Luces y sombras ante "el fin de la anarqu¨ªa"
Las reacciones ante la alianza de Bertelsmann y Napster han convulsionado a los usuarios de este servicio. Y no tanto por el dinero que les vayan a cobrar sino porque, para muchos, era un reducto de resistencia y de independencia ante el dominio de la industria. "Estoy indignado y no por la cuota de abono, sino por la forma en que Napster se ha rendido y ha vendido su alma a la RIAA, al enemigo", dice uno de los cientos de correos que se han recibido ayer en el foro de discusi¨®n de Napster. Muchos amenazan con irse a los otros sitios gratuitos, otros simplemente lanzan insultos. Algunos piden calma.Mientras tanto, Jes¨²s L¨®pez, presidente de Universal Espa?a y de la Asociaci¨®n Fonogr¨¢fica y Videogr¨¢fica de Espa?a (AFYVE) contempla con satisfacci¨®n este panorama. "No me sorprend¨ª al conocer la noticia, es algo que se ve¨ªa venir desde hace tiempo", explica. "Creo que es un paso m¨¢s para acabar con la anarqu¨ªa que exist¨ªa en la venta de m¨²sica on line. A algunos les parecer¨¢ que Napster se ha vendido, que han claudicado, pero yo pienso que se ha normalizado. La industria se va a beneficiar de este acuerdo porque se van a romper las barreras de la distribuci¨®n y van a bajar los precios. El gran debate abierto es el del precio de la m¨²sica".
Una posici¨®n ambigua
L¨®pez afirma que los consumidores ten¨ªan una visi¨®n equivocada de la actitud de la industria musical ante la distribuci¨®n de la m¨²sica on line. "Este acuerdo demuestra que la industria apoya las nuevas tecnolog¨ªas. Lo hizo antes con el CD y con el casete. S¨®lo que en esta ocasi¨®n tard¨® m¨¢s en reaccionar, su posici¨®n era ambigua y surgieron otros que lo empezaron a aprovechar", afirma. "De todas formas, la pirater¨ªa digital no ha afectado demasiado a la venta de discos. Por el contrario, ha ayudado a traer nuevos consumidores. Internet est¨¢ haciendo que cada vez se consuma m¨¢s m¨²sica y eso beneficia sobre todo a los artistas".El ¨¦xito del acuerdo de Napster y Bertelsmann depender¨¢ de si sus millones de usuarios siguen fieles a un servicio que ha dejado de ser gratuito. De momento se ha hablado de unos 4,95 d¨®lares mensuales (unas 1.000 pesetas) de suscripci¨®n, pero hay muchos cabos sueltos. Hank Barry, director ejecutivo de Napster, afirm¨® que no todo ser¨ªa de pago, pero no explic¨® cu¨¢l ser¨ªa la diferencia.
Otros miembros de la industria hablan de algunas de las formas de negocio que est¨¢n en discusi¨®n, seg¨²n el New York Times. Entre ellas est¨¢ el que los ficheros de m¨²sica gratuita s¨®lo puedan ser usados por un tiempo limitado, mientras los que pagan puden descargar los temas de forma definitiva. Los abonados podr¨¢n recibir tambi¨¦n acceso a grabaciones exclusivas o descargas con mayor calidad de sonido.
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