El Rayo consigue una dif¨ªcil victoria ante un Valladolid que no supo ganar

Fue un partido da?ino para los espectadores y, sobre todo para el Valladolid. Un partido donde se se?alaron cerca de 50 faltas, trabado, espeso, grosero a ratos, que vio triunfar al Rayo a falta de cinco minutos por una jugada aislada, resuelta de manera magn¨ªfica por Bolic. En el momento de la verdad, el Valladolid dej¨® vivo al Rayo y los de Juande Ramos se pusieron heroicos para atrapar una victoria que parec¨ªa lejan¨ªsima, imposible. Pero vol¨® el env¨ªo de Quevedo, Bolo lo baj¨® de cabeza y Bolic vivi¨® su minuto de gloria.Lo que no hizo el Rayo para sacar partido a sus escasas apariciones por el ¨¢rea rival lo hicieron los defensas del Valladolid, con especial menci¨®n para Pe?a, un verdadero amigo. La primera ocasi¨®n que el Rayo sinti¨® que pod¨ªa ganar el partido naci¨® en los pies del defensa vallisoletano, que se sac¨® de la manga un pase que hubiera sido magn¨ªfico de no ser porque el receptor fue Quevedo, que sin embargo mand¨® el regalo a las nubes. En esa jugada el cuadro rayista comprob¨® que lo mismo tanto maltrato al bal¨®n pod¨ªa darle alg¨²n fruto. Se lo dio. Dos arreones, al final de cada tiempo, le bastaron para ganar. Dos centros de Quevedo desde la derecha, dos entre los muchos que vuelan por Vallecas, permitieron a los vallecanos romper una racha de derrotas que amenazaba con herirles. Dos jugadores en solitario, Caminero y Michel le echaron mejor gusto a la faena que los 20 restantes. Sobre todo Caminero, que intent¨® que la imaginaci¨®n tuviera algo que decir ayer en Vallecas. Todo lo que sali¨® de sus botas en la primera parte fueron buenas noticias.

El Valladolid cambi¨® su rostro en la segunda parte. Encaden¨® tres acciones consecutivas de peligro en menos de diez minutos y, en la cuarta, Heinze vol¨® para ejecutar un cabezazo bell¨ªsimo. Pero el Valladolid dej¨® ir el partido de manera lastimosa. Permiti¨® que el Rayo se hiciera con el bal¨®n, cuando no lo hab¨ªa tenido en toda la segunda parte, y el conjunto vallecano sac¨® un tesoro de donde no hab¨ªa sino pobreza y demostr¨® que, pese a sus limitaciones, sabe manejarse de sobra en situaciones de p¨¢nico.