La miseria de los ni?os centra la X Cumbre Iberoamericana en Panam¨¢
Hace diez a?os, un ni?o de la calle guatemalteco pag¨® con su vida el malhumor de un pelot¨®n encanallado. "?Les vamos a dar una lecci¨®n, hijos de puta!". Los puntapi¨¦s policiales reventaron a Nahat¨¢n. Condenados a 12 a?os, sus asesinos salieron a los seis por "buena conducta". Otros muchos murieron a tiros o patadas. La X Cumbre Iberoamericana abordar¨¢ en Panam¨¢ el destino de los 40 millones de ni?os atrapados por la calle, por trabajos de adultos, por las guerrillas, la drogadicci¨®n, el narcotr¨¢fico o los abusos sexuales.
Nuevos pobres
Jefes de Estado y de Gobierno de 23 pa¨ªses recordar¨¢n de nuevo, hoy y ma?ana, una lacra constatada en cumbres anteriores con voluntariosas declaraciones de sensibilizaci¨®n apenas aplicadas en las pol¨ªticas de gobierno. Tambi¨¦n la Declaraci¨®n de Panam¨¢ propondr¨¢ acciones concretas a favor de la justicia social. Cerca de 20 millones de menores de 15 a?os trabajan, a veces en actividades de alto riesgo, miles son escudos o bot¨ªn en conflictos armados, y otros tantos, hu¨¦rfanos y jefes de familia. Las delegaciones de Colombia, Nicaragua y Bolivia, en una iniciativa secundada por pa¨ªses con guerras civiles todav¨ªa recientes, pedir¨¢n una expresa condena de la cumbre contra el reclutamiento de ni?os.Son legiones, por otra parte, aquellos sin existencia legal, presa f¨¢cil de los abusos, de la impunidad. Las madres solteras adolescentes suman dos millones, y cada a?o mueren entre 200.000 y 500.000 menores de cinco a?os por enfermedades curables, aunque progresivamente es mayor el n¨²mero de vacunados.
Una propuesta debatida en las reuniones preparatorias de la cumbre subraya que si los 26 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe asumieran los 3.600 millones de d¨®lares necesarios para escolarizar a todos los ni?os de la calle, ser¨ªa suficiente con poco menos del 3% de la cuant¨ªa desembolsada en 1988 para el pago de la deuda externa. No es previsible, sin embargo, que esa medida vaya a aprobarse en las conclusiones finales de una reuni¨®n precedida por los "manifiestos de indignaci¨®n".
Las estad¨ªsticas de la marginaci¨®n no sorprenden, pues m¨¢s de la mitad de los 400 millones de latinoamericanos sobreviven con 60 d¨®lares (menos de 12.000 pesetas), o menos, al mes.
Desde 1990 a la fecha, un a?o antes de la primera cumbre iberoamericana, desarrollada en la ciudad mexicana de Guadalajara, nacieron en Am¨¦rica Latina 24 millones de nuevos pobres. Cerca de 90 millones no disponen de recursos suficientes para alimentarse. "Las ¨²nicas promesas que sirven son las que se cumplen", record¨® un documento, dirigido a gobiernos y organismos internacionales y firmado el pasado a?o por escritores iberoamericanos: desde Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Jos¨¦ Saramago hasta Carlos Fuentes y Jorge Amado. En mayor o menor medida, los pa¨ªses asistentes a la cumbre sufren el estigma objeto de las sesiones, m¨¢s acusado en las comunidades ind¨ªgenas. Miles trabajan en los ca?averales paname?os, 140.000 pueblan las calles de M¨¦xico, otros 200.000 las principales ciudades brasile?as, y millares deambulan a su suerte en Centroamerica, naciones andinas y Cono Sur. Tambi¨¦n el Gobierno de Fidel Castro fue objeto de cr¨ªticas. La llamada Asociaci¨®n Cubana de Pediatr¨ªa en el Exilio le acus¨® en una conferencia de prensa de "apoderarse de la conciencia de los ni?os, adoctrin¨¢ndoles a trav¨¦s de un sistema educativo controlado por el Estado".Las penalidades de los ni?os de la calle son diarias y todas tienen un denominador com¨²n: la indefensi¨®n. Rafael, de 11 a?os, dorm¨ªa en una alcantarilla carioca hasta la irrupci¨®n de un comerciante pistola en mano. Amenaz¨® de muerte a 20. "Despu¨¦s de eso decid¨ª volver a casa de mi mam¨¢". Ahora recoge pelotas en un club de tenis. La mayor¨ªa, sin embargo, no vuelve, y es absorbido por la miseria. Siete murieron en 1993, en R¨ªo de Janeiro, abatidos a tiros por polic¨ªas francos de servicio, y 60 m¨¢s se salvaron de milagro en aquella matanza.
Los jefes de Estado y de Gobierno contar¨¢n, entre los documentos de trabajo, con una encuesta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que certifica que los ni?os y adolescentes conf¨ªan mucho m¨¢s en sus maestros y la Iglesia que en sus autoridades. Seg¨²n el sondeo, con una muestra de 12.000 ni?os de 17 pa¨ªses, el 59% desconf¨ªa del presidente y el 63% del Gobierno. "La voz de los ni?os constituye s¨®lo un paso hacia la utop¨ªa irrenunciable por una sociedad m¨¢s justa y solidaria. El siguiente pas¨® est¨¢ en la capacidad de escucha y comprensi¨®n de todos los adultos", destac¨® Peter Engebak, director regional del organismo.
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