De las tiendas de campa?a a la campa?a electoral
Un mill¨®n de refugiados
En junio de 1999, Lirim, un joven estudiante albanokosovar de filolog¨ªa, pasaba los d¨ªas en un campo de refugiados de Albania haciendo interminables colas para recoger alimentos y ropa procedentes de la ayuda internacional. Su familia hab¨ªa sido expulsada de Kosovo por el r¨¦gimen serbio cuando comenz¨® la intervenci¨®n de la OTAN contra Yugoslavia, precisamente a causa de la represi¨®n en Kosovo. "Tal vez por eso ahora odio esperar", confiesa. Sin embargo, hoy probablemente Lirim deber¨¢ guardar la fila para votar. "Esta vez no me importa nada. Esperar¨¦ el tiempo que haga falta", asegura. El censo elaborado por la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) tiene como ¨²nico objetivo permitir la votaci¨®n, de manera que se espera una participaci¨®n que supere el 95%. Algo excepcional en cualquier elecci¨®n, aunque ¨¦stas son unas elecciones en las que todo ha sido excepcional, cuando no "milagroso", como dice Bernard Kouchner, administrador de la ONU en Kosovo.
Un mill¨®n de personas volvieron a Kosovo pr¨¢cticamente con lo puesto procedentes de campos de refugiados y casas de familiares en verano del a?o pasado. M¨¢s de 60.000 viviendas se encontraban destruidas, no hab¨ªa electricidad ni agua corriente en muchas zonas. Con la precipitada marcha de la administraci¨®n serbia desapareci¨® toda organizaci¨®n. Adem¨¢s, los documentos de los albanokosovares y los registros de la propiedad hab¨ªan sido destruidos o trasladados a Serbia. La desorganizaci¨®n era total. Tras poner en marcha los servicios m¨ªnimos, Kouchner, que gobierna el territorio con un poder limitado s¨®lo por la Carta de Derechos Humanos de la ONU, se mostr¨® partidario de convocar unas elecciones para que, al menos, el poder local estuviera en manos de los habitantes de Kosovo. De hecho, hoy todav¨ªa los alcaldes son designados por Kouchner y en los casos de las localidades importantes son siempre funcionarios de organismos internacionales. La OSCE comenz¨® a elaborar un complicado censo, dado que hab¨ªa que fiarse e investigar, en la medida de lo posible, los datos de los supuestos votantes. El resultado, 16 meses despu¨¦s del fin de la guerra, es un censo que consta de fotograf¨ªas y huellas dactilares de los votantes.
En este tiempo tambi¨¦n se ha puesto en pie el censo, se ha obligado a los partidos pol¨ªticos a practicar el respeto al adversario y a los medios de comunicaci¨®n a repartir equitativamente los espacios. "Son las elecciones m¨¢s libres celebradas en Kosovo", asegura Kouchner quien remata: "Hemos hecho lo imposible".
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