Dos muertos y decenas de heridos al estallar un coche bomba en un mercado de Jerusal¨¦n

"La Intifada no se detendr¨¢", anunciaron ayer al un¨ªsono las organizaciones radicales palestinas Yihad Isl¨¢mica, Ham¨¢s y el Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina (FPLP), entre otras. Se oponen a todo compromiso de alto el fuego con Israel y reclaman una intensificaci¨®n de la revuelta. Poco despu¨¦s de esta proclama, un coche bomba estall¨®, a primera hora de la tarde, en el mercado de Ben Yehuda, de Jerusal¨¦n Oeste. El atentado provoc¨® dos muertos y decenas de heridos; una de las v¨ªctimas era una mujer colono, Ayelet Levy, hija del ex ministro y dirigente del Partido Nacional Religioso, Isaac Levy. El atentado fue reivindicado poco despu¨¦s por los fundamentalistas de Yihad Isl¨¢mica.

Confusi¨®n inicial

"No aceptaremos un alto el fuego", insist¨ªa ayer, en la ciudad de Bel¨¦n, Jader Saba Abu Abra, un dirigente del FPLP, una de las organizaciones m¨¢s radicales y combativas de la oposici¨®n a Yasir Arafat, hist¨®ricamente vinculada al r¨¦gimen de Damasco y firme detractora de los Acuerdos de paz de Oslo.La estrategia de los dirigentes y militantes del FPLP coincide, punto por punto, con la de los radicales isl¨¢micos de Ham¨¢s y de la Yihad Isl¨¢mica, que difundieron ayer diversos llamamientos a proseguir la lucha, "hasta derrotar el enemigo". Ambas organizaciones reclamaron continuar "con la venganza y las represalias por tantas muertes".

Abu Abra asegur¨® ayer que su partido se hab¨ªa coordinado con otras fuerzas de la oposici¨®n a Arafat con el fin de proseguir con la lucha y la Intifada, ya que, en su opini¨®n, abandonar el frente supone "un crimen y una traici¨®n contra nuestro pueblo".

"No abandonaremos, queremos la independencia y el control de Jerusal¨¦n Este", repet¨ªa el dirigente del Frente Popular Abu Abra, de 42 a?os, vecino del pueblo de Beit Yala, cercano a Bel¨¦n, uno de los hombres m¨¢s buscados por los servicios secretos israel¨ªes. Est¨¢ acusado de ser el proveedor de armas del brazo militar de su propia organizaci¨®n y est¨¢ inculpado en dos atentados contra las fuerzas de seguridad israel¨ªes, en 1995 y en 1996, que provocaron la muerte de tres soldados.

Este cristiano ortodoxo, licenciado en Ciencias Econ¨®micas, es un hombre p¨²blico en la provincia de Bel¨¦n, pero, m¨¢s all¨¢ de las fronteras de la Administraci¨®n aut¨®noma palestina, no existe. Abu Abra ha aprendido a sumergirse en la clandestinidad cuando entra en territorio israel¨ª.

Una prueba de que el acuerdo de alto el fuego no va acabar con la violencia extremista fue el coche bomba que estall¨® ayer, a las tres de la tarde, en Jerusal¨¦n Oeste. El veh¨ªculo hab¨ªa sido estacionado en los alrededores del mercado de Ben Yehuda sin que el despliegue policial israel¨ª llegara a detectarlo a tiempo. La explosi¨®n caus¨® la muerte de dos personas y heridas a decenas.

Este tipo de atentado no es nuevo. En una operaci¨®n similar, un grupo radical hizo explotar en julio de 1998 una carga de dinamita que revent¨® en el interior del mismo mercado. En aquella ocasi¨®n el n¨²mero de muertos fue mucho mayor, 12.

La polic¨ªa israel¨ª asegur¨®, en un primer momento, que las v¨ªctimas eran los dos presuntos autores del atentado, pero la hip¨®tesis se tambale¨® cuando los servicios de identificaci¨®n descubrieron que uno de los muertos era un jud¨ªo y que el otro cuerpo pertenec¨ªa a Ayelet Levy, la hija del dirigente del Partido Nacional Religioso, Isaac Levy, bajo cuyo paraguas se cobijan las organizaciones del movimiento colono, incluidas sus organizaciones radicales.La muerte de Ayelet Levy, de 26 a?os y madre de una hija de tres, habitante desde hace una d¨¦cada del asentamiento de Kefar Ruth, cercano a Ramala, amenaza con provocar las iras del movimiento colono, que se encontraba ayer conmocionado, seg¨²n asegur¨® uno de sus portavoces, Menahem Gourary.

Para este dirigente colono, la muerte de la muchacha es "una prueba m¨¢s de la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los palestinos"; al mismo tiempo, Gourary aseguraba, en tono indignado, que el cese de hostilidades firmado horas antes por Sim¨®n Peres y Yasir Arafat es "no v¨¢lido" e "inexistente".

Israel acus¨® del atentado a los movimientos fundamentalistas palestinos y corresponsabiliz¨® del hecho a la Autoridad Palestina por haber liberado en las ¨²ltimas semanas a un buen n¨²mero de dirigentes islamistas. Las sospechas del Gobierno israel¨ª se confirmaron horas m¨¢s tarde cuando la Yihad Isl¨¢mica se responsabiliz¨® del atentado en un comunicado emitido desde Beirut, y anunci¨® que el mismo era una obra de su brazo militar.

La llamada de los radicales palestinos hizo sangrar, adem¨¢s, otros frentes, sobre todo en Bel¨¦n, donde muri¨® un joven de 21 a?os, vecino de Jadera, alcanzado por una bala en el pecho tras haber lanzado una piedra. Un segundo palestino muri¨® de forma similar en los alrededores de Jerusal¨¦n Este. A ellos tampoco les alcanz¨® el alto el fuego.