Robert Lepage revela su yo en 'La cara oculta de la Luna'

El canadiense Robert Lepage, heredero de grandes de la escena como Wilson o Brook, vuelve a Espa?a para presentar su ¨²ltima apuesta introspectiva. La cara oculta de la Luna se representar¨¢ en el teatro Alb¨¦niz de Madrid, del 23 al 26 de noviembre, dentro del Festival de Oto?o. Es un espect¨¢culo concebido, montado e interpretado por el propio Lepage, quien reflexiona sobre aspectos escondidos de su personalidad.

"Al interesarme por ciertos episodios de la conquista del espacio, me he visto obligado, a mi pesar, a revisitar mi infancia y una parte importante de mi adolescencia", dice Lepage, de 43 a?os, quien opt¨® por hacer este espect¨¢culo tras el fallecimiento de su madre hace a?o y medio. Lepage acudi¨® al Festival de Oto?o en 1997 con Elsinor, una recreaci¨®n personal sobre Hamlet impregnada de las m¨¢s sofisticadas tecnolog¨ªas. Un a?o despu¨¦s volvi¨® con La geometr¨ªa de los milagros, donde reflexionaba sobre un encuentro entre el arquitecto Frank Lloyd Wrigth y el fil¨®sofo Gurgiev. Ahora viene con un trabajo en solitario con el que pretende "contar cosas dif¨ªcilmente explicables cuando se aborda algo colectivamente".Los montajes muestran lo que el director hace con su compa?¨ªa, Ex Machina, con la que siempre se enfrenta a tres tipos de espect¨¢culos: en torno a los cl¨¢sicos, biograf¨ªas, o trabajos de los que se parte desde cero, como es el que estrena en Madrid el jueves. "Vivimos en una ciudad peque?a, Quebec, y si uno se cierra se termina muriendo; por otra parte, tratamos de que la gente nos comprenda y sobre todo de seguir experimentando, pero tambi¨¦n comprendemos que para hacer vanguardia hay que volver una y otra vez a las ra¨ªces".

En La cara oculta de la Luna, con m¨²sica de Laurie Anderson, la desbordante tecnolog¨ªa que Lepage suele utilizar en sus trabajos est¨¢ presente, pero de manera m¨¢s contenida y m¨¢s integrada en la escenograf¨ªa. Cuando se puso en contacto con algunos astronautas que hab¨ªan participado en el primer viaje espacial a la Luna, con el fin de recabar material para este espect¨¢culo, se dio cuenta de que aqu¨¦lla no era una empresa po¨¦tica, sino militar: "Como el teatro es poes¨ªa, f¨¢bula y mitolog¨ªa, vi que era est¨¦ril seguir por la v¨ªa de las conversaciones; adem¨¢s, por otra parte, lo principal de la carrera espacial est¨¢ en que es una gran empresa de narcisismo; ni astronautas ni descubridores como Col¨®n fueron movidos por el af¨¢n de descubrir un espacio nuevo, sino para mirarse a s¨ª mismos", dice Lepage, quien piensa que se fue a la Luna para encontrar all¨ª la Tierra y que Col¨®n sali¨® con sus barcos para encontrar una nueva Espa?a.

El director no s¨®lo no rechaza el estar influido en su obra por otros medios como cine, televisi¨®n e incluso Internet, sino que piensa que se deben aprovechar todos los lenguajes narrativos: "El espectador est¨¢ acostumbrado a ellos, la influencia es muy fuerte y el teatro contempor¨¢neo deber ser el portador de una herencia narrativa en la que entra todo, aunque ese todo se deba impregnar de poes¨ªa y nunca se pierda de vista que hay que servirse de la inteligencia del p¨²blico".