha olfateado el peligro. Bush machaca estos d¨ªas que el programa social de centro-izquierda de su rival se traducir¨ªa en un aumento del peso y las dimensiones del Gobierno. Y este argumento encuentra eco entre amplios sectores del electorado."Estoy compitiendo con un hombre que cree que Washington debe tomar decisiones en nombre de Illinois", declar¨® Bush en ese Estado. "Gore", a?adi¨®, "quiere incrementar el tama?o del Gobierno federal tres veces m¨¢s de lo que lo hizo Clinton". Seg¨²n el republicano, el conjunto de ofertas sociales de Gore supone el mayor aumento del gasto federal desde el impulsado en los a?os sesenta por el tambi¨¦n dem¨®crata Lyndon Johnson para combatir la pobreza y la discriminaci¨®n racial.

Gore rechaza estas acusaciones. "No quiero ver otra era de gran Gobierno", afirm¨® ayer. El Pr¨ªncipe de Nashville siempre ha sido un dem¨®crata centrista, opuesto a la pol¨ªtica de su partido de elevados impuestos y grandes gastos p¨²blicos y defensor del equilibrio presupuestario. Ahora refresca esa actitud afirmando que su principal objetivo econ¨®mico ser¨¢ saldar la deuda nacional estadounidense antes de 2012. Por ah¨ª, explica, vendr¨¢ la reducci¨®n del gasto p¨²blico, ya que el pago de los intereses de la deuda representa el tercer desembolso del Gobierno federal.

A menos de dos semanas de la cita con las urnas, el candidato dem¨®crata libra un doble combate, por la derecha y por la izquierda. Mientras rechaza la imagen de campe¨®n de la burocracia de Washington que le intenta colar Bush, se enfrenta al desaf¨ªo de Ralph Nader, el candidato del Partido Verde. Nader puede hacerle perder a Gore algunos Estados progresistas, como Washington y Oreg¨®n, y ser la clave de una victoria de Bush el martes 7 de noviembre.

Nader, cuya campa?a es apoyada activamente por la cantante Patti Smith, el grupo de rock Pearl Jam y los actores Susan Sarandon, Tim Robbins y Bill Murray, centra sus cr¨ªticas en Gore. Bush, seg¨²n el candidato del Partido Verde, hace una campa?a honesta al presentarse como conservador; Gore, en cambio, brujulea entre la derecha y la izquierda en funci¨®n del momento y el p¨²blico. "El caso de Gore", dice, "es una traici¨®n permanente; su ¨²nica diferencia con Bush es la velocidad a la que se arrodilla cuando las corporaciones llaman a la puerta".