El arte de plantarse
El nuevo concurso de TVE-1 para la noche de los jueves, Audacia, es un espacio tan serio como s¨¢dico. Y ah¨ª est¨¢ su gracia: en ver c¨®mo unos cuantos pueden hacerse millonarios o perderlo todo en unos segundos y volver a su casa con el rabo entre las piernas. Una respuesta equivocada y a la calle: nada ten¨ªas antes de ir al plat¨® y nada tienes cuando lo abandonas, ?as¨ª que alegra esa cara, hombre!En un decorado inusualmente digno para lo que nos tiene acostumbrados TVE, Jordi Estadella (siempre eficaz, aunque le prefer¨ªamos en inventos m¨¢s delirantes, como aquel fant¨¢stico freakshow que fue El sem¨¢foro) recibe a un equipo de seis concursantes y, tras una primera pregunta, uno de ellos se va a casa sin haber tenido tiempo de decir esta boca es m¨ªa. De este modo, enseguida intuimos de qu¨¦ va: a la que metes la pata, aire.
Del equipo de concursantes emerge un l¨ªder, con potestad para corregir a sus compa?eros si considera que se han equivocado. Las apuestas se van doblando y si todo va bien uno puede salir de ah¨ª con 100 millones de pesetas. Pero el camino es arduo y el resultado apunta, ambici¨®n o avaricia mediantes, hacia el terror¨ªfico todo o nada. En el ¨ªnterin, normas de la casa van expulsando concursantes y cuanto m¨¢s dinero hay en juego, menos gente queda para repartir.
La noche del estreno, quienes m¨¢s pasta se llevaron fueron los que supieron parar a tiempo, gente sin duda curtida en el juego de las siete y media. El equipo anterior, que iba descaradamente a por los 100 kilos, se equivoc¨® al identificar una clase de aceituna (?no era saltera, era cuernicabra!) y tuvo que volverse a casa sin un c¨¦ntimo. Otro equipo se excedi¨® en su ignorancia y fue eliminado tan r¨¢pido que si uno se fue al lavabo, se encontr¨® al volver con otros rostros.
Audacia no descubre la p¨®lvora, pero es de una eficacia absoluta. No pretende ser m¨¢s de lo que es: un entretenimiento que tiene mucho de partida de p¨®quer, con la diferencia de que aqu¨ª los faroles no sirven para nada.
Cuenta, asimismo, con una baza t¨ªpica de los concursos de anta?o y que se hab¨ªa perdido: la capacidad de poner nervioso al espectador mientras se enfrenta, desde su sof¨¢, a las preguntas que pueden hacer a alguien millonario. Con elementos m¨ªnimos, aqu¨ª se consigue crear algo muy parecido al suspense, lo cual se agradece en una ¨¦poca de concursos seudoespectaculares en los que se grita demasiado. Mientras otros programas ofrecen mucho ruido y pocas nueces, Audacia, de forma discreta y correcta, llena un par de horas con poco ruido y, si uno sabe plantarse a tiempo, algunas nueces.
Audacia obtuvo en su estreno un 32% (5.023.000 espectadores).
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