El gobernador de Tejas confiaba en su victoria en Florida para alcanzar la Casa Blanca
Las pantallas de televisi¨®n anunciaron que Al Gore ganaba Florida, y un gemido colectivo de desilusi¨®n se extendi¨® por la explanada del Capitolio de Tejas. No era m¨¢s que una encuesta a pie de urna, y quedaba a¨²n mucha noche por delante, pero la gente de George W. Bush se sinti¨® vencida por un momento. Poco despu¨¦s, el recuento real volv¨ªa a dejar en suspenso Florida, donde es gobernador un miembro de la dinast¨ªa Bush, Jeb, hermano menor del candidato a la presidencia. Y estall¨® el j¨²bilo. En Austin, el cuartel general de los republicanos, la noche fue una monta?a rusa de emociones.
Tras el gemido de desilusi¨®n llegaban los alaridos de euforia y una letra coreada -"?W, W, W!, la inicial distintiva del candidato republicano, George Walker Bush-, restablec¨ªa los ¨¢nimos. Un par de canciones de Ricky Martin o de Willy Nelson atronadas por los altavoces completaban el efecto. "La noche ser¨¢ larga; las cosas se decidir¨¢n en el oeste, y en el oeste ganaremos", dijo un portavoz.Austin, la capital de Tejas, se entreg¨® a George W., su gobernador. Mientras el partido dem¨®crata local celebraba una discreta fiesta en el hotel Hyatt, los republicanos ten¨ªan tomado el centro. Los vendedores de chapas y pegatinas hab¨ªan hecho un buen negocio. "Cabrea a un liberal. Vota W", dec¨ªa la que luc¨ªa una se?ora. "George W. Bush, el hombre que limpiar¨¢ el Despacho Oval", proclamaba su marido en la solapa. La pareja no dudaba de la victoria de Bush. Pero, de forma un poco contradictoria, se quejaba del sistema electoral. "No puede ser que un candidato gane en n¨²mero de votos y no llegue a la Casa Blanca", mascullaba el marido. "Eso", replicaba la se?ora, "no puede ser. Ser¨ªa un esc¨¢ndalo".
Hab¨ªa que mantener el ¨¢nimo y confiar en los resultados del oeste, m¨¢s decisivos que nunca. Pese a los cambios de humor, el ambiente en Austin no era tan exultante como el de la v¨ªspera, cuando George W. desembarc¨® de su avi¨®n electoral tras una larga jornada de cierre de campa?a. En su ¨²ltimo acto antes de la votaci¨®n, el candidato republicano hab¨ªa proclamado su seguridad en la victoria. "Hemos ganado en el aceler¨®n final", dijo. Y se present¨® incluso como "el presidente de la reconciliaci¨®n".
Anoche, Bush, que prefiri¨® posponer una fiesta con una cuarentena de personas y encerrarse en la suite de hotel con los m¨¢s intimos, limit¨¢ndose a decir que hab¨ªa que esperar "hasta el ¨²ltimo recuento de la ¨²ltima urna" para conocer el resultado.
Bush hab¨ªa concluido su campa?a electoral con una carrera de resistencia por cinco Estados: sali¨® temprano de Orlando (Florida) y celebr¨® actos en Tennessee, Iowa, Wisconsin, Arkansas y Texas. Sus paradas en Tennessee, el Estado de su rival Al Gore, y en Arkansas, el Estado de Bill Clinton, fueron altamente simb¨®licas. En Chattanooga (Tennessee), el republicano subray¨® que iba a arrasar en Tejas. "Gore, en cambio, perder¨¢ en su propio Estado. Puede ganar en Washington DC, la capital, pero no aqu¨ª", dijo, "donde mejor le conocen". Tennessee mostraba anoche unos resultados muy ajustados, pero las cadenas de televisi¨®n se lo otorgaban a Bush.
El gobernador de Tejas repiti¨®, como casi cada d¨ªa en las ¨²ltimas semanas, que reconciliar¨ªa a dem¨®cratas y republicanos y que acabar¨ªa con "el cinismo" en Washington. Luego durmi¨® unas horas, tres o cuatro, y vot¨® ayer en el colegio ubicado en el tribunal de Travis County, en el centro de Austin. Como de costumbre, Bush se mostr¨® simp¨¢tico e ironiz¨® sobre s¨ª mismo. "?Qu¨¦ siente en el momento de depositar su voto?", le pregunt¨® un periodista. "?Uf! Eso es lo que pienso. ?Uf!, esto se ha terminado por fin".
Decenas de simpatizantes y curiosos se agolpaban en el colegio electoral, tras la doble barrera de los servicios de seguridad y las c¨¢maras de televisi¨®n. Uno de quienes aplaud¨ªan era Juan Henrique, mexicano de California. "Me gusta Bush. Es muy gringo, pero es buen hombre y es honrado, y habla un poquito de espa?ol. F¨ªjese en que hasta el cielo vota por ¨¦l: se acab¨® la sequ¨ªa y tenemos lluvia".
Bush pas¨® el d¨ªa en su domicilio, la residencia del gobernador, haciendo llamadas a emisoras de radio en las que pidi¨® a sus simpatizantes que fueran a votar, y concediendo algunas entrevistas. Por la noche, cen¨® con la familia. Los Bush cenan juntos en las noches electorales, porque siempre hay alg¨²n miembro de la familia implicado en ellas: antes era el padre, ahora son George o su hermano, el gobernador de Florida. El ex presidente George Bush y su esposa Barbara se desplazaron a Austin para acompa?ar a su hijo.
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