El 'caso Pallerols' y el fin de la 'era Pujol' ANT?N COSTAS
La corrupci¨®n, entendida como el uso de poder o de recursos p¨²blicos para beneficio privado, es una conducta a la que dif¨ªcilmente escapan los gobiernos, sean del signo que sean. Pero siendo una lacra com¨²n, la corrupci¨®n se desarrolla de forma distinta en unos gobiernos que en otros.En el caso de los gobiernos conservadores, la propensi¨®n a la corrupci¨®n es alimentada por las pol¨ªticas que favorecen la b¨²squeda de la riqueza y el ¨¦xito personal sobre el bien com¨²n. Este tipo de discurso genera normas morales que propician cierto tipo de corrupci¨®n. No digo que la mayor¨ªa de los que sirven a gobiernos conservadores no sean personas dignas. Pero algunos no tienen escr¨²pulos en usar su poder para provecho personal. Y lo hacen como si fuese lo m¨¢s natural. Recuerden el caso del lino, y c¨®mo los implicados consideraban natural utilizar la informaci¨®n de que dispon¨ªan para hacer negocios con las mismas subvenciones que administraban.
Lo mismo se puede decir de algunos hombres de negocios puestos al frente de empresas p¨²blicas privatizadas, que han utilizado esos nombramientos para el enriquecimiento personal.En los gobiernos progresistas predominan las pol¨ªticas orientadas a la b¨²squeda de finalidades p¨²blicas m¨¢s que al inter¨¦s privado. Tienden a ser idealistas. Y como ha se?alado el historiador Arthur Schlesinger, los idealistas tienen muchos defectos, pero raramente roban. Sin embargo, Schlesinger encuentra que en los gobiernos progresistas la corrupci¨®n surge principalmente al final, cuando ya los idealistas se han marchado y los contemporizadores los han reemplazado. La corrupci¨®n aparece en este caso como un s¨ªntoma que apunta el final de un ciclo. Quiz¨¢ la experiencia espa?ola de los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez sirva para ilustrar esa idea.
Viniendo a la pol¨ªtica catalana, el llamado caso Pallerols puede verse como un sintoma del final de la era Pujol. Los gobiernos de Pujol no son f¨¢cilmente encuadrables en la divisi¨®n conservador-progresista, pero tienen en com¨²n con estos ¨²ltimos su orientaci¨®n hacia la b¨²squeda de finalidades p¨²blicas: en este caso, movilizar a la sociedad para construir una identidad nacional. Tambi¨¦n aqu¨ª la corrupci¨®n irrumpe cuando se han ido muchos de los idealistas que en sus inicios empujaron dentro de CiU el proyecto nacionalista. Que este caso es un s¨ªntoma, lo ha entendido Jordi Pujol al reconocer que es una "mancha" para su gobierno. Una mancha que puede extenderse como el aceite, marcando el final de su era.
Digo que la corrupci¨®n es un s¨ªntoma del final de una era, no que sea su causa. El final del pujolismo viene determinado, en mi opini¨®n, por el cansancio de la sociedad despu¨¦s de 20 a?os de pol¨ªticas y llamamientos dirigidos a movilizar las energ¨ªas sociales en una determinada direcci¨®n. Como ocurre con todo en la vida, el perseguir una cosa durante mucho tiempo cansa y agota. Y el cuerpo social necesita ahora tomar un respiro y pasar a ocuparse de otras cosas m¨¢s prosaicas, relacionadas m¨¢s con objetivos privados que con el fer pa¨ªs. El ciclo p¨²blico-privado en Catalu?a ha virado. Quiz¨¢ este cambio en las preocupaciones de los ciudadanos sea una de las causas del inesperado fracaso de la campa?a lanzada por el Gobierno de Pujol para adherir las siglas CAT en las placas de las matr¨ªculas.
Sin embargo, no querr¨ªa que esta reflexi¨®n sobre la corrupci¨®n llevase a la c¨ªnica conclusi¨®n de que "son cosas que pasan a menudo" en todos los gobiernos cuando se conceden subvenciones, y que nada se puede hacer para evitarlas. Al margen de cu¨¢l sea su devenir en los juzgados, el caso Pallerols deber¨ªa servir para extraer algunas lecciones. Las subvenciones despiden un suave y perturbador perfume que induce a la corrupci¨®n. ?C¨®mo evitarla? S¨®lo veo una soluci¨®n: la transparencia absoluta en su concesi¨®n. Me es indiferente a qui¨¦n se le conceden, pero lo que exigir¨ªa es que la cuant¨ªa y las razones de las concesiones fuesen transparentes. Transparencia significa hoy, en la era de Internet, que est¨¦n colgadas en la red. Esa es la mejor forma social de controlar las subvenciones y evitar la corrupci¨®n. Si el Parlament adopta esta decisi¨®n, el caso Pallerols habr¨¢ contribuido a dignificar e introducir luz y taqu¨ªgrafos en la vida p¨²blica catalana.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
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