V¨ªctima de sus propias precauciones

El Gobierno franc¨¦s es v¨ªctima de sus precauciones sanitarias. ?sa es, a grandes rasgos, la tesis defendida por el ministro de Agricultura, Jean Glavany, que recordaba: "Los alemanes nos reprochan haber descubierto m¨¢s casos de vacas locas que ellos. Es l¨®gico, puesto que en Francia hemos efectuado en el transcurso del ¨²ltimo a?o 48.000 controles y ellos s¨®lo 600". En efecto, la legislaci¨®n francesa es m¨¢s exigente que la de sus vecinos, el n¨²mero de animales enfermos -menos de 100 en lo que va de a?o- muy inferior al que ha habido que sacrificar en Gran Breta?a, Irlanda o Portugal, y toda la carne comercializada va acompa?ada de un etiquetado estricto que permite conocer enseguida su origen. Pero esto no basta para tranquilizar a los consumidores.En los mercados centrales las ventas de carne de buey han ca¨ªdo hasta un 40%; en la Bolsa, los valores de las sociedades que fabrican el test que permite detectar la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB) han aumentado un 10%. El discurso televisado, el pasado d¨ªa 7, del presidente Jacques Chirac, pidiendo la inmediata prohibici¨®n de las harinas animales, ha sido vivido como una pu?alada en la espalda por el Ejecutivo. "El papel de los responsables pol¨ªticos", dijo el primer ministro, el socialista Lionel Jospin, "no consiste en angustiar a la opini¨®n p¨²blica, sino en aportar soluciones y resolver problemas".

Para el primer secretario del PS, Fran?ois Hollande, "en el asunto de la EEB no hay lugar para la pol¨¦mica politiquera, pero el presidente de la Rep¨²blica parece participar en una campa?a electoral que a¨²n no ha comenzado". El ministro de Agricultura remach¨® el clavo al afirmar que las palabras de Chirac hab¨ªan "aumentado la psicosis".