Gore busca capitalizar una era de prosperidad
EE UU afronta las elecciones en plena bonanza econ¨®mica y como l¨ªder indiscutible de la nueva revoluci¨®n tecnol¨®gica
Mucho ha de espabilarse Europa, y a¨²n m¨¢s China, para que el XXI no vuelva a ser un siglo americano. Con el 51% de los hogares disponiendo de uno o varios ordenadores y el 42% conectado a Internet, EE UU est¨¢ ya en el tercer milenio. Unos 120 millones de estadounidenses, casi la mitad de los 276 millones de habitantes, navegan por el ciberespacio desde sus trabajos, domicilios o escuelas, seg¨²n los datos del Departamento de Comercio; representan el 36% de la poblaci¨®n internauta del planeta.La inform¨¢tica se ha incorporado tan masiva y velozmente a la vida estadounidense como en el pasado lo hicieron el autom¨®vil, el tel¨¦fono, la lavadora o la televisi¨®n. Esta revoluci¨®n tecnol¨®gica, seg¨²n Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, es una de las razones b¨¢sicas por las que la primera potencia econ¨®mica del mundo atraviesa un periodo tan largo de crecimiento sostenido, creaci¨®n de empleo, elevada productividad y baja inflaci¨®n.
Al Gore segu¨ªa desga?it¨¢ndose ayer con esta pregunta dirigida a sus compatriotas: "?No est¨¢n ustedes mejor que hace ocho a?os?". Y aunque la respuesta de tres de cada cuatro ciudadanos es afirmativa, ¨¦sta no se traduce en un entusiasmo por el vicepresidente. La mayor¨ªa, seg¨²n The Washington Post, cree que los responsables de la prosperidad son la pol¨ªtica monetaria de Greenspan, Internet y el sudor de los estadounidenses, que en 1999 superaron a los japoneses, y a cualquier otro pa¨ªs industrial, en el n¨²mero de horas trabajadas, una media de 1.966 persona / a?o.
EE UU contempla estas elecciones con su escepticismo habitual respecto a la pol¨ªtica, o aun m¨¢s; este pa¨ªs s¨®lo se interesa por la cosa p¨²blica cuando atraviesa una crisis, lo que no es el caso. Si no, sigue nutri¨¦ndose de sus valores fundacionales de desconfianza hacia el Gobierno y de exaltaci¨®n del individuo y la sociedad civil, as¨ª que si el martes participa en los comicios la mitad de los mayores de 18 a?os ya ser¨¢ mucho.
Otro ¨¦xito es la apertura a la inmigraci¨®n. Viven en EE UU 27 millones de personas nacidas en pa¨ªses extranjeros. La inmigraci¨®n es uno de los factores decisivos del nuevo vigor, y el turista puede sentirlo al aterrizar en Nueva York y tomar un taxi conducido por un paquistan¨ª o un ruso. Signo de la ¨¦poca de vacas gordas; y hasta el candidato republicano, George W. Bush, reitera en esta campa?a mensajes de bienvenida a los inmigrantes. Y ¨¦l y Gore compiten por el voto de los hispanos, que est¨¢n convirtiendo este pa¨ªs en biling¨¹e.
Seg¨²n la Oficina del Censo, cada uno se muda de vivienda 12 veces en su vida, y este a?o lo har¨¢n un total de 43 millones. No existe aqu¨ª el apego a la patria chica o al puesto de trabajo fijo que dificulta tanto la movilidad econ¨®mica en Europa. Los estadounidenses van all¨ª donde hay posibilidad de prosperar. Y a base de echarle muchas horas, el 45% de los 72 millones de familias sit¨²a sus ingresos anuales entre los 30.000 y los 75.000 d¨®lares. ?sa es la franja media de rentas familiares y da para tener una vivienda unifamiliar en los suburbios, donde vive m¨¢s de la mitad de la gente, uno o dos coches y el paquete habitual de electrodom¨¦sticos.
El EE UU que deja Bill Clinton a su sucesor es m¨¢s rico que hace ocho a?os, pero sigue conservando su tal¨®n de Aquiles. Uno es la cobertura m¨¦dica. A falta de un sistema p¨²blico, que Bill y Hillary Clinton intentaron promover sin ¨¦xito, 44 millones de ciudadanos, el 16% del total, carecen de alg¨²n tipo de seguro m¨¦dico. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, EE UU se sit¨²a en esta materia en el puesto 37? entre 191 pa¨ªses. El c¨¢ncer, los infartos, los suicidios y los homicidios son, por este orden, las principales causas de mortalidad. Llama la atenci¨®n el dato de los suicidios, que confirma que sobre esta sociedad planea una cierta infelicidad. Y es que la vida es dura y competitiva, como lo testimonia el que el 32% de los trabajadores se salte el almuerzo y otro 49% lo liquide en cinco minutos con bocadillos caseros o comprados en tiendas de comida basura. Obesidad, colesterol y estr¨¦s son parte integrante del modo de vida norteamericano; como el divorcio, con el que termina m¨¢s del 40% de los primeros matrimonios.
Las matanzas en colegios e institutos han jalonado el segundo mandato presidencial de Clinton. Cada a?o en Estados Unidos, mueren por disparos 32.000 personas, incluidos 5.300 ni?os. Clinton no ha conseguido resultados en su cruzada para el control del acceso a las armas. La Asociaci¨®n Nacional del Rifle, que preside Charlton Heston, se le ha cruzado en su camino una y otra vez. El FBI calcula que 44 millones de estadounidenses disponen de 192 millones de armas de fuego.
La potencia imperial es un pa¨ªs de religi¨®n (el 94% de su gente es creyente) y de frontera, incluido el juez de la horca. El Tejas de Bush tiene el r¨¦cord de ejecuciones, pero Gore tambi¨¦n es partidario de la pena capital y la aplican otros 37 Estados. Gore y Bush predican, con raz¨®n, que el sue?o americano est¨¢ m¨¢s vivo que nunca, pero no mencionan que hay que tener tripas de hierro para alcanzarlo.
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