Amores que matan

De un tiempo a esta parte, mun¨ªcipes y alcaldables de poblaciones cercanas a espacios naturales de gran valor, se dan de codazos por mostrar a la opini¨®n p¨²blica qui¨¦n los va a respetar m¨¢s y cu¨¢nto van a protegerlos. Esto se da mucho en los Pirineos y todo el mundo puede observar la huella de estos amores en Candanch¨², Ast¨²n, Formigal... Amor manifestado casi con tanta energ¨ªa como la empleada ante cualquier intromisi¨®n del resto de la poblaci¨®n regional, nacional o europea en "su querido espacio".Estos d¨ªas asistimos a un nuevo cap¨ªtulo de la demagogia hecha realidad en Canfranc, un pueblo a orillas del r¨ªo Arag¨®n, que pretende construir una estaci¨®n de esqu¨ª en un magn¨ªfico valle con dos bordas y una trocha del gran recorrido 11 (la transpirenaica) que lo atraviesa. El amor a este paraje les ha llevado a redactar sobre este valle un epitafio en forma de plan especial de protecci¨®n del medio f¨ªsico y del paisaje para facilitar un "aprovechamiento racional de los recursos naturales" y permitir y justificar una estaci¨®n de esqu¨ª con sus chiringuitos, sus aparcamientos para varios miles de veh¨ªculos, sus pistas sobre barrancos y canchales y en una palabra, su desprecio, a golpe de barreno, a esa monta?a que tanto dicen amar.

Tanto palabrer¨ªo no puede ocultar la memoria hist¨®rica, reflejada en este caso por Madoz (1845). Y es que cuando este destacado personaje de la desamortizaci¨®n espa?ola recal¨® en este lugar, elaborando su particular diccionario, tan parco en descripciones del paisaje, le llam¨® la atenci¨®n la desnudez de ese lugar "aunque montuoso, no se hallan bosques". Era tal la deforestaci¨®n de este valle que cuando se inicia la construcci¨®n de la estaci¨®n internacional de ferrocarril all¨ª existente, fue necesario invertir 14 millones de la ¨¦poca para llevar a cabo una de las obras de reforestaci¨®n m¨¢s impresionantes de Espa?a hasta la fecha.

Pero la memoria de algunos es d¨¦bil y las moralejas se desvanecen. Hablan de desarrollo, empleo y asentamiento de la poblaci¨®n para localidades con tasas de paro inferiores al estructural, con sus empleados viviendo en localidades m¨¢s importantes por no poder pagar la cesta de la compra en ese valle y con dos estaciones de esqu¨ª desde hace m¨¢s de 25 a?os que siguen sin aportarles nada. Entonces, ?qu¨¦ puede justificar la construcci¨®n de una nueva estaci¨®n de esqu¨ª? La especulaci¨®n inmobiliaria a costa de la destrucci¨®n de un bello paisaje, pagado a ser posible, con el dinero de todos los contribuyentes, para uso y disfrute de unos pocos.- Jes¨²s Alba Svitil. Presidente de la Sociedad Aragonesa de Estudios del Medio Ambiente.