Dos mundos
Carabayllo es una poblaci¨®n de chabolas de la periferia de Lima, Per¨². Una vasta extensi¨®n de chozos en medio de unos cerros sin un solo ¨¢rbol. Miles de personas malviven en esos nuevos suburbios que rodean las capitales de Am¨¦rica del Sur. Sus habitantes se dedican a tareas de desecho: llevan carros de carga, limpian cristales de los coches, pican piedras. Muchos de estos oficios los desempe?an criaturas de diez, once, doce a?os. Tal es lo que nos cuenta una pel¨ªcula inmaculada, imponente como la realidad que describe, y que se se titula La espalda del mundo, dirigida por Javier Corcuera. Su protagonista, el ni?o Guinder Rodr¨ªguez, aparte de hablar un espa?ol que ya quis¨¦ramos muchos, nos ofrece toda una filosof¨ªa de la vida: "Yo lo que no quiero es hacerme adulto, porque cuando se es adulto se trabaja m¨¢s y se juega menos". Lo dice el ni?o que se levanta a las cuatro de la ma?ana para trabajar de picapedrero durante m¨¢s de 12 horas.
Barbate es una poblaci¨®n de la costa gaditana. Hace a?os sus habitantes viv¨ªan de la pesca, de lo que les daba el mar de la costa africana. Lleg¨® a ser un foco de la industria de transformaci¨®n pesquera. Tuvo apellido de dictador -Barbate de Franco- y fue origen de uno de los grandes esc¨¢ndalos pol¨ªticos de la democracia. Hoy, este pueblo pesquero est¨¢ sometido al tr¨¢fico de droga que viene de la costa marroqu¨ª. Sus protagonistas son j¨®venes de doce, trece, quince a?os, dedicados a la recogida de fardos de hach¨ªs desde la playa para llev¨¢rselos a los traficantes adultos. Busquimanos les llaman y su obsesi¨®n es comprar la motocicleta con la que hacer el caballito por las calles de Barbate, asfaltadas hace bien poco con aquellos fondos del empleo comunitario. Estos chavales se han convertido, dicen, en un peligro para la seguridad de los adultos del pueblo. Y sin embargo hacen lo que ven hacer a sus mayores: la obsesi¨®n por el dinero, el desprecio de los valores que han dado sentido a la vida, la prisa y aceleraci¨®n son su rutina.
Qu¨¦ distintos y qu¨¦ parecidos los chicos de Carabayllo y Barbate. No pueden vivir sino como queremos los mayores. Les robamos su derecho a jugar, a ser cr¨ªos.
JAVIER ARISTU
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