Nada Mas AGUST? FANCELLI

Nada Mas.Nada y no guarda la ropa. Al contrario. La ropa le interesa mucho. La luce siempre limpia y bien planchada. Adem¨¢s, como Baudrillard, gusta de teorizar sobre ella. Lo hizo ayer mismo, en la Fira de Cornell¨¤, durante su discurso como flamante secretario general de Converg¨¨ncia. Dedic¨® al asunto una met¨¢fora largu¨ªsima que los delegados segu¨ªan con atenci¨®n para ver en qu¨¦ momento pod¨ªan aplaudirla. Razon¨® Mas que tenemos un vestido estrecho de sisa y tiro al que precisamos dar de costuras, sin especificar cu¨¢ndo hab¨ªamos puesto esos kilos sobrantes que tanto afean nuestra l¨ªnea. Ahora bien, prosigui¨®, para dar esas costuras y lograr una mayor holgura hace falta leer antes la Constituci¨®n y el Estatuto en sentido autonomista. En consecuencia, no puede ser un sastre cualquiera, sino uno tan diestro en el arte de la aguja como en cuestiones jur¨ªdicas de calado. Pues bien, advirti¨® Mas, podr¨ªa ocurrir que nos top¨¢ramos con un sastre del morro fort que no quisiera ni o¨ªr hablar de modificarnos el corte. En cuyo caso, concluy¨®, tendr¨ªamos s¨®lo una alternativa: encargar un traje nuevo. Pero eso ¨²nicamente podr¨ªa ocurrir si la mayor¨ªa del pueblo catal¨¢n reclamara un cambio colectivo de indumentaria. Hombre, no: tambi¨¦n podr¨ªamos intentar cambiar de sastre, a ver si d¨¢bamos con uno menos antip¨¢tico que se apiadara de nuestras desbordadas hechuras. ?Jes¨²s, c¨®mo se han puesto los del comercio!

Pero Mas nadaba entre otras muchas met¨¢foras. Met¨¢foras de tierra, mar y aire. De aire, cit¨® concretamente un verso del Cant de la senyera -"volar¨¤s com au galana / pel damunt dels nostres caps"- para apoyar el concepto de que deb¨ªamos aspirar a Mas, digo a m¨¢s. Como met¨¢foras marinas se sac¨® una que dec¨ªa que lo importante del mar no son las olas de superficie o la espuma, sino las corrientes profundas. En fin. Mejor¨® algo con las terrestres, al describir el ¨¢rbol convergente: un ¨¢rbol con vocaci¨®n de crecimiento en altura y anchura para dar sombra y aixoplugar -qu¨¦ bonita palabra- a un n¨²mero creciente de enanitos del bosque. Pero la met¨¢fora m¨¢s bonita fue una de mar i muntanya que Mas atribuy¨® a Pujol durante la reciente conmemoraci¨®n de los Fets del Palau: la de un pueblo que viv¨ªa feliz junto a un oasis en el desierto pero que se puso a caminar porque quer¨ªa ver el mar. Pens¨¦ que la Navidad estaba al caer, en efecto, y que deber¨ªa ir pensando en sacar el caramillo y la samarra del armario, no sea que tambi¨¦n me venga estrecha y no haya forma de encontrar sastre, con lo bordes que se est¨¢n poniendo.

En ¨¦stas lleg¨® Pujol anunciando que como cierre no pretend¨ªa hacer un discurso pol¨ªtico, que eso ya lo hab¨ªa hecho Mas, sino sentimental. Apel¨® a la "ciutat ideal" de M¨¤rius Torres, al catalanismo sentimental y racional de Valent¨ª Almirall y concluy¨® con unos versos de Salvador Espriu exhort¨¢ndonos a reforzar la confianza en nosotros mismos. Un nivel, vamos. Pero est¨¢ visto que lo de Converg¨¨ncia va a Mas, y ya dijo aquel arquitecto que menos es Mas. Mientras sonaba por megafon¨ªa la energ¨¦tica sinton¨ªa convergente, llov¨ªan sobre el escenario alegres confetis de colores que recubr¨ªan a los exultantes congresistas en el acto de palmearse las espaldas. Esto es Am¨¦rica, nano, aunque aqu¨ª, en estos ¨²ltimos 20 a?os, nos ha costado bastante menos que a ellos elegir presidente...

Nada Mas. Digo, nada m¨¢s.