La culpa tambi¨¦n es nuestra
S¨ª, la culpa tambi¨¦n es nuestra. Los periodistas de este pa¨ªs, entre los cuales me incluyo, llevamos muchos a?os, ya no recuerdo cu¨¢ntos, ofreciendo la primera p¨¢gina o la noticia de apertura de los medios de comunicaci¨®n social en los que trabajamos a una serie de hechos grav¨ªsimos como son los viles y salvajes atentados de la banda terrorista ETA. Hace unos cuantos a?os, con motivo de aquella ola de amenazas de los etarras al colectivo period¨ªstico vasco, tuve ocasi¨®n de charlar y preguntar sobre el, as¨ª denominado por el MLNV, problema vasco a un buen amigo, no vasco aut¨¦ntico -desconozco si su Rh es negativo-, pero s¨ª vasco adoptivo -cuesti¨®n ¨¦sta que seguramente no se habr¨¢ planteado en su vida-. ?l desempe?aba su profesi¨®n con una dignidad y entereza encomiables, incluso cuando revisaba los bajos de su coche por si alguien se hab¨ªa dejado olvidado un regalito o cuando en un restaurante su escolta iba antes al cuarto de ba?o que ¨¦l. Era un periodista que no hablaba de libertad de expresi¨®n, como tan frecuentemente solemos hacer los periodistas, sino que alud¨ªa a la libertad de publicaci¨®n, de decidir nosotros voluntariamente qu¨¦ era interesante publicar, punto de vista ¨¦ste ciertamente interesante.
Por supuesto, razonaba mi amigo, nosotros no podemos decidir que estos b¨¢rbaros dejen de matar, pero s¨ª podemos decidir no publicar las atrocidades que cometan. ?l me preguntaba: "?Te puedes imaginar, I?aki el da?o que har¨ªamos los periodistas al coraz¨®n del problema vasco, a los instigadores del problema vasco, si en vez de abrir el peri¨®dico o el telediario con un atentado y cuatro p¨¢ginas o minutos en el interior, nos limit¨¢ramos a dejar en blanco ese espacio o, en el mejor de los casos para ellos, a reducirlo a un breve en las p¨¢ginas de sucesos o secci¨®n correspondiente?". Realmente, la voz de la experiencia que significaba este amigo -ya retirado- fue de las pocas ideas expresadas al respecto del problema vasco que me han parecido innovadoras respecto del tema en cuesti¨®n.
Puedo asegurar, como periodista, que realmente es muy dif¨ªcil -pero ser¨ªa sumamente higi¨¦nico para nuestras mentes- en el momento que te enteras de que la banda terrorista ETA ha vuelto a asesinar y que tienes que decidir qu¨¦ publicar y c¨®mo titular, etc¨¦tera, sustraerse a la obligaci¨®n de informar, pero como creo en la funci¨®n socializadora de los medios de comunicaci¨®n, ha llegado la hora de poner en marcha iniciativas por el estilo. Son las ¨²nicas que pueden acabar con semejante disparate, condenarles al olvido. S¨®lo lamento -y mucho, la distancia f¨ªsica y profesional que mantengo en estos momentos respecto de la profesi¨®n m¨¢s bonita del mundo- no haberlo puesto en pr¨¢ctica cuando tuve el poder de definir algo en este sentido.
Olvid¨¦monos de las tonter¨ªas y vacuidades que diariamente nos deja la clase pol¨ªtica de este pa¨ªs y provoquemos que, una vez m¨¢s, la sociedad vaya por delante. Nos lo merecemos y debemos hacerlo.
Y, sobre todo, creo que ten¨ªa raz¨®n mi amigo. Les estamos haciendo gratis la campa?a de publicidad, les estamos ayudando a difundir su producto. Por eso, la culpa tambi¨¦n es nuestra. Perd¨®n.- I?aki Torres. Ex director de Diario 16.
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