La UCI carga a los corredores con la culpa del dopaje

El presidente de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) hab¨ªa sido, quiz¨¢s, el personaje m¨¢s mentado por abogados, ciclistas, ex ciclistas, m¨¦dicos y masajistas que testificaron la primera semana del juicio del caso Festina. Para todos, Hein Verbruggen y su federaci¨®n, eran los primeros y principales culpables de la plaga de dopaje que atosiga al ciclismo. Y Verbruggen, que el lunes se vio apartado de Lille por una tormenta brit¨¢nica, compareci¨® finalmente, cinco horas como testigo y bajo juramento, en el estrado de los declarantes. Sus palabras no fueron explosivas, como graves tampoco fueron, al fin y al cabo, las acusaciones del juez. Fueron, m¨¢s bien, palabras pol¨ªticas, eludiendo cualquier responsabilidad. "No me siento culpable, no me siento responsable si un ciclista se dopa. Un corredor siempre tiene la elecci¨®n, nadie decide por ¨¦l".Y despu¨¦s de ello, Verbruggen aprovech¨® para dibujar su particular mapa del dopaje en un deporte "culturalmente" adepto a esa pr¨¢ctica. "Hay un peque?o grupo de tramposos inveterados", dijo el dirigente holand¨¦s. "Otro grupo, mucho m¨¢s importante, que se ve forzado a doparse para no quedarse atr¨¢s; otros que se atracan de medicamentos autorizados, y, finalmente, unos pocos que no toman nada".