El enigma de Cord¨®n desbarat¨® las negociaciones con el Gobierno para disolver la organizaci¨®n
El Gobierno y los GRAPO mantuvieron durante 1996 intensas negociaciones para intentar la disoluci¨®n de la organizaci¨®n terrorista y la legalizaci¨®n del Partido Comunista de Espa?a reconstituido (PCE-r). Las conversaciones se iniciaron en la c¨¢rcel de Almer¨ªa entre dos miembros del CESID y tres activistas, aunque el grueso de las negociaciones se llevaron a cabo en la prisi¨®n Sevilla II, donde fueron reagrupados los interlocutores designados por la banda y de la que fueron desalojados los presos de ETA. Las conversaciones fracasaron, entre otros motivos, por la falta de soluci¨®n, incluso a d¨ªa de hoy, del secuestro del empresario zaragozano Publio Cord¨®n.La primera reuni¨®n negociadora se celebr¨® a las 3.30 de la madrugada del 17 al 18 de abril de 1996 entre tres grapos y dos agentes del CESID, Alberto y Enrique, que desde entonces fueron bautizados como los malasombra. En aquel primer contacto se fij¨® una nueva cita para el 2 de mayo a fin de elaborar un calendario de conversaciones y un cat¨¢logo de temas a tratar. "Vosotros no hab¨¦is conseguido gran cosa con la lucha armada; el Estado est¨¢ fuerte, consolida la democracia y puede ser generoso", dijeron los miembros del CESID, a los que los grapos, seg¨²n sus comunicados internos, contestaron: "Si fuera as¨ª no vendr¨ªais. Si ven¨ªs es porque somos fuertes, preve¨¦is que lo seremos m¨¢s y porque vosotros est¨¢is en crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y moral".
Los GRAPO plantearon como principales exigencias una salida escalonada de prisi¨®n, la legalizaci¨®n o tolerancia del PCE-r, medios econ¨®micos y trabajo para los excarcelados y "mejoras econ¨®micas y sociales de car¨¢cter general". Como contrapartida ofrec¨ªan el fin de la lucha armada y la disoluci¨®n de los GRAPO.
Los negociadores de ambas partes llegaron a reunirse en otras tres ocasiones en la c¨¢rcel de Sevilla II, donde fueron reagrupados 16 activistas. El ¨²ltimo encuentro se celebr¨® el 17 de septiembre. "Ven¨ªan [los del CESID] con la intenci¨®n de estar todo el tiempo que fuera necesario; trajeron cinco botellas de agua (?por primera vez nos invitan a algo!) y pusieron su tel¨¦fono m¨®vil sobre la mesa; quer¨ªan entrar a fondo en el temario y parece que ten¨ªan previsto consultar con sus jefes, sobre la marcha, algunos aspectos concreto", seg¨²n se dec¨ªa en un comunicado de los presos del 20 de septiembre de 1996. Las negociaciones parec¨ªan avanzar pero acabaron top¨¢ndose con varios problemas, especialmente por la desaparici¨®n de Publio Cord¨®n despu¨¦s de que, como juraban y perjuraban los GRAPO, lo liberaran en Barcelona tras cobrar el rescate del secuestro.
"Obran en nuestro poder datos y cartas, pero es evidente de que la gran prueba de que se le solt¨® en su d¨ªa no existe (...) Les recordamos la carta de Cord¨®n en la que anunciaba a su familia que se iba a tomar unos d¨ªas tras su liberaci¨®n antes de volver a casa", dijeron entonces.
Este enorme y misterioso escollo, la falta de arrepentimiento de los activistas y la imposible cesi¨®n por ambas partes hicieron que las conversaciones saltaran por los aires y los GRAPOS volvieron a las andadas.
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